La organización terrorista Euzkadi Ta Askatasuna (Euskadi y Libertad) comenzó su trayectoria de violencia en 1961 y cerró su etapa terrorista dejando su balance de 857 víctimas, entre las que figuran numerosos ciudadanos de a pie, 709 presos etarras y el dudoso mérito de haber extorsionado, amenazado, asesinado e involucrado a gran parte de la sociedad vasca española.
Las acciones terroristas de ETA han alcanzado objetivos en todo el territorio nacional, centrándose especialmente en políticos, militares, fuerzas del orden público y dirigentes del País Vasco, Madrid, Cataluña y, en menor medida, en el resto del país.
ETA anunció finalmente el cese definitivo de su actividad armada a las 19 horas del jueves 20 de octubre de 2011. El comunicado fue emitido tres días después de la celebración de la Conferencia Internacional de Paz de San Sebastián, en la que se le pedía una declaración en esos términos, mediante un comunicado publicado en las ediciones digitales de los diarios Gara y Berria, tanto en euskera como en castellano.
En el comunicado, ETA declaraba un “compromiso claro, firme y definitivo” de “superar la confrontación armada”, al tiempo que pedía a los Gobiernos español y francés un “diálogo directo” con objeto de llegar a una solución para “las consecuencias del conflicto”.
El entonces presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, compareció una hora después del comunicado ante los medios, destacando el triunfo “definitivo y sin condiciones” del Estado de derecho. Hizo hincapié en la colaboración de Francia en la lucha contra la banda, y agradeció el trabajo de los distintos ministros del Interior y la acción tenaz y eficaz de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Finalizó su comparecencia recordando que la memoria de las víctimas acompañará siempre a las futuras generaciones españolas.
Los líderes de los principales partidos políticos del momento en España hicieron a su vez declaraciones en las que resaltaban el carácter de celebración de la victoria de la democracia, alegrándose por no haber tenido que realizar ningún tipo de concesión política al grupo terrorista.
Tanto las asociaciones de víctimas del terrorismo, que califican al comunicado de ETA de “fraude”, como las fuerzas de seguridad del Estado que esperaban que los componentes de la banda armada se pongan a disposición de la Justicia y entreguen las armas, han acogido con mucho esceptismo y recelo el comunicado de la banda.
El 20 de octubre fue el primer comunicado de cese de la actividad terrorista por parte de la banda armada, a diferencia de los anteriores comunicados emitidos desde finales del siglo XX, en los que se declaraban un alto al fuego o tregua en la lucha armada.
Aunque la banda terrorista ha sido tradicionalmente apoyada por la plataforma política Henri Batasuna, que ha conseguido obtener desde los inicios de la democracia algunos diputados, estos nunca han participado en los plenos parlamentarios.
El atentado más famoso de ETA fue el asesinato de Carrero Blanco
La miniserie de televisión El asesinato de Carrero Blanco
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El asesinato de Carrero Blanco es una miniserie de televisión dirigida por Miguel Bardem y protagonizada por Unax Ugalde y José Ángel Egido. Es una coproducción de Televisión Española (TVE), Euskal Telebista (ETB) y Boca Boca Producciones. Su argumento trata sobre cómo se organizó y planificó el atentado contra Carrero Blanco el 20 de diciembre de 1973.
Argala (interpretado por Unax Ugalde) es un miembro de ETA que se instala en Madrid con el objetivo de realizar un atentado contra la dictadura de Francisco Franco. En un principio se encuentra sólo porque la dirección de ETA no quiere apoyarle al considerarle un iluso en sus objetivos. Finalmente consigue los apoyos necesarios para que le ayuden tres miembros más.
El objetivo era asesinar a Luis Carrero Blanco (interpretado por José Ángel Egido), el cual, pese a ser recién nombrado Presidente del Gobierno no parecía tener mucha seguridad personal. Todos los días salía en coche desde la calle Hermanos Bécquer, donde residía, para ir a la Iglesia de San Francisco de Borja. Argala pretende dispararle por la espalda en la Iglesia, pero más tarde cree que es muy arriesgado porque no tendría escapatoria.
Al final deciden trazar un plan letal. Alquilan un local a pie de la calle Claudio Coello a la altura del número 104. Desde allí excavan un agujero hacia la calle para meter los explosivos. Fue tal el potencial de explosivos que metieron, que el coche se elevó por encima del edificio contiguo.