Tchaikovsky. Hoy 7 de mayo de 1840 nace Tchaikovsky, uno de los mejores compositores de la historia. La "Sinfonía número 6, "Patetica", su mejor sinfonía y una obra genial.

Extracto de "Historia de la Sinfonía" de Pedro Beltrán. Ediciones CAM. Diciembre 1989.

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Cuándo

07/05/2015
de 16:40 a 16:40

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La Sinfonía n.º 6 en si menor, Patética, Op. 74 es la última sinfonía de Piotr Ilich Tchaikovski, escrita entre febrero y finales de agosto de 1893. El compositor dirigió la primera interpretación en San Petersburgo el 28 de octubre de ese año, nueve días antes de su muerte. La segunda interpretación, bajo la dirección de Eduard Nápravník, tuvo lugar veinte días después en un concierto memorial.

El título de «Patética» no es del propio Chaikovski; fue sugerido por su hermano y la palabra rusa que utilizó fue «patetichesky», que significa «apasionado» o «emotivo» más que «lamentable» o «patético». La obra ha provocado comentarios muy diversos, también por razones que no son estrictamente musicales, puesto que una semana después del estreno el compositor se vio llevado al suicidio por un escándalo en su vida privada (su homosexualidad). La interpretación más plausible habla de una retrospectiva autobiográfica que desemboca en un «réquiem» para sí mismo, resultante de una premonición que el compositor habría tenido de su próximo fin.

“He escrito una nueva sinfonía con programa, pero con un programa que será un enigma para todo el mundo. ¡Qué intenten adivinarlo! Mi argumento está lleno de sentimientos subjetivos hasta el punto de que, componiendo mentalmente la sinfonía durante el viaje, lloré muchas veces…”

Esta obra de la Tchaikovsky habla a su sobrino en carta escrita desde Paris, es la “Sinfonía Patética”, la única composición sinfónica verdaderamente genial del autor ruso y, sin duda la mejor de su producción.

Tchaikovsky escribió en 1892 la “Sexta Sinfonía” y definió el programa: “Una sinfonía: la vida. Primer movimiento: ímpetu, confianza, sed de acción; debe ser breve. Final: la muerte (con las consecuencias de la destrucción). Segundo movimiento: el amor. Tercer movimiento: decepción. Cuarto movimiento: deberá terminarse en calando, igualmente breve”.

Cuando la partitura estuvo terminada Tchaikovsky, insatisfecho, guardó el manuscrito sin ensañarlo a nadie. Un nuevo examen en diciembre de 1892 le convence de su baja calidad musical y utiliza sus elementos para otras obras. El primer tiempo se convertirá en el “Tercer Concierto para piano y orquesta” (terminado por Taneiev). El Andante y el allegro final serán transformados en dos páginas para piano y orquesta. El único movimiento no utilizado es el scherzo cuyo manuscrito no se ha encontrado.

Por tanto cuando Tchaikovsky inicia la composición de la “Patética” su última sinfonía completa es la nº 5 por lo que es lógico que la nueva figure como “Sexta”.

Ahora sí que está satisfecho de su partitura. “Jamás había amado tanto una de mis obras. Es mi obra maestra y la más sincera de todas”.

Chaliaplin comenta la “Patética” en los siguientes términos:
“Cuando Tchaikovsky, el notable compositor tan querido de todos, expresaba musicalmente la tristeza, hacia siempre oír una queja personal, tanto en sus romanzas como en sus poemas sinfónicos (dejo a un lado sus composiciones neutrales, como Eugene Oneguin o los ballets). La vida es triste, amigos míos, parece decir. El amor ha muerto, las hojas están marchitas, la enfermedad y la vejez han llegado. Esta tristeza es perfectamente legítima, evidentemente humana. Pero todo ello empequeñece la música. También Beethoven expresa la tristeza, pero su tristeza se difunde en los espacios donde se halla todo y, sin embargo, no hay nada definido; no podemos aferrarnos a nada y, no obstante, hay algo. Al caer no podéis agarraos a una estrella y, sin embargo, ésta no existe. Tomas al contrario la “Sexta Sinfonía” de Tchaikovsky, es una obra hermosa, pero en ella se siente el llanto personal del compositor… y ese llanto sincero cae pesadamente sobre el alma del oyente…”

Una breve introducción prepara nuestro ánimo para un largo movimiento de más de 20 minutos sombríos y pesimistas. Tchaikovsky ha iniciado su sinfonía con un adagio rompiendo los cánones clásicos.

El segundo movimiento tiene una extensión menor. Está escrito es forma de lied y presenta un ritmo curioso y relativamente poco usado.

El tercer movimiento es majestuosamente enérgico. Este tema exótico, luminoso y brillante ha popularizado la sinfonía. El clímax final hace que muchos asistentes a los conciertos aplaudan al pensar que la obra ha concluido. Algunos “musicólogos” han propuesto la alteración de los tiempos para utilizar este allegro molto vivace como final.

El adagio lamentoso constituye el último movimiento, el propio título nos indica el clima emocional en el que se desarrolla la música. Dolor, pesimismo y angustia son los sentimientos que nos transmiten unos acordes que terminarán evaporándose melancólicamente.

Ocho días después del estreno Tchaikovsky bebe varios vasos de agua. El cólera se ha extendido por San Petersburgo desde hace un mes y beber agua sin hervir supone la muerte casi segura. El autor de la “Patética” lo sabía. A pesar de ello bebe y muere.

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