Eisenhower. Hoy 4 de Noviembre de 1952 Dwight Eisenhower es elegido presidente de Estados Unidos.

El gran Director de la Victoria en la Segunda Guerra Mundial.

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04/11/2015
de 01:00 a 22:55

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Eisenhower hasta 1945.

Dwight David "Ike" Eisenhower (Denison, Estados Unidos, 14 de octubre de 1890 – Washington D.C., Estados Unidos, 28 de marzo de 1969) fue un militar y político estadounidense, que llegó a ser el trigésimo cuarto presidente del país.

Anteriormente, en el curso de la Segunda Guerra Mundial, fue el comandante supremo de las tropas de los Aliados en el Frente Occidental del Teatro Europeo en la Segunda Guerra Mundial, ostentando el rango de general de Ejército (o general de cinco estrellas), siendo el organizador del desembarco de Normandía en 1944, así como del desembarco en el norte de África en 1942. También fue presidente de la Universidad de Columbia desde 1948 hasta 1952.

Como presidente de los Estados Unidos impulsó el desarrollo del sistema de autopistas en su país, tomando como referencia el sistema alemán de los años 1930. En el ámbito social promovió leyes que ayudaron a disminuir la segregación racial.

Su política exterior se basó en la Doctrina de Represalias Masivas, también conocida como Doctrina Eisenhower. Esta doctrina, implementada junto a John Foster Dulles e inscrita en el contexto de la Guerra Fría, ponía el énfasis en el uso disuasivo de las armas nucleares y en la intervención en cualquier conflicto en cualquier parte del mundo donde se observara la influencia soviética.

Fue el primer presidente de los Estados Unidos en visitar España, en 1959, durante el régimen del general Francisco Franco, quien era un activo aliado por su política anticomunista.

Orígenes familiares y formación.
David Dwight Eisenhower (el apellido original alemán es «Eisenhauer») nació con en la ciudad de Denison, en el estado de Texas, el 14 de octubre de 1890. Eisenhower fue el tercero de los siete hijos del matrimonio formado por Jacob David Eisenhower e Ida Elizabeth Stover.

Sus orígenes familiares se hallaban en Alemania, más concretamente en Karlsbrunn, en el Sarre, ya que su antepasado Hans Nicolas Eisenhauer y su familia emigraron desde allí en 1741 hacia Lancaster, en el estado de Pensilvania. Su familia se estableció posteriormente en Abilene, Kansas, en 1892. Para 1895 su madre se unió a los Testigos de Jehová, sirviendo la casa familiar como lugar de reunión de los Testigos de Jehová entre 1896 y 1915.

Aunque su nombre era David Dwight, la familia y amigos le llamaban simplemente Dwight. Más adelante, cambió el orden de sus nombres de pila (según el personal de la Biblioteca y el Museo de Eisenhower, el cambio de nombre se produjo más tarde, cuando se matriculó en la Academia Militar de West Point). Eisenhower se graduó en la High School de Abilene en 1909.4

En 1911 Eisenhower ingresó en la Academia Militar de West Point. Con ese motivo, al parecer, se relajó su vinculación con los Testigos de Jehová, que no son favorables al uso de las armas.

En 1915 salió licenciado de la Academia Militar de West Point, con el grado de teniente de infantería, pasando a ocupar sus primeros destinos como militar de carrera. En 1917 participa como teniente en la expedición punitiva para atrapar a Pancho Villa, quien era buscado por Estados Unidos por atacar el pueblo de Columbus.

Primera Guerra Mundial.
Durante la Primera Guerra Mundial, en la que Estados Unidos se incorporó a los Aliados en 1917, en las últimas fases de la guerra, Eisenhower se encargó del adiestramiento de las tropas reclutadas para su envío al Frente Occidental, sin llegar pues a adquirir experiencia real de combate, aunque alcanzó el grado de mayor para el final de la guerra.

Estado Mayor.
Acabada la guerra, y tras ampliar los estudios efectuados en la Academia Militar, fue destinado al Estado Mayor del Ejército, donde permanecería la mayor parte de su carrera, hasta 1935.5 La presencia en oficinas de planificación marcaría su carrera posterior, encarada a la planificación de operaciones militares.

