El 22 de mayo de 1455, el duque de York atacó las fuerzas del rey Enrique VI de Inglaterra en la aldea de St. Albans. De este modo comenzó la guerra de las Dos Rosas.
El conflicto, que se desarrollaría durante la segunda mitad del siglo XV, fue una guerra nobiliaria entre las dos ramas de la dinastía Plantagenet (Lancaster y York) por la sucesión al trono de Inglaterra. Tomó su nombre de los respectivos emblemas heráldicos: la rosa blanca de la casa de York y la rosa roja de la casa de Lancaster.
Con el ataque en St. Albans, el duque de York pretendía alejar al rey Enrique VI de Lancaster de la influencia de un grupo de consejeros que, es su opinión, estaban perjudicando a Inglaterra.
Las fuerzas de Enrique VI no estaban bien preparadas y fueron derrotadas en poco tiempo. La casa de York intentó restaurar el orden en Inglaterra, e inició una poco exitosa campaña de reformas, que desembocaron en una guerra intermitente que habría de durar 30 años.
La rivalidad entre las dos casas se remontaba a la segunda mitad del siglo XIV. Cuando Eduardo III murió en 1377, el heredero al trono fue su hijo de 10 años, Ricardo, pues su primogénito había muerto hacía un año. El niño subió al trono, pero fue desafiado por su tío, Juan de Gante, duque de Lancaster. No fue Juan mismo, sino su hijo Enrique quien, luchando bajo el emblema de la rosa roja, derrocaría a su primo. En 1399, Enrique IV se convirtió en rey de Inglaterra y la casa de Lancaster gobernó durante dos generaciones.
Los yorkistas, liderados por Ricardo, duque de York, tuvieron éxito en la primera batalla en St. Albans, pero debieron pasar seis años antes de que su hijo Eduardo se convirtiese en rey, al derrotar al ejército de Enrique VI en la batalla de Towton.
En 1470, Enrique recuperó el trono, solamente para morir al año siguiente. Eduardo IV se convirtió en rey nuevamente, pero cuando murió, Ricardo, duque de Gloucester, encerró a los dos jóvenes hijos de Eduardo en la Torre de Londres y tomó nuevamente el poder, convirtiéndose en Ricardo III.
Su corto reinado terminó con su derrota a manos de Enrique Tudor en la batalla de Bosworth Fiedl en 1485. Descendiente de Juan de Gante por su lado materno, Enrique pronto puso fin a las luchas casándose con la hija de Eduardo IV, Isabel de York, y gobernando como Enrique VII.
Shakespeare dedicó una de sus obras teatrales a la figura de Ricardo III. En ella, el monarca aparece como un ser deforme y malvado, dispuesto a todo por acceder al trono. En la imagen película sobre la obra de Shakespeare.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Absoluta recomendación de la película¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