Antecedentes
En 1814 el imperio se estaba desplomando en todos los frentes, sólo las enormes habilidades de Napoleón como estratega estaban salvando el inminente desastre. El emperador se defendía con un pequeño ejército de apenas 50000 hombres que se movía en todas las direcciones, contra los ataques de rusos, prusianos y austriacos; incluso Murat mariscal de Francia y puesto en el trono de Nápoles por Napoleón atacaba ahora los intereses franceses.
Por los Pirineos la situación no era mejor, una vez expulsadas las tropas francesas que invadían la península Ibérica ahora, los ingleses, portugueses y españoles entraban por la parte occidental de los Pirineos. El Imperio estaba herido de muerte.
Movimientos previos
Después de la derrota de Soult a manos de Wellington en la Batalla de Orthez a finales de febrero de 1814, el mariscal francés se retiró detrás de la norte del río Adour de Saint-Sever. El 24 de marzo, el mariscal Soult llega a Toulouse, uno de las pocas ciudades importantes leales aún a Napoleón, al mando de los restos del Ejército de España, constantemente hostigado por el ejército aliado del Duque de Wellington. La intención de Soult es resistir hasta la legada de los refuerzos procedentes del norte de Italia.
Los soldados franceses están exhaustos y en un estado lamentable, 8.000 de ellos ni siquiera tenían zapatos, y la mayoría no tiene su equipo completo que ha sido abandonado a lo largo de la caótica huída. En Toulouse, lo franceses se encuentran dentro de una antigua plaza fuerte, bien amurallada y con suministros y refuerzos: los defensores suman 40.000 soldados, más otros 2.000 voluntarios de la Guardia Nacional, con unas 80 piezas de artillería. La zona sur de Francia era la más desprotegida ya que napoleón había trasladado a muchos efectivos a combatir en el norte y el este del País.
La ciudad está rodeada por una alta y gruesa muralla con torres. Al oeste transurre el río Garonne, a cuya orilla izquierda está el reducto de Saint Cyprien, encima de una colina; al este de la ciudad están los suburbios de Saint Etienne y Guillermerie, el Canal de Languedoc que fluye desde el norte y las colinas de Calvinet, de unos 600 pies de altura, y sobre las cuales los defensores franceses han hecho trincheras y reductos, los principales son Augustins y Sypiere, sobre el Monte Rave.
El 27 de marzo Wellesley reagrupa sus fuerzas y acude a sitiar Tolouse con unos 50.000 soldados, 10.000 de ellos españoles, y 64 cañones. Los aliados intentan cruzar el Garonne, pero los pontones no llegan a la otra orilla por unos ochenta pies, a causa de esto, se detienen a esperar más material. El 30 de marzo vuelven a intentarlo una milla más al sur, pero en esa zona los caminos no permiten el tránsito de material pesado.
El 4 de abril, los aliados por fin consiguen tender un puente unas millas más al norte, y el general Beresford lo cruza el mismo día con 19.000 soldados antes de que una intensa lluvia cause una gran crecida en el río llevándose el puente de pontones. El ejercito aliado queda dividido en dos partes, por un lado los hombre Beresford en una orilla, mientras que el grueso del ejercito aún permanece en la otra, pero Soult no aprovecha la oportunidad de atacar a las fuerzas aliadas asiladas en la otra orilla.
El 7 de abril se consigue reconstruir el puente y el resto del ejercito aliado comienzan a cruzarlo. Este mismo día un correo ha salido de París para comunicar la noticia de la abdicación de Napoleón y el fin de la guerra, pero Soult no recibirá la noticia hasta dentro de tres días.
