Recibe el nombre de Reconquista el periodo de la historia de la península ibérica comprendido entre los 718 –fecha probable de la Rebelión de Pelayo- y 1492 –conquista del reino de Granda-, durante el que reinos cristianos y musulmanes convivieron y combatieron entre sí en el territorio peninsular.
A finales de la Edad Media, la península ibérica estaba dividida en cuatro reinos cristianos- Castilla, Aragón, Navarra y Portugal- y el reino musulmán de Granada.
La conquista de Granada revalidó la victoria de Isabel y Fernando en el conflicto de sucesión al reino de Castilla afirmando su posición frente a la nobleza, a la que consiguieron hacer participar de forma masiva en la guerra. Durante la guerra de Granada se apuntaló el sistema fiscal y la capacidad militar castellana; la guerra significó un momento clave en la forja el estado castellano moderno.
Participaron, militar y financieramente, aunque de manera desigual, castellanos y aragoneses; constituyó la primera gran empresa común de la nueva monarquía.
La conquista del último reducto político de al-Ándalus significó asegurar el flanco mediterráneo de la cristiandad ante el empuje turco que en 1480 había atacado el sur de Italia. De igual modo, con la toma de Granada los Reyes Católicos pudieron encarar con libertad otros frentes de su política exterior, especialmente su rivalidad con Francia en el Rosellón, Italia y Navarra. La victoria sirvió asimismo para reforzar el prestigio de los nuevos monarcas.
La guerra iniciada en 1482 las sucesivas provocaciones de los musulmanes, estuvo marcada por el poderío militar cristiano y por las desavenencias internas en el reino musulmán. Tuvo sus principales momentos en las conquistas de Ronda (1485) y Málaga (1486). El sitio final de la ciudad de Granada, de abril de 1491 a enero de 1492, culminó con la rendición final de Boabdil, el último monarca el último reino musulmán de la península ibérica.
La desunión de los granadinos, enfrentados en guerra civil entre zegríes y abencerrajes, favoreció las conquistas cristinas. Boabdil se impuso a su padre, que huyó a Málaga (1483), mientas Al Zagal, hermano den anciano y depuesto rey, pactó con Boabdil el reparto del reino. Él se instaló en la Alhambra y Boabdil lo hizo en el Albaicín. En 1487, este último consiguió el dominio total de Granada. No obstante, las luchas intestinas continuaron hasta que, tras largas negociaciones con Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, la ciudad se rindió. Boabdil se exiliaría, mientras que los habitantes de Granada quedaban en libertad de emigrar o quedarse, siéndoles respetadas sus propiedades, idioma y religión. El 2 de enero de 1492, Isabel y Fernando entraban en la Alhambra, donde les esperaba Boabdil, para hacerles entrega de las llaves de la ciudad
Los restos de Isabel y Fernando reposan en la capilla real de la catedral de Granada; este hecho denota la gran importancia que tuvo la guerra y la conquista de Granada en el reinado de los Reyes Católicos.
En 1486, Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, hacía pública una profecía que aseveraba que Fernando conquistaría no solo Granada, sino también África hasta Etiopía, Jerusalén, Roma, las tierras de los turcos…, hasta constituir un imperio universal.
En la imagen la serie de televisión "Requiem por Granada" rodada en 1990. La Alhambra de Granada, la Mezquita de Córdoba, los Reales Alcázares de Sevilla, el Monasterio de Veruela, en Zaragoza, el Parador de Sigüenza, el Alcázar de Segovia y el desierto del Sáhara han sido algunos de los principales escenarios de esta serie que arranca con el viejo emir Ismai'l (Javier Escrivá), que ha elegido a su nieto Boabdil (Manuel Banderas) como continuador de sus sueños, ya que entiende que la paz con los cristianos le permitirá convertir Granada en un nuevo Damasco. ¡¡¡¡Absoluta recomendación de la serie¡¡¡¡.