A'ishah bint Abi Bakr fue una de las veinte esposas de Mahoma. En los escritos islámicos su nombre a menudo aparece precedido por el título de "Madre de los Creyentes", por la descripción de las esposas de Mahoma en el Corán.
Las fuentes tradicionales afirman que Aisha se casó con Mahoma a la edad de 9 años. Mahoma tenía 54.
Según las opiniones Sunnitas, Aisha tuvo un papel muy importante en la historia del Islam, tanto durante la vida de Mahoma como después de su muerte. Ella fue una figura activa en muchos eventos y un importante testimonio de muchos más.
Aisha contribuyó al crecimiento, desarrollo y descripción del Islam.
Fue un modelo a seguir para los demás, también fue una importante consultora religiosa y política.
Después de la muerte de Mahoma, Aisha se involucró en la continuación de su mensaje. Ella estuvo presente a través de los reinados de los cuatro primeros Califas. Su padre, Abu Bakr as-Siddiq, se convirtió en el primer califa en suceder a Mahoma.
Durante el reinado del tercer califa, Aisha se rebeló ya que, en muchas ocasiones, no aprobaba las prácticas de Uthman Ibn Affan. Durante el reinado del cuarto califa, Ali Ibn Abi Talib, quería vengar la muerte de Uthman, cosa que intentó hacer en la denominada Batalla del Camello.
Aisha participó en la batalla, dando discursos y viajando en la retaguardia de las tropas a lomos de un camello. Aisha acabó perdiendo la batalla pero su participación y determinación provocó una impresión duradera.
Infancia y juventud.
Aisha nació en el año 613, en la Meca. Era hija de Umm Ruman y Abu Bakr as-Siddiq, dos de los compañeros de más confianza de Mahoma. El nombre de su padre "Bakr" significa "virgen", en referencia a la virginidad de Aisha. Fue la tercera y más joven esposa de Mahoma. Uno de sus primeros encuentros se dio cuando Mahoma visitó su casa. Mahoma la encontró "llorando amargamente" porque sus padres la habían disciplinado. Mahoma se vio afectado por sus lágrimas y, en un esfuerzo para que ella dejara de llorar, éste le pidió a su madre que "fuera amable con la niña por su propio bien".
Edad al contraer matrimonio
Según las fuentes tradicionales, Aisha contaba con 6 años cuando se casó con Mahoma y 9 años cuando el matrimonio fue consumado. Sin embargo, Al-Tabari afirma que Aisha tenía diez años. Las fuentes no ofrecen mucha más información acerca de los años de infancia de Aisha.
La historiadora estadounidense Denise Spellberg afirma que "estas referencias específicas a la edad de la novia refuerzan el estado pre-menarquia de Aisha y, implícitamente, su virginidad".
Los primeros musulmanes consideran la juventud de Aisha como una demostración de su virginidad y, por lo tanto, su idoneidad como esposa de Mahoma. Esta cuestión de la virginidad era de gran importancia para aquellos que apoyaron la posición de Aisha en el debate de la sucesión de Mahoma. Estos partidarios consideran que, como la única esposa virgen de Mahoma, Aisha fue divinamente elegida para él.
Vida personal
Relación con Mahoma
En la tradición musulmana, Aisha es descrita como la esposa más amada y favorecida de Mahoma después de su primera esposa, Khadija Bint Khuwaylid, que falleció antes de la migración hacia Medina. Hay varios hadices, o dichos de Mahoma, que apoyan esta creencia. Uno de ellos se refiere a que cuando un Compañero preguntó a Mahoma "Quién es la persona a quien más quieres en el mundo?"; Mahoma respondió: "Aisha". Otros cuentan que Mahoma construyó el apartamento de Aisha para que la puerta se abriera directamente hacia la Mezquita y que ella fue la única mujer con la que Mahoma recibió revelaciones, ambos se bañaban en la misma agua y yacía tumbada ante Mahoma mientras él oraba.
También existen varias tradiciones que revelan el afecto mutuo entre Mahoma y Aisha. Él solía sentarse y observarla jugar a las muñecas con sus amigas y, en ocasiones, se unía a ellas.15 Además, estaban tan conectados que eran capaces de discernir el estado de ánimo del otro. También es importante mencionar que Mahoma no se consideraba superior a Aisha, al menos no lo suficiente para evitar que Aisha dijera lo que pensaba, aún a riesgo de enojarlo. En uno de esos casos, ante el anuncio de que Mahoma había recibido una revelación que le permitía contraer matrimonios no permitidos a otros hombres, ella le replicó: "¡Me parece que el Señor se ha apresurado en satisfacer tu deseo!".
