Las consecuencias y los protocolos adoptados en dicha entrevista han sido motivo de disputas:
Unas versiones afirman que el dictador alemán le presionó para que entrase en la guerra mundial, después de la ayuda prestada durante la Guerra Civil, pero que Franco arguyó que España no estaba en condiciones de entrar de nuevo en guerra.
Otras fuentes sostienen que Franco deseaba entrar en la guerra, aunque a cambio de ocupar las posiciones francesas en Marruecos, pero que Hitler se negó a pagar este precio para no perjudicar sus relaciones con el régimen fascista francés de Vichy.
Existe otra versión combinación de las dos anteriores: había en el entorno de Franco dos posturas, la de los falangistas, que deseaban entrar en la guerra al lado de las potencias fascistas, y la de los católicos y los militares profesionales, que deseaban la neutralidad. Esta última postura fue plasmada por escrito en un informe del hombre de confianza de Franco, Luis Carrero Blanco.
Existe otra versión combinación de las dos anteriores: había en el entorno de Franco dos posturas, la de los falangistas, que deseaban entrar en la guerra al lado de las potencias fascistas, y la de los católicos y los militares profesionales, que deseaban la neutralidad. Esta última postura fue plasmada por escrito en un informe del hombre de confianza de Franco, Luis Carrero Blanco.
