Escipión, el militar romano conquistador de Numancia al que Mozart dedicó una ópera. Hoy 3 de diciembre de 183 a. C. fallece Escipión

Nació el 20 de junio de 236 a. C.y murió el 3 de diciembre de 183 a. C.

Detalles del evento

Cuándo

03/12/2016
de 09:20 a 09:20

Agregar evento al calendario

Historia de la ópera.

Se cree que Mozart compuso la obra en homenaje al arzobispo de Salzburgo Segismundo III de Schrattenbach. Sin embargo, el prelado falleció en diciembre de 1771, y en marzo de 1772 fue designado como su sucesor Colloredo. Esta pieza tuvo entonces algún cambio, como la dedicatoria escenificándose en la residencia arzobispal inmediatamente después de su “elevación al trono episcopal”.

Parece que al arzobispo Colloredo le gustó esta pieza filosófica y hay biógrafos que consideran que, gracias a ella, Mozart obtuvo el nombramiento como “Konzertmeister”.

La ópera no volvió a representarse hasta enero de 1979, en la Semana de Mozart de Salzburgo. Esta ópera rara vez se representa en la actualidad; en las estadísticas de Operabase aparece con sólo 7 representaciones en el período 2005-2010.

Sinopsis
La acción transcurre en África, en la región en que reinaba Masinisa.

El protagonista es Publio Cornelio Escipión Emiliano (muerto en 129 a. C.) , modelo de hombre de estado para Cicerón.

Escipión el Joven descansa en la citada región. En el sueño, se le aparecen dos diosas: la Fortuna y la Constancia, para que elija a una de ellas como guía y protectora. Escipión les pide tiempo, pues no tiene el corazón ni la mente en disposición de elegir. Ambas diosas contestan a sus preguntas. Escipión quiere saber dónde está, y le indican que en el Templo del Cielo, y que las magníficas luces que ve son las estrellas, y que la música que oye es la armonía de las esferas.

Escipión pregunta quién crea esta armonía. Constancia le responde que hay un poder detrás de ellas, que mueve las esferas como las cuerdas de una cítara. Escipión pregunta por qué los mortales no oyen ese sonido en la Tierra, y Constancia le explica que se debe a la insuficiencia de sus sentidos. Escipión quiere saber, entonces, quién vive en ese mundo eterno. Fortuna le señala un cortejo que se aproxima: héroes, sus antecesores, los más grandes hijos de Roma.

En el mismo sueño aparecen los antepasados de Escipión: Escipión el Africano, abuelo de adopción, y Emilio Pablo, su padre natural. Publio Escipión le asegura que la luz de la inmortalidad resucita el cuerpo. El que ha pensado y dedicado su vida a los otros, vivirá para siempre; el que vive sólo para sí mismo no merece la inmortalidad. Escipión busca a su padre, y se alegra al verlo.

Emilio Pablo le dice que la alegría en el cielo es completa, al no estar acompañada de sufrimiento. La Tierra, pequeña, miserable, cubierta de nubes, está llena de gente indiferente al dolor ajeno. Horrorizado, Escipión pide a su padre que le deje quedarse en esa tierra eterna. Sin embargo, Publio le dice que él tiene que llevar a cabo una gran misión en la Tierra: destruir al enemigo, después de que elija entre Fortuna y Constancia.

Escipión pregunta a Fortuna qué ayuda le ofrece para llevar a cabo su tarea. Ella le dice que su poder de destruir y crear, corromper la inocencia y autorizar el mal. Constancia, en cambio, dice que sólo ella puede conceder el poder de la lealtad. La virtud sólo algunas veces es derrotada por la violencia, mientras que los malos actos son transitorios, a diferencia de los buenos. Fortuna no puede privar a los héroes de la esperanza y la fe. Escipión muestra su sabiduría y prudencia escogiendo la Constancia, desafiando sin temor a Fortuna, porque es el reino eterno lo que prefiere su corazón.

La diosa Fortuna se enfurece y desencadena su ira en forma de tormenta. Escipión mantiene su coraje y se despierta, de nuevo en el reino de Masinisa, sintiendo que a su lado está la Constancia. Al despertar, Escipión se confirma en sus propósitos de fidelidad a su diosa elegida, reconociendo en el sueño un mensaje de los dioses.

La historia concluye con una “Licenza”, dirigida al nuevo Arzobispo, con la inevitable moraleja, recordando que el verdadero protagonista del poema es él, y no Escipión el Joven.

Libreto
El texto es de Pietro Metastasio, en forma de serenata dramática que compuso en 1735 para la coronación del emperador Carlos VI con el título Il sogno di Scipione.