Filipinas
En 1935, Eisenhower acompaña a Douglas MacArthur a las Filipinas, donde sirve como asistente militar del Gobierno Filipino. Durante su estancia en las Filipinas aprende a volar, aunque nunca fue calificado como piloto militar.

Segunda Guerra Mundial.
Cuando el 7 de diciembre de 1941 los japoneses lanzaron su ataque de Pearl Harbor, Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial, formando parte de los Aliados, Dwight Eisenhower ya había ascendido a general, y fue enviado a principios de 1942 a Londres para iniciar contactos con el Ejército británico con el fin de organizar un segundo frente en Europa para luchar contra la Alemania nazi, lo que estaba reclamando la Unión Soviética para reducir la presión que ejercía la Wehrmacht sobre el Ejército Rojo.

África del norte.

Finalmente, se sentaron las bases para un desembarco conjunto de británicos y estadounidenses en el norte de África, la llamada Operación Torch. Para la planificación definitiva de la compleja operación, Eisenhower instaló su cuartel general en el punto más cercano posible, en la base naval británica de Gibraltar, desde donde inició discretos contactos con las autoridades de la Francia de Vichy en Marruecos, Argelia y Túnez para lograr el éxito del desembarco, contactos que llegaron a efectuarse con el almirante François Darlan, uno de los líderes del Gobierno de Vichy (y que el día del desembarco se hallaba presente en Argel), y con Henri Giraud, en quien estadounidenses y británicos veían una posible alternativa a la Francia Libre del general Charles de Gaulle, así como con Alphonse Juin, jefe de las tropas de Vichy en la zona. Los contactos fueron llevados a cabo por Robert Murphy, representante personal del presidente Franklin D. Roosevelt.

Tras el éxito del desembarco, ejecutado el 8 de noviembre de 1942, Eisenhower fue puesto al mando de todas las tropas de los Aliados en la Campaña en África del Norte, quedándole subordinado el general británico Bernard Montgomery, con quien tuvo algunos roces, debido al afán de protagonismo de Montgomery.

Debido al cargo que ocupaba, empezó a ocuparse de diversos aspectos políticos, intentando en un primer momento mantener alejados del norte de África a los partidarios de de Gaulle, con quien los anglosajones ya habían tenido algunos roces. Sin embargo, tras el asesinato en Argel del almirante Darlan el 24 de diciembre de 1942 cometido por el joven gaullista Fernand Bonnier de La Chapelle, desaparecieron esos problemas políticos, reconociendo los franceses de África como jefe a de Gaulle, con lo que Eisenhower pudo ocuparse en planificación del siguiente paso militar, la campaña de Túnez, lugar a donde se había retirado el Afrika Korps del mariscal Erwin Rommel, que había recibido mientras tanto importantes refuerzos.

A pesar del mal inicio de la campaña, con la derrota sufrida por el II Cuerpo de Ejército estadounidense en el paso de Kasserine el 16 de febrero de 1943, Eisenhower, que había reclamado al general George Patton para que asumiese el mando del II Cuerpo tras la derrota en el paso de Kasserine, logró la capitulación de las tropas del Eje en África el 13 de mayo de 1943.

Campaña de Italia.

Para el regreso a Europa de las tropas de los Aliados, se eligió la zona de Sicilia, que ofrecía claras ventajas: se atacaba a Italia, el miembro más débil de la alianza nazi-fascista, en su propio territorio, cerca de las bases establecidas por los Aliados en el norte de África recién conquistado, y se daba un paso definitivo para el control del mar Mediterráneo, expulsando de él a los alemanes. Era además una buena oportunidad para probar las capacidades de los Aliados para llevar a cabo una operación militar de gran envergadura, con la vista puesta en el futuro.

Eisenhower decidió que la Operación Husky, nombre que recibió la invasión, fuese llevada a cabo conjuntamente por tropas británicas y estadounidenses, para lo que se creó un Grupo de ejércitos, el 15.º Grupo de Ejércitos, a cuyo frente se puso al mariscal británico Harold Alexander, que estaría formado por el 7.º Ejército estadounidense, mandado por George Patton, y el 8.º Ejército británico, al mando de Bernard Montgomery. Por su parte, el Eje contaba con tropas italianas, el 6.º Ejército, al mando del general italiano Alfredo Guzzoni, pero también con el 14.º Ejército alemán al mando del general Albert Kesselring, estando nominalmente al frente de todas las tropas del Eje en la isla el italiano Guzzoni.