Por otra parte, Aisha y Mahoma tenían una fuerte relación intelectual: Mahoma valoraba su aguda memoria y su inteligencia, y ordenó a sus compañeros que emularan algunas de las prácticas religiosas de su esposa.
La relación entre Aisha y Mahoma llegó a ser tensa en alguna ocasión. En una de esas ocasiones, Mahoma dejó a Aisha en la cama y fue al cementerio a suplicar por los muertos. Aisha siguió a Mahoma, pero al darse cuenta de que se encontraba manchada se marchó hacia su casa. Cuando Mahoma llegó a la habitación de Aisha, la encontró en la cama y le faltaba el aire. Estaba disgustado con Aisha y, después de una breve conversación, hubo un punto que podría considerarse como violencia doméstica. Según los registros musulmanes, Mahoma le preguntó a Aisha: "¿Fue la oscuridad de tu sombra lo que vi ante mi?"; Aisha respondió que sí, él la golpeó en el pecho causándole dolor y le dijo: "¿Crees que Alá y su Apóstol te tratarían injustamente?.
Acusación de adulterio
La historia de la acusación de adulterio impuestas contra Aisha se puede remontar a la Sura Al-Nur (capítulo 24) del Corán. Según cuenta la historia, Aisha abandonó su Howdah con el fin de buscar un collar que había perdido. Sus esclavos montaron el Palanquín y lo prepararon para el viaje sin notar ninguna diferencia en el peso sin la presencia de Aisha, por lo tanto, la caravana partió accidentalmente sin ella. Ella permaneció en el campamento abandonado hasta la mañana siguiente, cuando Safwan ibn Al-Mu'attal (un nómada y miembro del ejército de Mahoma) la encontró y la llevó de vuelta hacia el campamento militar donde la esperaba Mahoma.
En ese momento, Abd-Allah ibn Ubay, Hassan ibn Thabit, Mistah ibn Uthatha y Hammanah bint Jahsh (hermana de una de las esposas de Mahoma) extendieron el rumor sobre una supuesta relación adúltera entre Aisha y Safwan. Usama ibn Zayd, hijo de Zayd ibn Harithah, defendió la reputación de Aisha, pero Ali recomendó a Mahoma que se divorciara de ella. Mahoma decidió visitar a Aisha y hablar directamente con ella acerca de esos rumores. Seguía sentado en la casa de Aisha, cuando recibió una revelación divina que confirmaba la inocencia de Aisha. La Sura 24 detalla las leyes y castigos sobre el adulterio y las calumnias.
Los acusadores de Aisha fueron sometidos a un castigo de 80 latigazos.
Historia de la miel
Después de la oración diaria de las tardes, Mahoma iba a visitar cada uno de los apartamentos de sus esposas para preguntar sobre su bienestar. Una vez, la quinta esposa de Mahoma (Zaynab bint Jahsh) recibió de un familiar y al profeta le gustó mucho esta miel. Como resultado de esto, cada vez que Zaynab le ofrecía miel el pasaba más tiempo en su apartamento. Esto no le sentó bien ni a Aisha ni a Hafsa bint Umar (cabe señalar que "el sabor de la miel" era una metáfora árabe común para "tener relaciones sexuales").
Es posible que la molestia de Hafsa y Aisha no tuviera nada que ver con la miel literal. Así que Hafsa y ella acordaron secretamente, que si él visitaba a cualquiera de las dos, le dirían: "Parece que has comido maghafir (una especie de resina con mal olor), porque hueles a maghafir". Así lo hicieron y el respondió: "No, pero estaba bebiendo miel en casa de Zaynab, hija de Jahsh, y nunca la voleré a tomar. He hecho un juramento y no deberías mencionarlo a nadie". Poco después de este hecho, Mahoma anunció que había recibido una revelación en la que se le dijo que podía comer cualquier cosa permitida por Alá.
Algunos Sunníes estudiosos del Corán afirman que es el motivo de la revelación de la Sura 66, que comienza con los siguientes versos: "Profeta ¿Porqué le prohíben lo que Dios ha hecho lícito, al tratar de complacer sus esposas? Dios es indulgente, misericordioso. Dios te ha dado la absolución de tales juramentos".