Esta alegoría retomaba un tema clásico, el Somnium Scipionis o Sueño de Escipión, contenido en el sexto libro de la obra De re publica (Sobre la República) , de Cicerón. Es una visión onírica del filósofo romano, en la cual Publio Cornelio Escipión Emiliano conoce a su abuelo por la adopción, Publio Cornelio Escipión el Africano, héroe de la Segunda Guerra Púnica la Cartago de Aníbal Barca.

Es un libreto ya musicado por otros compositores de la época, como Johann Adolf Hasse (1699-1783), Giuseppe Sarti (1729-1802), Gluck, Niccolo Jommelli (1741-1790), Niccolò Piccinni (1728-1800) y Galuppi. Pretende ser un homenaje al nuevo príncipe.

Estructura musical
La obertura de esta ópera es la parte más destacable de la misma. Meses después, el propio Mozart la modificó ligeramente para hacer de ella una pieza de concierto independiente (KV 161). En un momento posterior le añadió un presto como movimiento suplementario (KV 163). Esta nueva obertura como pieza independiente tiene el número 141a en el nuevo catálogo Köchel.

Es una ópera de un solo acto, compuesta por once arias y dos coros, más un recitativo acompañado, el diálogo entre Fortuna y Escipión “E ben provami”.

De las piezas vocales de esta ópera, destacan:

N.º 2: Lieve sono al par del vento (diosa Fortuna)
N.º 3: Ciglio che al sol si gira (diosa Constancia)
N.º 6: Voi colaggiù ridete (Emilio Pablo)
N.º 7: Quercia añosa su l’erte pendice (Pablo)
N.º 9: Biancheggia in mar lo scoglio (diosa Constancia)
N.º 10: Di che sei l’arbitra (Escipión)
N.º 11 Licencia: Ah perché cercar degg’io (soprano)

Valoración
Mozart tenía dieciséis años cuando la compuso. Se enfrentó a un tema clásico con fines apologéticos. Se trata de un trabajo de circunstancia que sólo adquiere carácter más personal y mozartiano en los momentos de la descripción del sueño, recreado por música de flautas, y en el despertar de Escipión, en el único recitativo de la ópera, “tumultuoso y típicamente mozartiano, pero de clara derivación italiana” (Abert, citado por A. Poggi). Las arias se asemejan mucho a las de Ascanio in Alba, del año anterior, si bien resultan más largas, brillantes y elaboradas.

--------------------------------------------------------------------------------
¿Quien fue Escipión?

Publio Cornelio Escipión Emiliano Africano Menor Numantino (en latín, Publius Cornelius Scipio Aemilianus Africanus minor Numantinus) (185 a. C. - 129 a. C.), más conocido como Escipión el Joven y también Escipión Africano Menor, fue un militar y político romano del siglo II a. C.

Biografía.
Juventud y primeros años.
Desde joven, se debatió entre el tradicionalismo romano y la influencia helenística. A los diecisiete años acompañó a su padre Lucio Emilio Paulo Macedónico a Grecia, y luchó bajo sus órdenes en la batalla de Pidna, en el año 168 a. C.

Seguramente en Grecia conoció al historiador Polibio y en 167 a. C., cuando éste fue enviado a Roma, junto con otros exiliados aqueos, Escipión le ofreció su patrocinio y la protección de su poderosa familia y formó con él una gran amistad que continuó sin interrupción durante toda su vida.

De Polibio aprendió mucha literatura griega y en general la refinada cultura griega, pero por otro lado fue un ejemplo también de las virtudes romanas.

Su amistad con Cayo Lelio hijo fue tan notable como la del padre de éste con Publio Cornelio Escipión el Africano, y ha sido inmortalizada por el célebre tratado de Cicerón titulado Laelius sive de Amicitia.

Escipión Emiliano pronto se convirtió en la cabeza del clan de los Escipiones, que integraba a políticos, como Lucio Calpurnio Pisón Cesonino y Quinto Fabio Máximo Emiliano; filósofos, como Panecio de Rodas; escritores, como Lucilio y Terencio; e historiadores como Polibio. Casado con Sempronia, su prima, y hermana de los Gracos, se opuso, sin embargo, a la política de éstos, aunque no simpatizaba con el extremista partido conservador.