Por otra parte, con el fin de reducir el coste en vidas humanas de la operación, se iniciaron discretos contactos con la Mafia, a través de Lucky Luciano, quien a la sazón se hallaba encarcelado en Nueva York. Los contactos fructificaron, debido a que el Fascismo había mostrado su radical voluntad de acabar con la Mafia.

Finalmente, el 10 de julio de 1943, con un importante despliegue aéreo y naval, se efectuaron los desembarcos previstos, iniciándose una carrera entre jefes de los dos ejércitos Aliados por ver quién llegaba antes a Messina dando por acabada la campaña. Patton resultó vencedor en esta lucha personal con Montgomery, entrando en Messina el 17 de agosto.

Con la toma de Sicilia quedaba despejado el camino para seguir el avance, ahora a través de un desembarco en la península italiana.

Siempre desde su cuartel general, que había instalado en Argel, Dwight D. Eisenhower inició pues la planificación del siguiente paso, la invasión de Italia, con el objetivo puesto en apartar a Italia de la guerra, provocando la caída del régimen fascista de Benito Mussolini. Sin embargo, las circunstancias se precipitaron debido al hecho de que Mussolini fue defenestrado por una mayoría de los miembros del Gran Consejo Fascista, el máximo órgano del Partido Nacional Fascista italiano, en una operación urdida por el rey Víctor Manuel III, tras lo cual se iniciaron conversaciones secretas en Lisboa con vistas a la firma de un armisticio, a solicitud de los italianos.

Las conversaciones acabaron por desembocar en la firma del armisticio de Cassabile, por el cual Italia abandonaba su alianza con el Tercer Reich, aunque los italianos rogaron que la firma del armisticio permaneciese en secreto hasta el desembarco en Italia de las tropas de los Aliados. En cumplimento de los acuerdos pactados, el 3 de septiembre de 1943 los Aliados cruzaron desde Sicilia el estrecho de Messina, ocupando sin excesiva oposición italiana el puerto de Messina. Se trataba de una estrategia sumamente conservadora, ya que las circunstancias posiblemente hubiesen permitido el desembarco en algún lugar más al norte, con lo que la campaña de Italia que tuvo lugar a continuación hubiese sido mucho menos lenta.

En cualquier caso, los acontecimientos en Italia se precipitaron. Por un lado, Mussolini fue liberado por los alemanes del confinamiento a que se encontraba sometido, formando la llamada República Social Italiana, que seguía colaborando con la Alemania nazi. Por otro, el mariscal Pietro Badoglio, aunque mantenido aparte por los Aliados, intentó organizar un Ejército italiano que luchase junto con las tropas de los Aliados. Finalmente, se avanzó lentamente hacia el norte, tan lentamente que en diciembre los Aliados se vieron frenados unos 100 km al sur de Roma por las defensas apresuradamente preparadas por los alemanes en la Línea Gustav.

Desembarco en Normandía.

El 28 de noviembre de 1943 se inició en Teherán (Persia) la llamada Conferencia de Teherán, celebrada con asistencia de los tres principales líderes políticos de los Aliados: Churchill por los británicos, Roosevelt por los estadounidenses y Stalin por los soviéticos. Entre los varios acuerdos tomados en la misma, destacaba el de la apertura de un segundo frente en Europa, que debería añadirse al ya existente en Italia y al Frente Oriental, a petición de Stalin, ya que el Ejército Rojo estaba llevando el peso de la lucha en Europa contra la Wehrmacht.

Puesto que los Estados Unidos iban a ser los suministradores de la mayor parte de los hombres que tomarían parte en el previsto desembarco, y puesto que la mayor parte del material militar con el que estarían equipadas las tropas iba a ser estadounidense, se decidió que fuese también un estadounidense quien estuviese al mando de la operación y de sus preparativos. Roosevelt no deseaba desprenderse de su consejero militar, el general George Catlett Marshall, con lo que finalmente optó por encargar la planificación y ejecución de la operación a un hombre que ya había probado sus dotes de planificación y de mando en las campañas en el norte de África y en Italia.

