Fausto de Johann Wolfgang von Goethe es una obra trágica enteramente dialogada, concebida más para ser leída que para ser representada.
Fue publicada en dos partes: Faust: der Tragödie erster Teil (Fausto: Primera parte de la tragedia) y Faust: der Tragödie zweiter Teil (Fausto: Segunda parte de la tragedia).
Se trata de la obra más famosa de Goethe y está considerada como una de las grandes obras de la literatura universal.
La Primera parte fue terminada por Goethe en 1806. Su publicación en 1808 fue seguida de una edición revisada en 1828–1829, que sería la última editada por el propio autor.
Goethe terminó de escribir la Segunda parte de Fausto en 1832, el año de su muerte. A diferencia de la Primera parte, el foco de la acción ya no está centrado en el alma de Fausto, que ha sido vendida al diablo, sino más bien en fenómenos sociales como la psicología, la historia y la política. La segunda parte constituyó la principal ocupación de Goethe en sus últimos años y apareció solo póstumamente en 1832.
Los principales personajes de la Primera parte de Fausto son:
Heinrich Faust, un sabio profesor, Mephistopheles, el diablo y Margarita el amor de Fausto
La Primera parte de Fausto es una historia compleja. Se sitúa en múltiples lugares, el primero de los cuales es el cielo. Mefistófeles hace un pacto con Dios: dice que puede desviar hacia el mal al ser humano favorito de Dios (Fausto), que está esforzándose en aprender todo lo que puede ser conocido
La siguiente escena tiene lugar en el estudio de Fausto donde el protagonista, desesperado por la insuficiencia del conocimiento religioso, humano y científico, se vuelve hacia la magia para alcanzar el conocimiento infinito.
En el estudio de Fausto aparece el diablo. Fausto hace un trato con él: el demonio hará todo lo que Fausto quiera mientras esté en la tierra, y a cambio Fausto servirá al demonio en la otra vida.
Al pedirle el diablo que firme el pacto con sangre, Fausto comprende que éste no confía en su palabra de honor. Al final, Mefistófeles gana esta disputa, y Fausto firma el contrato con una gota de su sangre.
Fausto compra el retorno a la juventud física pero manteniendo toda su sabiduría. A cambio ofrece al diablo su alma.
Fausto ha conocido a Margarita. Se ha enamorado de ella. Pero el es un viejo que podría ser el padre de Margarita. Por eso compra su juventud para poder conquistar a Margarita. Fausto con ayuda de su recuperada juventud, de su sabiduría y de regalos de joyas seduce a Margarita que se enamora de el. Ambos hacen el amor apasionadamente.
La madre de Margarita muere por culpa de una poción para dormir que su hija le había proporcionado para poder gozar de mayor intimidad con Fausto. Margarita se había excedido en la dosis.
Margarita descubre, además, que se ha quedado embarazada.
Su hermano Valentin acusa a Fausto, lo desafía y muere a manos de Fausto.
Margarita ahoga a su hijo ilegítimo y es condenada a prisión por el asesinato. Fausto intenta salvarla de la muerte liberándola de la carcel, pero al no conseguirlo acude a pedir ayuda del diablo.
Margarita presa de la locura y negándose a escapar, muere en brazos de Fausto.
La segunda Parte es muy diferente
Rica en alusiones clásicas, en la Segunda parte de Fausto la historia romántica de la primera parte es olvidada, y Fausto se despierta en un mundo de magia para iniciar un nuevo ciclo de aventuras y objetivos.
La pieza consta de cinco actos -episodios relativamente independientes- cada uno de ellos con un tema diferente. Fausto viaja en el tiempo y el espacio. Ayuda al emperador de Alemania a solucionar los problemas económicos, presencia una fiesta con todo tipo de criaturas fantásticas como grifos, ninfas, sirenas, etc y es encantado por el fantasma de Helena.
Sigue a Helena a la edad antigua y con ella procrea a Euphorion, que muere al tratar de volar como le sucedió a Ícaro. Su madre Helena acompaña a Euphorion a las tinieblas dejando de nuevo a Fausto solo. Regresa junto al Emperador y gana una batalla crucial para unificar el imperio. Este le obsequia tierras en la costa. En ellas después de haber destruido otras vidas sin quererlo, muere al encontrar un lugar donde le gustaría vivir en paz para siempre.
Al final, Fausto va al cielo aún habiendo perdido la apuesta.
Los ángeles declaran al final de la obra "Lo eterno femenino nos lleva a lo más alto". Lo único que realmente merece la pena en la vida es el amor de una mujer. Lo demás es intrascendente. Este es el mensaje tras casi 1000 folios. Y son las únicas lineas de texto de la hiperemocional Sinfonia Fausto de Liszt.
La conexión entre una parte y otra, no es más que la representación de los ideales del romanticismo alemán, lo emocional o subjetivo, debe prevalecer sobre lo racional u objetivo.
Mefistófeles representa para Fausto una vuelta a la juventud. Se ofrece para demostrarle que aún quedan misterios del mundo que desconoce y le devuelve la pasión que lo movía antes de ser el sabio que es al inicio de la obra.
Fausto vive su amor por Margarita como un amor de iniciación, un amor adolescente. La pasión que lo embarga lo mueven a acercarse a esta niña que queda cautivada por él, su sabiduría y sus relatos.
En el cuarto libro de su principal obra, Schopenhauer elogió el retrato que hace Goethe de Margarita y de su sufrimiento.
"El gran Goethe nos ha dado una descripción distinta y visible de esta negación de la voluntad, causada por una gran desgracia y por la desesperación de toda liberación, en su obra maestra inmortal Fausto, en la historia de los sufrimientos de Margarita.
Es cierto que muchas tragedias llevan a sus héroes a unos extremos tales que no les queda más que la completa resignación, y entonces el deseo de vivir y su percepción terminan habitualmente al mismo tiempo. Pero ninguna descripción que yo conozca nos proporciona el punto esencial de esa conversión tan distintintivamente y tan libre de todo elemento extraño que la mencionada de Fausto".
Schopenhauer. El mundo como voluntad y representación, Libro IV, 68
En la foto un fotograma de la más reciente película sobre Fausto de Alexander Sokurov (2011). Contemplamos a Margarita. Para conquistarla Fausto vendió su alma al diablo.