Mara y buda. Hoy 14 de mayo de 563 a.C. (aproximadamente) nace Buda. Mara envió a sus tres hermosas hijas para seducir a Buda. Esas hijas eran Deseo, Satisfacción y Arrepentimiento.

Detalles del evento

Cuándo

14/05/2015
de 14:15 a 14:15

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Mara es una personalidad demoníaca bien definida aunque simbólica.

Estrechamente vinculado a ese carácter alegórico que a veces se advierte en los jatakas está el hecho de que los primeros relatos sobre la vida de Buda aparecieron tres siglos luego de su muerte, a lo cual se suma el que fueron varios los jatakas que se escribieron sobre él (el primer buda histórico), de modo que todos esos textos no deben tomarse tanto como documentos históricos pues fueron inspirados total o parcialmente (dependiendo del jataka) con fines didácticos, pese a acotar datos suficientes para construir una biografía de Buda.

Existen diversas historias sobre la aparición de Mara en la búsqueda de la iluminación por parte de Buda. Pese a las variaciones, en todas las historias Mara es un tentador, un representante de la ignorancia espiritual y de todas las tendencias que se oponen a la iluminación.

Un resumen del relato esencial (incorporando detalles de ciertas versiones) podría contarse así:

Tras varios años (seis, según ciertas fuentes) de intensa práctica ascética, el cuerpo de Siddhartha quedó demacrado y su mente sin alcanzar la iluminación. Comprendió así que, los rigores de la privación extrema y de la mortificación, no eran un camino adecuado hacia la liberación espiritual. Entonces se retiró a un bosque y allí hizo el propósito firme de sentarse a meditar bajo un árbol, incansablemente hasta conseguir la iluminación.

Los días pasaron y pasaron pero la voluntad de Buda permanecía inalterable y en su mente resplandecían cada vez con más intensidad las verdades sobre la naturaleza última de la realidad, la vacuidad e insubstancialidad del ego y de los fenómenos, y las causas del sufrimiento y de la continuidad de los seres en el mortificante círculo del samsara.

Pero esa misma fuerza de su determinación hizo que pronto Mara (el rey de los demonios) se preocupase, enviando a sus ejércitos para quebrar la voluntad de Siddharta, quien respondiendo a la tentación de Mara describió a sus ejércitos de este modo: ‹‹La sensualidad y los placeres forman tu primer ejército, el segundo se llama Aversión. Tu tercer ejército es el Hambre y la Sed, el cuarto, el Deseo. Tu quinto ejército es Pereza e Indolencia, el sexto, Cobardía. Tu séptimo ejército es la Duda, el octavo, la Hipocresía y la Estupidez. Ganancias, Fama, Honores y Gloria falsamente obtenidos, la Alabanza de uno mismo y el Menosprecio de los demás; éste es tu ejército››.

Viendo que Shakyamuni (nombre comúnmente usado para el Buda Siddhartha) no claudicaba, Mara envió a sus tres hermosas hijas para que lo seduzcan y lo desvíen de su búsqueda espiritual. Esas hijas eran Deseo, Satisfacción y Arrepentimiento, al menos en la versión del antropólogo Joseph Campbell. En su texto La vida de Buda. Una interpretación, Gadjin M. Nagao nos da una imagen detallada del pasaje: ‹‹Al no tener éxito, Mara le envía a sus tres hijas para seducirlo sexualmente. Las tres hijas recurren a toda clase de ardides amorosos de que disponen, exhibiendo su piel semejante al alabastro, atrayéndolo con canciones y danzas, miradas de soslayo y dulces palabras de elogio. Se pasean frente a él levantando sus faldas y diciéndole cosas como: “Quisiera ser la servidora de un gran hombre como tú”. Pero, es innecesario decirlo, Shakyamuni permanece inmutable.››

Irritado ante el autocontrol de Siddhartha, Mara le dice que el asiento de la iluminación le corresponde por derecho a él. “¡Yo soy tu testigo!”, claman al unísono los demonios de Mara, quien desdeñoso interroga a Buda diciéndole: “¿Quién hablará por ti?”

Entonces Siddhartha, conservando aún su postura meditativa de flor de loto, acerca la mano derecha a la tierra y la toca (la pone hacia abajo sobre su rodilla derecha, según otras fuentes). Tras ser tocada, la tierra tiembla, se abre y de ella sale la Diosa Tierra (personaje simbólico) con un jarrón de flores. “Yo doy testimonio”, dice la diosa, aunque las palabras que expresa en la versión de Joseph Campbell son más impactantes a la hora de entender el sentido de la budeidad: ‹‹Éste es mi hijo amado, quien a través de innumerables vidas se ha entregado a sí mismo, por lo que no hay un cuerpo aquí››

Posteriormente al testimonio de la Diosa Tierra, Mara y sus ejércitos desaparecen y Siddhartha Gautama alcanza la iluminación, viendo entonces todas sus vidas anteriores y comprendiendo el proceso de las doce causas que atan a los seres al sufrimiento del samsara.

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