Otra alternativa hubiese sido el general George Patton, pero la mala imagen que arrastraba desde algunos incidentes en Sicilia y los enfrentamientos que había sostenido con el general británico Bernard Montgomery hicieron que se le relegase, aunque se le encargó poner a punto un ejército fantasma simulado con el que se iba a encubrir la operación real, amenazando a los alemanes con una posible invasión en la zona de Calais, la Operación Fortitude, tarea en la que Patton obtuvo un éxito total.

Eisenhower se encargó pues de planificar las operaciones militares del Desembarco de Normandía, el 6 de junio de 1944, así como de efectuar todos los contactos políticos necesarios en función de la gran complejidad de la operación y del gran número de países Aliados que participaron en la operación: Francia Libre, Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Checoslovaquia, Polonia o Grecia tuvieron participación, además de Estados Unidos y el Reino Unido, sin olvidar a dominios británicos como Canadá, Sudáfrica, Nueva Zelanda o Australia, además de la India. También participaron Brasil y otros países aportaron voluntarios como Argentina y Uruguay. Basta la mera enumeración de países cuyas unidades militares tomaron parte en el desembarco y las operaciones subsiguientes para comprender la enormidad de la tarea.

El general Eisenhower y su equipo de ayudantes eligieron la costa de Normandía para el desembarco, prefiriéndola a otras posibles alternativas. Especialmente interesante era el hecho de que las playas en las que se realizaría el desembarco quedaban dentro del radio de acción de los aviones con base en Gran Bretaña, sin olvidar que en el canal de la Mancha era muy fácil lograr una absoluta supremacía aérea y naval para los Aliados.

La planificación de la operación, la mayor operación de desembarco de tropas llevada a cabo hasta hoy en día, supuso un esfuerzo considerable, para el que se tuvieron en cuenta innumerables factores: desde los climatológicos, con análisis de las condiciones climatologías previstas en la zona de desembarco en la fecha del mismo y en los días posteriores, hasta la forma de abastecer a las tropas una vez desembarcadas, para lo que se llegó a diseñar puertos artificiales (puertos Mulberry) o incluso un oleoducto que trasladaría el carburante necesario a través del canal, PLUTO, pasando por el diseño y construcción, por parte de los británicos, de carros de combate especializados pensados especialmente para apoyar y facilitar el desembarco.

Sin embargo, pese a las dotes diplomáticas de Eisenhower, se plantearon graves problemas respecto de la Francia Libre de Charles de Gaulle, ya que los franceses entendían que se les dejaba al margen de la toma de decisiones. Presionado por Winston Churchill, Eisenhower se negó a otorgar mayor protagonismo a los franceses libres hasta que se hubiesen celebrado elecciones en Francia.

Estos hechos comportaron consecuencias de cara a la situación posterior en la campaña de Francia, especialmente en agosto de 1944, al tratarse la posible Liberación de París.

La operación planificada comportaba un desembarco en cinco playas distintas, con los siguientes nombres en clave: Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword. El primer objetivo del desembarco era el de asegurar las propias playas, para lo cual se lanzaron tropas paracaidistas desperdigadas por todo el interior de Normandía, la 82.ª División Aerotransportada y la 101.ª División Aerotransportada estadounidenses y la 6.ª División Aerotransportada británica. La misión de los paracaidistas era la de retrasar o evitar la llegada de refuerzos alemanes, especialmente de las divisiones blindadas desplegadas en la zona de Caen y que el engaño de George Patton con su Operación Fortitude mantenía allí en espera de una hipotética invasión.

Una vez logrado el control de las playas, el objetivo para la semana siguiente a la operación era el de asegurar el interior de Normandía, con la finalidad de garantizar la supervivencia de las tropas desembarcadas, tras lo que se lanzaría un asalto hacia los principales puertos de la zona (especialmente Cherburgo) para poder desembarcar en ellos suministros y nuevas tropas con las que poder desplegar la capacidad de combate en forma de hombres y equipamiento militar de los Aliados.

Tras varios sucesivos aplazamientos, finalmente, aunque Eisenhower seguía teniendo dudas, quedó definitivamente fijado el día de la invasión, el Día D, para el 6 de junio de 1944.

A pesar de algunos contratiempos, que afectaron en mayor medida a algunas de las playas del desembarco, y a pesar de los temores del propio Eisenhower, finalmente la batalla de Normandía abrió la puerta a la recuperación de la Francia ocupada por los alemanes.

Campaña de Francia.

Con la consolidación de la presencia militar de los Aliados en Europa tras el exitoso resultado de la batalla de Normandía, Ike Eisenhower quedaba acreditado como quien había conducido a la victoria a los Aliados, y ello desde los primeros compases de la presencia en el conflicto de las tropas estadounidenses. Lógicamente, fue el encargado de planificar la siguiente fase de la guerra en el Frente Occidental. Se ponía el acento en el rápido avance hacia el este, presionando a los alemanes en retirada, asegurando el control de la costa del canal de la Mancha, y dejando de lado el interior de Francia.

Para completar la presión ejercida, a la vez que para intentar superar la férrea oposición que los alemanes mantenían en Italia, el equipo de Eisenhower planeó un desembarco en el sur de Francia, en la costa del Mediterráneo, lo que sería finalmente la Operación Anvil, realizada el 15 de agosto de 1944.

Respecto de la Liberación de París, Eisenhower pretendía pasar de largo la ciudad de París por el norte, para poder aprovechar la situación de desorganización de la Wehrmacht y alcanzar la línea del río Rin antes de que pudiesen reaccionar y acabar la guerra antes de finalizar 1944.9

Sin embargo, el general Charles de Gaulle ordenó en agosto al jefe de la 2.ª División Blindada de la Francia Libre, el general Leclerc, que se dirigiese hacia París, contraviniendo las órdenes del superior de Leclerc, el general estadounidense Leonard T. Gerow, y del propio Eisenhower. De Gaulle pretendía apoyar la sublevación de la población de París, evitando que la misma fuese utilizada como medio propagandístico por el Partido Comunista Francés. Igualmente, de Gaulle buscaba sustraer a Francia de quedar sometida tras la liberación a un Allied Military Government of Occupied Territories (AMGOT), es decir, a un control militar de los anglosajones sobre el país. Finalmente, de Gaulle comprendía que la liberación de París serviría como palanca para lograr no sólo la consolidación de su persona al frente de la Francia Libre sino también la conversión de la propia Francia Libre en el elemento de conexión de Francia con los Aliados vencedores.

No obstante, ante la situación de hecho creada por el avance hacia París de la 2.ª División Blindada francesa en solitario y sin autorización, Eisenhower, aunque molesto al tener que asumir el coste de alimentar a los ciudadanos parisienses tras la liberación, lo que iba a sobrecargar las líneas de suministros de sus ejércitos, se rindió a la evidencia, aceptando los hechos consumados y enviando como respaldo de la operación, además de para obtener réditos políticos y propagandísticos, a la 4.ª División de Infantería estadounidense hacia París.

En cualquier caso, Eisenhower y su equipo dieron comienzo a la planificación a la siguiente fase de la ofensiva, la campaña en Bélgica y Holanda para controlar la desembocadura del Rin.

Campaña en el Benelux.

Tras los resultados de la campaña en Francia, la estrategia diseñada por Eisenhower buscó un equilibrio entre las exigencias de dos de los principales líderes militares de los Aliados, el general británico Bernard Law Montgomery y el general estadounidense George Patton.

Debido a la escasez de suministros, puesto que los Aliados no habían ocupado todavía o no habían logrado poner en servicio ninguno de los grandes puertos franceses del Atlántico, bien en el canal de la Mancha bien en el golfo de Vizcaya, el avance de las tropas hacia Alemania empezaba a reducir su impulso. Por otro lado, el propio Eisenhower había estimado mal la capacidad de resistencia de los alemanes, esperando tardar mucho más tiempo en avanzar hasta la antigua frontera francoalemana del que realmente había sido necesario.

