Wagner y el budismo. Hoy 14 de Mayo de 563 a.C (aproximadamente) nace Buda. La última ópera de Wagner "Parsifal" contiene claras referencias budistas mezcladas con elementos cristianos.

En la mezcla tolerante esta siempre la verdad y en la intolerancia fanática exclusivista la mentira. Wagner nació el 22 de mayo de 1813 y murió el 13 de febrero de 1883. El estreno mundial de "Parsifal" fue el 26 de julio de 1882

Detalles del evento

Cuándo

14/05/2015
de 08:35 a 08:35

Agregar evento al calendario

Parsifal es un Festival escénico sacro, Bühnenweihfestspiel, como lo definió su autor Richard Wagner, en tres actos, con música y libreto en alemán, compuestos por él mismo. Se basa en el poema épico medieval (del siglo XIII) Parzival de Wolfram von Eschenbach, sobre la vida de este caballero de la corte del Rey Arturo y su búsqueda del Santo Grial. Wagner concibió la obra en abril de 1857 pero sólo la completó 25 años después, estrenándose en el Festival de Bayreuth el 26 de julio de 1882 (al estreno asistirían, entre otros, Vincent d'Indy y Ernest Chausson).

Historia

Wagner leyó por primera vez el poema de Wolfram von Eschenbach en Marienbad en 1845. Influenciado por la concepción filosófica del mundo contenida en los trabajos de Arthur Schopenhauer en 1854, Wagner se mostró interesado en las filosofías orientales, particularmente el budismo. Tras leer la obra de Eugène Burnof Introduction à l'historie du buddhisme indien en 1855/56, escribió Die Sieger (Los victoriosos, 1856), un boceto de una ópera basada en una historia de la vida de Buda.

Los temas que luego serían explorados en Parsifal de reencarnación, compasión, renuncia a uno mismo e incluso los grupos sociales (castas en Die Sieger, los Caballeros del Grial en Parsifal) fueron introducidos en Die Sieger.

Transcribo de Jordi Mota "Hemeroteca wagneriana".

"Wagner en los últimos años de su vida sintió un vivo interés por las doctrinas orientales y dentro de sus proyectos de dramas musicales se hallaba uno titulado "Los Vencedores" cuyos protagonistas Savitrý y Amanda, formaban parte del mundo budista. La obra, sin embargo, no estaba concebida como un drama religioso, como en el caso de Parsifal, sino simplemente como un drama musical de ambiente oriental con
trasfondo budista.

Existe un esbozo de apenas dos paginas de esta obra escrito por Wagner. La concepción de Parsifal en esa misma época influyó de alguna manera en su contenido. Para Manuel Abril “del antiguo proyecto búdico apenas queda una alusión directa en aquellas frases del poema en que, hablando de Kundry, dice que “acaso vive una vida nueva para expiar las culpas de una vida anterior pecadora”, clara alusión a la metempsicosis búdica y a su proyecto de drama, en el que la protagonista vivía, en efecto, una vida expiadora de existencia anterior”, mientras para el Profesor Otto Scmiedel esa relación con el budismo en Parsifal se halla principalmente en Klingsor, "en cuya figura he visto claramente a Mara, el diablo budista, el dios de este mundo, de la sensualidad, del pecado, el enemigo de Budha, quien primero intenta destrozarle con su grupo de diablos y por su jabalina mágica, y que luego quiere seducirle con sus hijas. Así, el primer y segundo acto de Parsifal demuestran un carácter principalmente cristiano-germánico, el tercero un carácter budista-índico", abundando también en esta opinión de mezcolanza de elementos cristianos y budistas la autora americana Dorothea Dauer que nos dice que "Parsifal representa, por lo tanto, la culminación a que finalmente le condujeron sus sentimientos religiosos. Eran los nuevos Evangelios de Wagner, en los que los elementos budistas y cristianos son entretejidos por su genio artístico".