Muerte de Mahoma
Aisha fue la esposa favorita de Mahoma durante toda su vida. Cuando él enfermó y sospechaba que iba a morir, pidió a sus esposas que lo dejaran permanecer junto a Aisha. Se quedó en el apartamento de Aisha hasta su muerte y tomó su último suspiro entre los brazos de ésta, su esposa más amada.
Carrera política
Después de la muerte de Mahoma, que puso fin al matrimonio de 10 años entre Aisha y Mahoma, ésta vivió cincuenta años más en Medina. Gran parte de su tiempo lo dedicó a aprender y a adquirir conocimientos del Corán y de la Sunnah de Mahoma. Aisha era una de las tres esposas (las otras dos son Hafsa bint Umar y Umm Salama) que fueron capaces de memorizar el Corán. Como Hafsa, Aisha tenía su propio Corán después de la muerte de Mahoma.
Durante la vida de Aisha comenzaron muchas costumbres prominentes del Islam, como el uso del Hiyab y la reclusión de las mujeres. La importancia de Aisha en la revitalización de la tradición árabe y el liderazgo entre las mujeres árabes destaca en el Islam. Aisha se involucró en la política del incipiente Islam y en la de los tres primeros califatos. Durante un tiempo en que no se esperaba que las mujeres contribuyeran fuera del hogar, Aisha pronunció discursos públicos, se involucró directamente en la guerra, luchó en batallas y ayudó a los hombres y mujeres a comprender las prácticas de Mahoma.
Actividad política durante los Califatos.
Después de la muerte de Mahoma, en el año 632, Abu Bakr as-Siddiq fue nombrado Califa. Éste tuvo dos ventajas en el logro de su nuevo papel: su amistad personal con Mahoma y su papel como suegro. Como califa, Abu Bakr, fue el primero en establecer directrices para la nueva posición de autoridad.
Aisha, como esposa de Mahoma y hija de Abu Bakr as-Siddiq, obtuvo un especial privilegio en la comunidad musulmana. Se le otorgó el título de "al-Siddiqa bint al-Siddiq" que significa "la mujer veraz hija del hombre veraz".
En el año 634, Abu Bakr enfermó gravemente y no pudo recuperarse. Antes de morir, nombró a Umar ibn al-Jattab (uno de sus consejeros) como su sucesor. Aisha continuó jugando el papel de consultora en asuntos políticos durante el reinado del segundo Califa.
Después de la muerte del Califa Umar ibn al-Jattab, Uthman Ibn Affan fue escogido para ser el tercer Califa. Uthman quería promover los intereses de la familia Omeya. Aisha tuvo poca participación durante los dos primeros años del reinado de Uthman, pero finalmente se vio obligada a volver a introducirse en las intrigas políticas. Con el tiempo, la esposa de Mahoma, llegó a despreciar a Uthman, aunque los historiadores no están seguros sobre lo que provocó esta especial oposición hacia él. Su oposición hacia Uthman se hizo latente cuando el Califa maltrató y pegó a Ammar ibn Yasir, un Compañero de Mahoma. Aisha se enfureció y habló públicamente diciendo: "¿Cuando habéis olvidado la práctica del Profeta? ¡Sus cabellos, su camisa y sus sandalias aún no han muerto!".
La Batalla del Camello
En el año 655, el Califa Uthman fue asesinado, lo que provocó la Primera Fitna.
Los rebeldes propusieron a Ali Ibn Abi Talib como Cuarto Califa y legítimo sucesor de Mahoma, al ser su yerno. Muchos informes absuelven a Ali de su complicidad en el asesinato de Uthman. Alí solo accedió a ser califa cuando sus seguidores persistieron.
Aisha, junto a un ejército encabezado por Zubayr ibn al-Awwam y Talha ibn Ubayd-Allah, se enfrentó al ejército de Ali exigiendo el enjuiciamiento de los asesinos de Uthman que se mezclaban con su ejército a las afueras de la ciudad de Basora. La batalla sobrevino y las fuerzas de Aisha fueron derrotadas. Aisha dirigía sus fuerzas militares sobre un palanquín a lomos de un camello, es por eso por lo que esta batalla se llama la Batalla del Camello.