Ante esta situación, Patton pretendía obtener prioridad en el suministro de carburante, recambios y abastecimientos en general para sus tropas, con lo que lograría un avance rápido hacia la frontera alemana, atravesando el río Rin y penetrando en el corazón industrial de Alemania, esperando poner rápidamente fin a la guerra. Adicionalmente, Montgomery debería guardar su flanco, avanzando hacia el valle del Ruhr.

Por el contrario, la visión de Montgomery era diferente, y solicitaba ser él quien recibiese prioridad en los suministros, para avanzar pegado al canal de la Mancha, atravesando Bélgica y Holanda para penetrar por el norte en Alemania, por la desembocadura del Rin. En esta concepción, sería Patton quien guardaría el flanco de Montgomery en su avance.

Es decir, ambos deseaban atribuirse la gloria del avance, y que fuese el otro el que asumiese el trabajo menos brillante.

La decisión inicial de Eisenhower fue pues buscar un equilibrio entre ambas concepciones, con lo que se atuvo al plan inicial, de avance más lento a lo largo de toda la línea del frente. Sin embargo, debido a consideraciones de tipo político para con sus aliados británicos, finalmente Eisenhower optó por dar mayor prioridad de suministros a Montgomery, ya que además esperaba que el avance por la orilla del canal de la Mancha les permitiese a los Aliados la toma del importante puerto de Amberes, solventando así los problemas de falta de suministros.

Finalmente, Montgomery presentó un nuevo plan, que sería el finalmente aceptado por Eisenhower, y que desembocaría en la llamada Operación Market Garden.

Operación Market Garden.

La versión definitiva del plan propuesto por Montgomery y aceptado por Eisehower para la Operación Market Garden era sumamente ambiciosa, comportando dos partes diferenciadas, Market y Garden.

Market era una operación aérea, para la que se utilizaría a tropas paracaidistas británicas, estadounidenses y polacas, que consistía en el lanzamiento de los paracaidistas en una serie de puentes a lo largo de Bélgica y Holanda, con la misión de tomarlos antes de que fuesen destruidos por los alemanes, conservándolos intactos en su poder hasta la llegada de las tropas terrestres de los Aliados.

Garden era una operación terrestre, que suponía el avance rápido en columna de las tropas Aliadas, a la mayor velocidad posible, relevando a su llegada a los paracaidistas y asegurando la zona, siguiendo inmediatamente al siguiente puente, como si los paracaidistas hubiesen tendido una alfombra a través de la cual se desplazasen las tropas terrestres, atravesando definitivamente el Rin.

Ciertamente, el plan ofrecía una serie de ventajas en caso de realizarse con éxito. En primer lugar, permitiría controlar el vital puerto de Ámsterdam, poniendo fin definitivamente a la penuria de suministros. En segundo lugar, se habría evitado forzar la Línea Sigfrido, barrera defensiva establecida en sus fronteras por los alemanes, y que se pensaba que estaba bien protegida. En tercer lugar, esta estrategia iba a permitir tomar los puntos de lanzamiento de los cohetes V-2 alemanes contra Londres y los puertos y ciudades ingleses. Y para terminar, se lograría avanzar en un sector que se hallaba protegido al norte por las costas del canal de la Mancha y del Mar del Norte, que se hallaba además más cercano a las bases aéreas de la Royal Air Force y de la USAAF en el Reino Unido.

Sin embargo, el plan adolecía de muy graves defectos. En primer lugar, la propia complejidad de la operación hacía que cualquier mínimo imprevisto afectase muy negativamente a las siguientes fases de la operación, como de hecho así sucedería posteriormente. La marcha de las tropas de tierra a través de una única carretera practicable, en una zona situada a veces bajo el nivel del mar y muy fácilmente inundable favorecía la defensa alemana. Puesto que la operación era en realidad una carrera contrarreloj, cualquier retraso sería fatal para los paracaidistas lanzados en los puntos más lejanos de la línea de avance prevista.