Para Antonio Medrano, experto en temas religiosos y en el pasado crítico wagneriano desde Bayreuth, los elementos budistas se encuentran principalmente en la figura misma de Parsifal desarrollada a lo largo de toda la obra y muy especialmente en las enigmáticas palabras finales "Redención al Redentor", pues “el Redentor, Cristo, es el Hijo de Dios”, nos dice Antonio Medrano, “es evidente que no se le puede aplicar una idea semejante de “Redención”, que ni necesita ni puede recibir, pues no tiene nada de que ser redimido. Sí resulta perfectamente aplicable tal formula en la perspectiva budista, para la cual Buda no es más que un ser humano que busca su liberación, de la cual ha de derivarse también la liberación de todos los seres vivientes, de los hombres y de los dioses”. Medrano sin embargo considera que el budismo de Wagner es “algo deformado y desvirtuado, sometido a la reinterpretacion -no precisamente fiel ni cualificada-, de la mentalidad propia del siglo XIX”.

Parece evidente, pues, una influencia budista inconsciente en la última obra de Wagner, punto en el que coinciden docenas de autores. Antonio Medrano en su interesante trabajo sobre “Parsifal y la Vida de Budha” menciona, citando a Marco Pallis, el significado budista de la Tetralogía, concretamente en la escena final de La Walkiria.

El Grial esta presente en todo "Parifal" y en las tradiciones orientales. Citamos a Antonio Medrano. "Cuenta una antigua leyenda que el Grial, ante la falta de receptividad del clima europeo para su mensaje, abandonó las tierras de Occidente para refugiarse en Oriente y, más concretamente en la India.
Semejante indicación, tan enigmática como sorprendente, permite entrever la existencia de un nexo especial entre la India y el Grial.

En la tradición hindú, el Grial se corresponde, ante todo, con el vaso sacrificial que contiene el soma o bebida sagrada del antiguo ritual védico, o incluso con el soma mismo. Es este un detalle ya puesto de relieve por mitólogos v orientalistas como Emile Burnouf y Leopold von Schroeder.

Según Burnouf, el samudra o recipiente del soma es el vaso que «contiene la sangre del dios viviente», de Agni, personificación del fuego, del mismo modo que «el graal contiene la sangre de Cristo inmolado». Tanto el uno como el otro representan el «Vaso universal» o «vaso de purificación» en que se recoge el principio del calor y de la luz, de la vida y de la sabiduría. Por su parte, Leopold von Schroeder, que llama la atención sobre la identidad existente entre el soma y la luna, caIifica al «soma celestial», origen del soma terreno utilizado en el rito, de «modelo de Grial». En su opinión, el Grial o «recipiente milagroso» no es otra cosa que «el fondgefass o vaso celeste de la luna, dispensador de milagrosas bendiciones», generador de la lluvia, propiciador de la vida y despertador del entusiasmo, que más tarde sería identificado con el vaso de la última cena de Cristo. Schroeder no deja de señalar que el soma podría aludir asimismo al Sonnengefäss o vasija solar, en cuanto que el Sol puede ser considerado como "una vasija llena de leche caliente o como un gran puchero que ayuda a satisfacer todos los deseos y a dar eterna bienaventuranza".

La identificación del Grial con el soma es también subrayada, esta vez en un plano de rigurosa coherencia tradicional, por Ananda Coomaraswamy, el cual emplea como sinónimas las expresiones Soma-thief («ladrón del soma») y Grail-winner («conquistador del Grial»), calificando de tales a Indra y Garuda".

Concluyendo podemos decir que la apariencia de Parsifal es cristiana pero hay un fondo claramente budista o al menos una mezcla de religiones. ¡¡¡En la mezcla tolerante esta siempre la verdad y en la intolerancia fanática exclusivista la mentira¡¡¡

Mientras escribo suenas los mágicos acordes del Preludio de Parsifal. BArenboim dirige a la Berliner Philharmoniker (760.000 fans).

archivado en:

Si lo desea, elija otra fecha: