En las primeras horas del 2 de mayo de 1808, una muchedumbre empezó a congregarse frente al Palacio Real de Madrid ante el intento de los soldados franceses de llevarse consigo a los dos hijos de Carlos IV. Tratando de impedirlo, la multitud asaltó el palacio. El jefe de las tropas francesas en España, el general Murat, ordenó a sus hombres abrir fuego contra un levantamiento popular espontáneo.
Pronto comenzaron a formarse partidas de barrio que se alzaron en armas para impedir el acceso a la ciudad de nuevas tropas francesas.
Murat, al frente de aproximadamente 30.000 hombres, frustró el intento de la multitud de acantonarse en las puertas que cercaban Madrid, logrando entrar y dirigirse hacia el centro. La lucha se recrudeció en las calles, y varios cientos de víctimas entre madrileños e invasores cayeron en lo que se convirtió en una jornada sangrienta.
Murat pudo así someter a Madrid bajo mando militar y manipular a su antojo a la Junta de Gobierno, logrando que los focos de resistencia popular fueran disolviéndose.
Durante la sublevación popular, los militares españoles se mantuvieron acuartelados y sin reacción, salvo los artilleros del parque de Artillería del palacio de Monteleón, que desobedecieron al mando militar y se unieron a la insurrección.
El 2 de mayo no fue una rebelión del Estado español contra los franceses, sino más bien de las clases populares de Madrid contra el invasor, tolerado en gran medida por los integrantes de la Administración. La entrada de las tropas francesas se hizo en el marco de la legalidad, amparándose en el Tratado de Fontainebleau, pero este fue violado tras la ocupación de plazas que no se hallaban en el camino hacia Portugal, supuesto objetivo de Napoleón.
Una vez aplacada la rebelión, Murat se dispuso a ejercer el control absoluto de la Administración y del ejército español, castigar severamente a los considerados rebeldes como escarmiento para el resto de la población y presentarse como el gobernante de España. Ya en la tarde del 2 de mayo Murat aprobó un decreto a través del cual se creó una comisión militar, con la finalidad de condenar a muerte a todos aquellos madrileños con armas en su poder.
Por su parte, el Consejo de Castilla hizo pública una proclama, mediante la cual se declaró ilegal toda reunión que tuviera lugar en sitios públicos, además de exigir la entrega de todas las armas.
Como resultado, centenares de patriotas fueron fusilados en el Salón del Prado y en los campos de la Moncloa al día siguiente.
Los capitanes de artillería Luís Daoíz y Torres –que estuvo al mando de la sublevación- y Pedro Velarde Santillán se convirtieron en héroes tras repeler la primera ofensiva francesa; morirían en el posterior combate contra los refuerzos enviados por Murat.
El cuadro de Goya.
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"El dos de mayo de 1808 en Madrid", también llamado "La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol o La lucha con los mamelucos" es, junto con El tres de mayo, uno de los cuadros más célebres de Francisco de Goya y Lucientes, pintor español. El cuadro, pintado en 1814 en óleo sobre tela, se encuentra en el Museo del Prado, en Madrid.
Historia
El 24 de febrero de 1814, Goya dirige una carta a la regencia de España, informando de su pretensión de
«perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa»
El 9 de marzo le respondía el gobierno aceptando pagarle el importe de lienzos, aparejos y colores. Como resultado, en el año 1814, seis años después de los hechos, pintó este lienzo, y Los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña del Príncipe Pío, que plasma los acontecimientos del día siguiente al representado en este cuadro.
Hay que resaltar que Goya no asistió a una escena similar: la pintó de acuerdo a los relatos que oyó sobre el acontecimiento. Con el cuadro quiso rendir homenaje a la resistencia española.
Durante la Guerra Civil este cuadro, junto con otros del Museo del Prado, fue sometido a sucesivos traslados y finalmente fue sacado de España y trasladado a Ginebra. En ese traslado se deterioraron algunos fragmentos, como puede observarse en las faltas cubiertas de marrón a la izquierda del cuadro. El camión que transportaba el lienzo rozó un balcón que caía bajo el ataque de la artillería nacional en el paso del convoy por Benicarló en su traslado entre Valencia a Barcelona. Dado que la pintura se trasladaba en su bastidor (no enrollada), sufrió el impacto y se desgarró.
En 2008 las zonas afectadas fueron restauradas y las figuras desaparecidas reintegradas con pigmentos a la acuarela, tomando como modelo fotografías previas a las pérdidas. En los estudios publicados tras la restauración se confirmó que antiguamente la obra había mostrado la inscripción «2 de mayo» en el cielo, añadida posiblemente cuando permanecía almacenada en el siglo XIX y que fue eliminada con disolventes antes de 1890.
Análisis del cuadro.
Representa una escena del levantamiento del 2 de mayo contra los franceses, comienzo de la guerra de independencia española contra Napoleón, que había ocupado España en 1808 e iba a poner como rey a su hermano, José.
En el cuadro, los insurgentes españoles atacan a los mamelucos, mercenarios egipcios que combaten al lado del ejército francés. Esta revuelta fue aplastada de forma sangrienta por el ejército de ocupación.
Los movimientos de los caballos y de los distintos personajes dotan al cuadro de un gran dinamismo. Refleja la escena con gran realismo, como puede verse la representación de los cuerpos caídos y los ríos de sangre. En el último término, se ve el perfil arquitectónico de Madrid, si bien tratado de tal manera que no distrae la atención del acontecimiento principal, que domina el primer plano.
Goya usa una pincelada suelta. Utiliza un rico cromatismo. Su estilo recuerda a algunos cuadros del romanticismo francés, obras de Géricault o Delacroix.