En segundo lugar, se produjo un fallo de gran alcance en los servicios de información aliados, que minusvaloraron la calidad y cantidad de las tropas alemanas desplegadas en la zona. Mientras que según los servicios de información se trataba de tropas escasas, mal equipadas y de escasa moral de combate, en realidad se ignoró la llegada a la zona de dos divisiones de las SS, la 9.ª División Panzer SS Hohenstaufen y la 10.ª División Panzer SS Frundsberg, divisiones experimentadas en combate y que ya se habían enfrentado a los Aliados en la batalla de Normandía, y que habían sido enviadas a la zona para reponerse de los combates anteriores.

En definitiva, tal como indica el libro del periodista e historiador Cornelius Ryan dedicado a esta batalla, la operación requería para su completo éxito la toma de un puente demasiado lejano, el situado en la ciudad holandesa de Arnhem sobre el río Rin.

Finalmente, el 16 de septiembre de 1944 dieron inicio las operaciones, con el bombardeo aéreo de las posiciones alemanas, seguido el 17 a primera hora del lanzamiento de los paracaidistas en los lugares designados. A mediodía, tras saber que los paracaidistas habían tomado la mayor parte de los objetivos asignados, se inició la parte terrestre de la operación, con el avance del XXX Cuerpo de Ejército británico. Aunque el avance fue inicialmente rápido, pronto aparecieron los problemas, ya que algunos de los puentes habían sido destruidos por los alemanes, debiendo tender puentes Bailey los ingenieros británicos, con los consiguientes retrasos que se iban acumulando. Además, el avance directo a través de una única carretera hacía que las constantes escaramuzas ralentizasen todavía más el avance, ya que era necesario eliminar todos y cada uno de los puntos de resistencia alemanes antes de proseguir el avance.

Además, a lo largo de los días siguientes, el mal tiempo impidió el envío de refuerzos y suministros a las unidades paracaidistas, con lo que las tropas de la 1.ª División Aerotransportada británica, que habían sido lanzadas en el extremo más alejado hacia el norte de la operación, en Arnhem, no pudieron recibir suministros ni refuerzos, además de constatar que por defectos de diseño sus radios no les permitían comunicarse con sus bases en la retaguardia y ni siquiera entre sí. Con mucho retraso, y cuando la situación ya era insostenible, recibieron como refuerzo a la 1.ª Brigada Independiente de Paracaidistas polacos, al mando del general Sosabowski, cuando ya sólo podía lograrse incrementar el número de bajas y prisioneros con dicho lanzamiento.

El día 25 de septiembre se dio la orden de retirada a los británicos y polacos que se hallaban combatiendo en Arnhem, sin que se hubiese pues logrado la conquista de una cabeza de puente al otro lado del río Rin como pretendía la operación, que se saldó pues con un fracaso respecto de los planteamientos iniciales.

Batalla de las Ardenas
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Tras el fracaso en el avance que había supuesto la Operación Market Garden, con la llegada del invierno Eisenhower dio por terminadas las operaciones de envergadura, dedicándose a la consolidación de los territorios recuperados desde la partida de Normandía un par de meses antes, así como a la acumulación de recursos para reemprender el avance con el buen tiempo.

Sin embargo, el respiro fue también aprovechado por los alemanes, a la vez que Adolf Hitler encargaba a Gerd von Rundstedt la preparación de una contraofensiva, que pretendía que expulsase a los Aliados de Bélgica, Holanda y Luxemburgo, tomando el puerto de Amberes y soñando incluso con una reedición de la batalla de Francia en 1940 que volviese a abrir a los alemanes las puertas de París. La contraofensiva fue denominada por los alemanes Operación Wacht Am Rhein, y dio lugar a la batalla de las Ardenas.

En consecuencia, el 16 de diciembre de 1944 el 5.° Ejército Panzer, con siete divisiones, y el 6.º Ejército Panzer, con nueve divisiones, lanzaron un ataque, que arrolló a las primeras líneas defensivas de los Aliados, formadas por tropas inexpertas del Ejército estadounidense. El avance alemán estaba protegido en sus flancos por el 15.º Ejército y por el 7.º Ejército. El ataque produjo el desconcierto entre los Aliados, incluyendo a Eisenhower, ya que se pensaba que los alemanes estaban escasos de tropas y de recursos y, además, bajos de moral. Una de las claves de los primeros éxitos de los alemanes fue el mal tiempo, que impidió el despegue de la aviación aliada, para labores de observación del avance y para castigar a las columnas alemanas en marcha.

Tras unos primeros momentos en que cundió la alarma entre los Aliados, Eisenhower ordenó a las tropas del Tercer Ejército de Estados Unidos de George Patton, que se hallaban al sur, en la zona de la Lorena, y al Noveno Ejército de Estados Unidos del general William Hood Simpson, que se hallaba al norte de la zona atacada, que apoyasen al Primer Ejército de Estados Unidos de general Courtney Hodges, que era el que estaba soportando la parte principal de la ofensiva. Finalmente, tras la mejora del buen tiempo, que permitió la actividad aérea de los Aliados, y el agotamiento de las reservas de combustible de la Wehrmacht, que fracasó en conseguir capturar los almacenes de suministros Aliados, la batalla se dio por concluida hacia finales de enero de 1945, habiendo supuesto el agotamiento definitivo de la capacidad de los alemanes por mantener una mínima iniciativa estratégica.

Desde la derrota sufrida por los alemanes, pues, quedaban abiertas definitivamente las puertas para el siguiente paso a dar, la invasión del propio territorio alemán, y para el avance hacia el interior de Alemania, para lo cual iba a ser necesario atravesar la importante barrera que suponía el Rin.

Invasión de Alemania
Para la invasión de Alemania, Eisenhower tomó la decisión de avanzar por el norte, en las tierras llanas de la cuenca baja del Rin, desestimando las propuestas de Patton de hacerlo más al norte, y concediendo nuevamente el protagonismo a Montgomery.

Así, el 8 de febrero de 1945 dio comienzo la Operación Veritable, ejecutada por Montgomery, con el 2.º Ejército británico y el 1.er Ejército canadiense, agrupados en el 21.º Grupo de Ejércitos, para despejar el terreno para preparar el cruce de Rin, en el marco de la llamada Operación Grenade. Aunque en líneas generales Veritable cumplió con lo previsto, los estadounidenses no lograron impedir la destrucción de las presas en el río Ruhr, con lo que la operación se saldó con un fracaso.

Se inició entonces la búsqueda de un puente intacto sobre el río Rin, hasta que se dio con un puente intacto en la localidad renana de Remagen: el puente de Remagen. El puente fue tomado el 7 de marzo de 1945 por tropas de la 9.ª División Blindada estadounidense (Decimosegundo Grupo de Ejército de Estados Unidos, del general Omar Bradley), con lo que Eisenhower, modificando sus previsiones iniciales, ordenó el paso del mayor número de tropas posible a la orilla oriental del río, antes del hundimiento del viejo puente el 17 de noviembre. Aunque posteriormente se logró habilitar otros pasos en el río, la toma de este puente fue la que abrió definitivamente el corazón del territorio alemán a la ofensiva aliada, que se abrió en varias líneas de avance.

Por un lado, se ordenó a los británicos de Bernard Law Montgomery el avance hacia Hamburgo y Dinamarca, mientras que los estadounidenses de George Patton avanzaban por el centro de Alemania, siguiendo camino hasta alcanzar Praga, en Checoslovaquia, al acabar la guerra, no sin protestas de Patton, que deseaba haber avanzado hacia Berlín para arrebatar al Ejército Rojo la gloria de su conquista. Para terminar, tropas estadounidenses y francesas penetraban hacia el sur de Alemania, por Baviera, alcanzando Austria, aunque tampoco lograron llegar a Viena antes que el Ejército Rojo.

Rendición de Alemania.
Finalmente, tras la batalla de Berlín el almirante Karl Dönitz, que había sucedido a Adolf Hitler tras el suicidio de éste, aceptó la rendición incondicional del Tercer Reich, el 7 de mayo de 1945. Eisenhower recibió en Reims a la delegación alemana enviada para firmar la rendición.

En la imagen Churchill hablando con el general Eisenhower en los días previos a la invasión del Continente europeo por los Aliados en la Segunda Guerra Mundial.

Más información sobre Eisenhower en otros post de hoy.

 

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