Familia
Ostentó el cargo de cónsul en 147 a. C., concluyó victoriosamente la Tercera Guerra Púnica destruyendo Cartago tras un asedio que duró tres años, y de la misma forma concluyó las guerras contra los celtíberos tras la toma de Numancia. Era hijo menor del primer matrimonio de Lucio Emilio Paulo Macedónico, conquistador de Macedonia. Después fue adoptado por Publio Cornelio Escipión, el hijo mayor de Publio Cornelio Escipión el Africano, vencedor de Cartago en la Segunda Guerra Púnica (Batalla de Zama, 202 a. C.), de quien tomó el nombre.

Su hermano mayor Quinto Fabio Máximo Emiliano fue a su vez adoptado por la gens Fabia. Tras conquistar Numancia, recibió el sobrenombre de Numantino.

Se casó con su prima Sempronia, hija de Tiberio Sempronio Graco y de Cornelia menor (hermana de su padre adoptivo Publio Cornelio Escipión).

Campañas en Hispania.
Escipión atrajo la atención pública por primera vez en el año 151 a. C. En este año, después de varios desastres en Hispania, no se presentaron voluntarios para el reclutamiento de tropas que estaban realizando los cónsules.

Entonces Emiliano se ofreció como voluntario para servir en el lugar que los cónsules consideraran conveniente; fue nombrado tribuno militar y acompañó al cónsul Licinio Lúculo a Hispania donde se distinguió por su coraje; mató a un cabecilla hispano en combate singular e hizo un acto de valentía al ser el primero en trepar por los muros de la ciudad de Intercatia. Estas hazañas le hicieron ganar la admiración de los enemigos y la de sus compañeros.

En 150 a. C. Lúculo lo envió a África para obtener de Masinisa algunos elefantes, y el rey númida lo recibió muy bien; el rey estaba en guerra con Cartago y pidió a Emiliano que hiciera de mediador, pero fue incapaz de lograr nada. Escipión consiguió algunos elefantes con los que volvió a Hispania.

Conquista de Cartago
Tercera Guerra Púnica
En 150 a. C. comenzaba la Tercera Guerra Púnica. En 149 a. C. se produjo el desembarco en Útica y el asedio de Cartago, que tuvo que interrumpirse al año siguiente por razones logísticas. Escipión Emiliano actuó como tribuno militar, destacando por su inteligencia y capacidad militar, en contraste con la incompetencia de sus superiores. Por su valentía personal y habilitad militar pudo reparar, en gran medida, los errores, y la incapacidad del cónsul Manilio, cuyo ejército en una ocasión salvó de la destrucción. Sus habilidades le ganaron la confianza absoluta de Masinisa y de las tropas romanas, mientras que su fidelidad a su palabra lo hizo apreciado por el enemigo. En consecuencia, los comisionados, que habían sido enviados por el Senado para inspeccionar el estado de cosas en el campamento romano, hicieron un informe muy favorable de las habilidades y de la conducta de Emiliano.

El año siguiente Lucio Calpurnio Pisón cogió el mando del ejército romano y Escipión volvió a Roma, acompañado por los deseos de los soldados que pronto volviera a ser su comandante. Muchos de ellos escribieron a sus amigos en Roma, diciendo que sólo Escipión podría conquistar Cartago.

Esto hizo que el pueblo romano acuñara la creencia de que sólo un descendiente de Publio Cornelio Escipión el Africano (vencedor de Aníbal en la Batalla de Zama) podía vencer en Cartago, en una guerra que se les estaba haciendo demasiado larga a los habitantes de la ciudad del Tíber.

Incluso personas de edad como Catón, que siempre estaba más dispuesto a la crítica que a la alabanza, elogió a Escipión con las palabras de Homero, "Sólo él tiene la sabiduría, el resto son sombras vacías".

La predisposición a favor de Escipión aumentó todavía más debido a la falta de éxito de las operaciones de Pisón, y, en consecuencia, en el día que iba a presentarse al edilato, fue elegido cónsul, incluso aunque no cumpliera los requisitos requeridos por la legalidad vigente, ya que sólo tenía treinta y siete años. Que las leyes duerman por esta noche proclamaron los romanos, y Escipión Emiliano fue proclamado en la primera magistratura.

Ruinas de Carthago.
El Senado, por supuesto, le asignó África como su provincia, a la que inmediatamente partió, acompañado por sus amigos Polibio y Lelio.

Reanudó el bloqueo y emprendió acciones complementarias en el interior del país. En 146 a. C. se produjo el asalto final, el incendio y destrucción de la ciudad. Según Polibio, derramó lágrimas sobre las ruinas, citando un verso de la Ilíada: Llegará también un día en que perecerá Troya, la santa. Luego explicó que esta frase que hoy se aplicaba a Cartago, algún día podría ser aplicada a su patria, Roma.