El 9 de abril Wellesley reúne a sus tropas para planificar el ataque. El general Hill se dirigirá al suburbio de Saint Cyprien, y el general Picton, con la 3ª división y la División Ligera, presionará sobre el Canal de Languedoc al norte de la ciudad; ambas serán sólo maniobras de distracción. Mientras, el general Beresford con las 4ª y 6ª divisiones, realizará el asalto principal aliado, cuyo objetivo son las posiciones francesas al sur de colinas de Calvinet; los españoles del general Freire le apoyarán atacando los puestos defensivos más al norte
La batalla de Toulouse
A las 05:00 de la madrugada del 10 de abril, el general Hill inicia su maniobra de distracción al oeste del Garonne, dirigiéndose hacia Saint Cyprien, pero sin llegar a asaltarlo, sufriendo apenas 80 bajas, para así atraer el máximo de defensores posibles. Pero el mariscal Soult no se deja engañar y viendo que no es más que un ataque diversivo, envía todos sus refuerzos al reducto del Monte Rave, al sur de las colinas de Calvinet.
Al norte, Picton avanza hacia el Canal de Languedoc, tan poco defendido que ordena a la brigada del general Brisbane tomar el puente que cruza a Toulouse, desobedeciendo el mandato de Wellesley, pues la suya debía ser otra maniobra de distracción; la División Ligera del general Alten se ciñe a su misión, merodeando por el puente de Matabiua.
Al sur, Beresford avanza con sus dos divisiones mientras el general Freire aguarda al este de las colinas Calvinet, pues Wellesley le ha ordenado esperar la llegada del primero para atacar de forma coordinada. Sin embargo, los hombres de Beresford son bombardeados por la artillería francesa del Monte Rave cuando están sólo a una milla de distancia, y deben detenerse para posicionar sus cañones para abrir fuego de contrabatería.
Freire escucha los cañonazos de Beresford y cree que ya se halla asaltando el Monte Rave, por lo que ordena a sus dos brigadas de españoles pasar al asalto, quedando inmediatamente expuestos en solitario ante la artillería de los reductos, que causa estragos entre los españoles, los supervivientes se tienen que retirar de nuevo a sus posiciones iniciales.
Wellington ordena a Beresford que asalte los reductos cuanto antes para evitar la masacre de los españoles, pero en lugar de ello avanza más al norte, con el propósito de atacar desde el lugar previsto, menos expuesto al fuego de los tiradores franceses.
Los británicos ascienden hasta alcanzar la cima del Monte Rave, y tras derrotar a dos brigadas francesas que les cortan el paso, comienza una encarnizada lucha con los defensores del reducto de Supiere hasta que los hombres de Beresford consiguen tomarlo.
Hacia las 16:00 horas, la 6ª división avanza en dirección a las posiciones francesas de las colinas del norte, aún se lucha duramente por el reducto de Augustins, hasta que media hora después el mariscal Soult ordena a sus defensores que lo evacuen. Entre tanto, Picton intenta otro ataque en el norte de Toulouse con su 3ª división, sufriendo 400 bajas, no consiguiendo finalmente su objetivo.
El Duque de Wellington ordena emplazar baterías en las cimas recién conquistadas, para comenzar el bombardeo de las murallas de Toulouse cuanto antes, operación dificultosa por lo escarpado del terreno. Cuando comienza el fuego artillero, el general Freire se vuelve a unir al ataque pero es rechazado en dos ocasiones.
A las 17:00 horas, los franceses han sido expulsados o se han retirado de todas sus fortificaciones en los Calvinet. Los combates se detienen mientras los británicos emplazan su artillería en estas posiciones elevadas, ante la mirada impotente de los defensores. Soult, que en la noche entre el 10 y 11 de Abril ha recibido noticias sobre la abdicación de Napoleón, opta por evacuar la ciudad de madrugada, encaminado sus tropas hacia Carcassone, el Duque de Wellington entra en Toulouse al día siguiente, 12 de abril aclamado como un libertador.
Consecuencias
Los aliados sufren 4.558 bajas y los franceses 3.236. Fue una matanza innecesaria, Napoleón había abdicado el día 6 de abril, pero las noticias llegaron tarde.
Esta batalla tiene diferentes interpretaciones desde una victoria aliada por haber tomado éstos la ciudad, a una victoria francesa por haber retenido el ataque como era su intención y conseguir evacuarla con todas las tropas después de haber inflingido un número de bajas muy superior.
El 13 de abril Wellesley es también informado de la noticia de la abdicación y de que los aliados han entrado en París amparando la formación de un nuevo gobierno en Francia. El mariscal Soult se rendirá con sus tropas cinco días después.