Vaclav Havel, intelectual y político checo, nació en Praga en 1936. Fue el último presidente de la República Checoslovaca y el primero de la República Checa.
Tras convertirse en un símbolo de la lucha por las libertades, Vaclav Havel pasó cinco años en la cárcel.
Estudió Teatro en la Academia de Artes de Praga de 1963 a 1967, y siguió una brillante carrera como dramaturgo, en la que destacan obras como Fiesta en el jardín, Audiencia, Inauguración, Protesta, Largo desolato o La tentación; en ellas critica el absurdo de la sociedad actual.
Destacado disidente del régimen comunista que dominaba Checoslovaquia, combinó su carrera literaria con un comprometido activismo: como presidente del Club de Escritores Independientes apoyó la Primavera de Praga (1968) –el movimiento social que intentó sublevarse contra el ejército soviético que ocupaba la ciudad-, lo que supuso la posterior prohibición de publicar sus obras; más tarde fue portavoz de los movimientos de defensa de los derechos humanos Carta-77 y VONS (Comité para la defensa de las personas injustamente perseguidas), por lo que fue encarcelado.
Cuando las reformas del dirigente soviético Mijaíl Gorbachov debilitaron la posición de la dictadura comunista en Checoslovaquia, Havel colaboró en la fundación del Foro Cívico, plataforma política aglutinaba la mayor parte de la oposición (1989). Aquel mismo año encabezó la llamada Revolución de Terciopelo, que, con el apoyo de una gran movilización popular, consiguió el fin y desmantelamiento de la dictadura sin que se produjera derramamiento de sangre e instauró en Checoslovaquia un régimen democrático, del que el propio Havel fue elegido presidente.
Durante su mandato, defendió una línea política claramente europeísta y democrática. Las reformas liberalizadoras del primer ministro Vaclav Klaus y el desmantelamiento de la economía comunista planificada trajeron consigo un enorme coste social, que resultó especialmente abrumador para la atrasada Eslovaquia. Esto acabó exacerbando el nacionalismo eslovaco y provocando la secesión del país, que también se produjo pacíficamente, al proclamar Eslovaquia su independencia den 1992.
Havel se opuso frontalmente a esta división y dimitió como presidente para no participar en ella. Una vez constituida la República Checa, sin embargo, Havel fue elegido presidente por su Parlamento en 1993. Desde su cargo promovió el ingreso tanto de la República Checa como de los países del antiguo Pacto de Varsovia en la OTAN, que se haría efectivo en 1999. Hacia el final de su primer mandato, en noviembre de 1997, presionó al primer ministro Vaclav Klaus para que presentase su renuncia, pues su gabinete se había visto envuelto en un caso de financiación ilegal que había provocado ya la dimisión de ocho de sus ministros. En 1998 fue reelegido presidente. Se mantuvo en el cargo hasta el final de su mandato en 2003, a pesar de sus problemas de salud. Falleció en 2011.
Tras convertirse en un símbolo de la lucha por las libertades, Vaclav Havel pasó cinco años en la cárcel.
Estudió Teatro en la Academia de Artes de Praga de 1963 a 1967, y siguió una brillante carrera como dramaturgo, en la que destacan obras como Fiesta en el jardín, Audiencia, Inauguración, Protesta, Largo desolato o La tentación; en ellas critica el absurdo de la sociedad actual.