África se convirtió en provincia romana y Escipión Emiliano volvió a Roma donde celebró un espléndido triunfo y el sobrenombre de "Africano" que había recibido por herencia le fue dado por derecho propio.

Censura
Elegido censor en 142 a. C., con Lucio Mummio. Se caracterizó por su severidad en la represión de la inmoralidad y el lujo, pero sus intentos fueron boicoteados por su colega, que vivía con gran ostentación y era en este sentido más indulgente.

En la solemne oración ofrecida en la celebración del lustro, Escipión cambió la súplica para la ampliación de la República en una para la preservación de sus posesiones actuales.

En 139 a. C. fue acusado por . Claudio Asellus, un tribuno de la plebe que había sido reducido a la condición de aerarius por Emiliano, y privado de su cargo público, pero fue absuelto.

Por este tiempo también dirigió una embajada en Egipto y Asia, misión a la que sólo se llevó cinco esclavos para dar ejemplo de combatir el lujo.

Conquista de Numancia
Guerra Numantina
Fue nombrado de nuevo cónsul en ausencia, para el año 134 a. C. junto con Cayo Fulvio Flaco y se le asignó la provincia de Hispania, con el mandato expreso de acabar con la resistencia numantina, donde los ejércitos romanos iban de desastre en desastre.

Al llegar a la zona, y ante la indisciplina del ejército, rehuyó el combate, salvo escaramuzas menores, y puso asedio a la ciudad de Numancia en toda regla. El hambre y las epidemias terminaron con la resistencia de Numancia en el año 133 a. C.. Casi todos los numantinos mataron a sus familiares y luego se suicidaron. Los pocos supervivientes fueron vendidos como esclavos, y la ciudad arrasada. Cincuenta de sus principales habitantes adornaron el triunfo de Emiliano y los restantes fueron vendidos como esclavos.

Emiliano recibió el sobrenombre de Numantino además del de Africano menor.

Lucha política

Mientras Escipión estaba ocupado en la reducción de Numancia, Roma estaba convulsa por las medidas del tribuno Tiberio Sempronio Graco, y que terminaron con el asesinato de éste. A pesar de que Escipión estaba casado con Sempronia, hermana del tribuno de la plebe muerto, no tenía ninguna simpatía con sus reformas, y al recibir la noticia de su muerte en Numancia, se dice que exclamó con un verso de Homero:

«Así perecen todos los que hacen lo mismo otra vez.»
A su regreso a Roma en el año 132 a. C., no ocultó su aprobación a la muerte de Graco, y cuando le preguntó el tribuno Cayo Papirio Carbón, en la asamblea de las tribus, lo que pensaba de la muerte de Tiberio Graco, él respondió que su asesinato fue justo (jure caesum). El pueblo, que esperaba una respuesta diferente, en voz alta expresó su desaprobación, y entonces Escipión, con desprecio aristocrático por la multitud, exclamó: Taceant quibus Italia noverca est."

El pueblo no olvidó este insulto, y desde este momento Escipión perdió gran parte de su influencia sobre ellos. Gracias principalmente a su influencia y autoridad el partido aristocrático fue capaz de derrotar el proyecto de ley del tribuno Carbón, que permitía la reelección indefinida de los tribunos.

Desde entonces Escipión Emiliano fue considerado la cabeza de la aristocracia (los "optimates") e impuso medidas, en el año 129 a. C. que tenían como consecuencia la virtual derogación de la ley agraria de Tiberio Graco; con la oposición vehemente de los tres miembros de la comisión agraria Fulvio Flaco, Papirio Carbón y Cayo Sempronio Graco.

Su misteriosa muerte
En el foro fue acusado por Carbón de ser enemigo del pueblo, mientras el pueblo gritaba: «¡Abajo el tirano». Por la noche volvió a su casa acompañado por senadores y un gran número de aliados, y luego se retiró a su cuarto de dormir con la intención de redactar un discurso para el día siguiente.

Por la mañana, Escipión fue encontrado muerto en su habitación. Los rumores más contradictorios surgieron a raíz de su muerte, pero la opinión general era que fue asesinado. Algunos pensaban que había muerto de muerte natural, y otros que se suicidó, pero el hecho concreto, que es admitido en todos los relatos, es que no hubo investigación de la causa de su muerte, lo que corroboraba la opinión popular de que fue asesinado.

Como culpables de su muerte se señalaron a su esposa Sempronia y su madre Cornelia Escipiona Menor, o Carbón, Fulvio y Cayo Sempronio Graco; Cicerón menciona expresamente que su asesino fue Papirio Carbón.

archivado en:

Si lo desea, elija otra fecha: