Carlos VI el Emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico que estuvo a punto de reinar en España lo que habría impedido la llegada de los Borbones. Hoy 20 de octubre de 1740 fallece Carlos VI
Carlos Francisco de Habsburgo y Neoburgo (Karl Franz Joseph Wenzel Balthasar Johann Anton Ignaz von Habsburg) (Viena, 1 de octubre de 1685-Viena, 20 de octubre de 1740) fue emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico como Carlos VI (1711–1740), rey de Hungría como Carlos III (1711–1740) y rey de Bohemia como Carlos II (1711–1740). También fue conocido como el archiduque Carlos de Austria o Carlos III de España en el bando austracista durante la Guerra de Sucesión Española que libró como pretendiente al trono de España a la muerte del rey Carlos II de España.
Primeros años de vida y pretendiente al trono de España
El archiduque Carlos (bautizado Carolus Franciscus Josephus Wenceslaus Balthasar Johannes Antonius Ignatius) era el séptimo hijo del emperador Leopoldo I y su tercera esposa, Leonor Magdalena de Palatinado-Neoburgo. Su educador fue Antonio Florián de Liechtenstein.
Al morir Carlos II de España sin sucesión en 1700, Carlos de Austria se proclamó a sí mismo Rey de España al ser ambos miembros de la casa de Habsburgo. Esto originó la Guerra de Sucesión Española durante la cual se enfrentó al aspirante francés Felipe, duque de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia. Esta guerra se prolongaría por 14 años.
Luis XIV de Francia quiso evitar la reintegración del antiguo bloque hispano-alemán, de modo que auspició un Primer Tratado de Partición por el que asignaba el Reino de España —salvo Guipúzcoa—, los Países Bajos españoles, Cerdeña y las Indias Occidentales a José Fernando de Baviera. El Milanesado pasaba al archiduque Carlos de Austria, mientras que el Reino de Nápoles (Nápoles, Sicilia y La Toscana) sería para el Delfín de Francia.
En desacuerdo con ese pacto y con el fin de evitar la disgregación de los dominios de la Corona de España, el rey Carlos II de España, sin descendencia, optó por no aceptarlo y nombró heredero universal al príncipe José Fernando de Baviera. El plan se vino abajo cuando el príncipe de Baviera murió prematuramente de varicela en 1699, lo que aprovecharon Luis XIV de Francia y Guillermo III de Inglaterra para pactar un Segundo Tratado de Partición que ratificaron el 3 de marzo de 1700 en Londres, por el que se reconocía al archiduque Carlos como heredero del Reino de España, los Países Bajos españoles, Cerdeña y las Indias americanas, pero dejando Lorena al Delfín de Francia y el Milanesado al duque de Lorena.
El acuerdo convenía a los intereses de Francia, Holanda e Inglaterra, que evitaban una nueva supremacía de España, pero Austria reclamó la totalidad de la herencia española. Como solución de compromiso, Carlos II, con el apoyo del Papa, testó a favor de Felipe de Anjou, delfín de Francia, quien a su vez tenía que renunciar a la sucesión de Francia.
De este modo Felipe de Anjou se convertía en heredero legítimo, mientras el archiduque Carlos era el candidato que apoyaban algunas potencias europeas. Así, los reinos peninsulares de la Corona de Aragón, los países integrantes de la Gran Alianza de La Haya y el Papa Clemente XI le reconocieron como rey, con el nombre de Carlos III.
De esta forma, los reinos de Portugal, Inglaterra, Escocia e Irlanda así como gran parte del Sacro Imperio Romano apoyaron las pretensiones de Carlos III y desembarcó en España en 1705 y permaneció allí durante seis años, sólo pudiendo ejercer su gobierno en Cataluña, hasta que en 1711 la muerte de su hermano, José I lo hizo regresar a Viena para asumir la corona imperial.
Para evitar una nueva unión personal entre España y Austria, el recién formado reino de Gran Bretaña retiró su apoyo a la coalición de Austria, y la guerra culminó con los Tratados de Utrecht y Rastatt tres años más tarde. El primero, ratificado en 1713, reconocía a Felipe como rey de España, sin embargo el reino de Nápoles, el ducado de Milán, los Países Bajos de Austria y el reino de Cerdeña —todos estos bajo soberanía española— fueron cedidas a Austria. Carlos tras perder España quedó descontento y como resultado, imitó el sobrio ceremonial de la corte española y adoptó la vestimenta propia de un monarca español, que, según el historiador británico Edward Crankshaw, consistía en "un jubón negro, zapatos negros y medias rojas ".
Matrimonio e hijos
El 1 de agosto de 1708 contrajo matrimonio en la Basílica de Santa María del Mar, en Barcelona, España, con la princesa alemana Isabel Cristina de Brunswick-Wolfenbüttel, hija mayor del Duque Luis Rodolfo de Brunswick. De esta unión nacieron:
Leopoldo Juan (1716–1716), archiduque de Austria. Murió a los siete meses.
María Teresa I (1717–1780), heredera de la dinastía de los Habsburgo, Emperatriz consorte del Sacro Imperio Romano Germánico, Reina de Hungría y Bohemia, Archiduquesa de Austria.
María Ana (1718–1744), archiduquesa de Austria, esposa del príncipe Carlos Alejandro de Lorena (1712–1780).
María Amalia (1724–1730), archiduquesa de Austria. Murió a los 6 años.
Gobierno en Viena
Luchó contra los turcos en la Guerra Austro-Turca (1716-1718), conquistando la mayor parte de Valaquia y Serbia, pero luego perdió gran parte de estas conquistas en una guerra posterior (1735–1739).
En 1713 promulgó la Pragmática Sanción, que establecía que su reino no podía ser dividido y permitía que los herederos al trono pudieran ser mujeres.
Probablemente como consecuencia de sus años en España, introdujo el protocolo cortesano español (Spanisches Hofzeremoniell) en Viena y mandó construir la Escuela Española de Equitación (Spanische Hofreitschule), así como la Cancillería del Estado (Reichskanzlei).
Durante su reinado se construyeron la Biblioteca Nacional y las obras más importantes del barroco en Viena. También tuvo ambiciones musicales: hizo composiciones, tocaba el clave y dirigía la orquesta de la corte.
Se mantiene la teoría de que murió a causa de una intoxicación alimentaria por setas, probablemente por Amanita phalloides.
Carlos VI y Vivaldi
Los conciertos “La Cetra”, del 1727, estaban dedicados al emperador austríaco Carlos VI, el cual admiraba Vivaldi y con el que en una ocasión tuvo un encuentro en Trieste, Italia. El emperador comentó que aquel día había hablado más con Vivaldi que en dos años con sus ministros. Le concedió el título de caballero, una medalla de oro y una invitación para ir a Viena como director de la ópera.
Vivaldi decidió marchar hacia Viena donde reinaba Carlos VI, para conseguir el puesto de compositor de la corte.
Desgraciadamente Vivaldi llegó en el peor momento. Carlos VI murió; su hija, la nueva reina, tuvo que huir y los húngaros se habían levantado en armas. Estaban en guerra y con este panorama Vivaldi quedó sin protección y tuvo que ir malvendiendo manuscritos hasta su muerte. Murió en casa de la viuda de un fabricante de sillas de montar el 28 de julio de 1741 y fue enterrado el mismo en una fosa común en un cementerio de Viena.
Carlos VI aparece mencionado en varias ocasiones en la película ""Vivaldi, un príncipe en Venecia".
¡¡¡¡¡Absoluta recomendación de la película¡¡¡¡
Timgad en Argelia, la segunda ciudad romana mejor conservada del mundo tras Pompeya. Es increíble lo poco que se conocen las ciudades romanas de Argelia y Libia. Hoy 20 de octubre del 100 (fecha aproximada) se funda Timgad
Timgad fue una ciudad colonial romana situada en el Norte de África, a unos 35 km de la ciudad de Batna, en la actual Argelia. Está a 40 Km al Sureste de Argel. Sus ruinas son notables por ser uno de los mejores ejemplos conservados del planeamiento urbano romano en cuadrícula usado en sus colonias, hasta el punto de ser llamada como "la Pompeya del Norte de África". Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1982.
Historia
La ciudad fue fundada ex nihilo por el emperador Trajano en el año 100 como una colonia militar, principalmente como un bastión contra los bereberes de las cercanas montañas Aures. Su población original consistió en su mayoría en los veteranos del ejército romano procedentes de la frontera parta, recompensados con tierras en la nueva ciudad por sus años de servicio.
La ciudad conoció una existencia pacífica a lo largo de sus primeros siglos, convirtiéndose en un centro de actividad cristiana a principios del siglo III, y en un núcleo donatista en el IV.
En el siglo V la ciudad fue saqueada por los vándalos antes de caer en declive. En el año 535 el general bizantino Salomón dirigió una expedición militar para recuperar la ciudad, que fue repoblada como centro cristiano. Esta nueva etapa duró apenas un siglo, cuando fue saqueada por los bereberes en el siglo VII y definitivamente abandonada. La ciudad desapareció así de la historia hasta su hallazgo y excavación en el año 1881.
El hecho de que la ciudad no fuese reocupada tras el siglo VII hizo posible su buen estado de conservación actual, unido a la expansión del desierto del Sahara, que sepultó la ciudad bajo una capa de arena de un metro de grosor, cubriendo las estructuras y el área circundante, muy fértil y apta para la agricultura en el momento de su fundación.
Características
Localizada en la intersección de seis caminos, la ciudad fue amurallada pero no fortificada. Diseñada originalmente para una población de 15.000 personas, la ciudad sobrepasó rápidamente sus especificaciones originales y creció más allá de la rejilla ortogonal, en forma menos organizada.
El diseño en cuadrícula es perfectamente visible en el trazado ortogonal de la ciudad, destacando el decumano y el cardo al estar delineados mediante una columnata corintia parcialmente restaurada. El cardo no atraviesa completamente la ciudad, sino que intersecciona al decumano en un foro.
En el extremo occidental del decumano se yergue un arco del triunfo de 12 m de altura, denominado el arco de Timgad o el arco de Trajano, una denominación muy habitual en el mundo romano para designar a otros arcos del triunfo impulsados por Trajano. La estructura, que fue parcialmente restaurada en 1900, está realizada en arenisca y consiste en tres arcos flanqueados por columnas corintias, midiendo el central de ellos más de tres metros de anchura.
También existe un Templo Capitolino consagrado a Júpiter, con unas dimensiones similares a las del Panteón de Roma. Cerca se ubica una iglesia cuadrada con ábside circular que data del siglo VII, y al sudeste de la ciudad, una ciudadela bizantina erigida en los últimos años de ocupación de Timgad.
Otros edificios destacados en la ciudad son un teatro de 3.500 localidades, en muy buenas condiciones y que incluso se utiliza en la actualidad para representaciones teatrales, así como cuatro termas, una biblioteca y una basílica.
Rossini pone en música la relación entre el emperador Romano Aureliano y la Reina Siria Zenobia. Hoy 20 de octubre de 275 fallece Aureliano
Aureliano in Palmira (título original en italiano; en español, Aureliano en Palmira) es un dramma serio operístico en dos actos con música de Gioachino Rossini y libreto en italiano cuyo autor aparece sólo con las iniciales "G. F. R." Se estrenó en La Scala de Milán el 26 de diciembre de 1813.
El libreto se ha atribuido usualmente a Giuseppe Felice Romani, pero a veces a otra persona, por lo demás desconocida, Gian Francesco Romanelli. Se ha sugerido que el último nombre puede haber sido una confusión de Romani con Luigi Romanelli, el poeta del teatro de La Scala antes del nombramiento de Romani para el cargo.
La historia se basaba en el libreto de Gaetano Sertor para la ópera de Pasquale Anfossi de 1789 Zenobia in Palmira y se centra alrededor de la rivalidad entre el emperador romano Aureliano y el príncipe Arsace de Persia sobre la bella Zenobia, reina de Palmira.
Personaje Tesitura Reparto del estreno, 26 de diciembre de 1813
(Director: Alessandro Rolla)
Aureliano, emperador de Roma tenor Luigi Mari
Zenobia, reina de Palmira, amante de Arsace soprano Lorenza Correa
Arsace, príncipe de Persia castrato / contralto Giambattista Velluti
Publia, hija de Valeriano,
enamorada en secreto de Arsace mezzosoprano Luigia Sorrentini
Oraspe, general del ejército palmireno tenor Gaetano Pozzi
Licinio, un tribuno bajo Pietro Vasoli
El Gran Sacerdote bajo Vincenzo Botticelli
Sacerdotes, doncellas palmirenas, palmirenos, persas, pastores y pastoras; soldados persas, palmirenos y romanos
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Aureliano in Palmira is an operatic dramma serio in two acts written by Gioachino Rossini to an Italian libretto in which the librettist was credited only by the initials "G. F. R." The libretto has generally been attributed to Giuseppe Felice Romani, but sometimes to the otherwise unknown Gian Francesco Romanelli. It has been suggested that the latter name may have resulted from a confusion of Romani with Luigi Romanelli, La Scala's house poet prior to Romani's appointment to the post.
The story was based on the libretto by Gaetano Sertor for Pasquale Anfossi's 1789 opera Zenobia in Palmira and it centers on the rivalry between the Roman Emperor Aurelian and Prince Arsace of Persia over the beautiful Zenobia, Queen of Palmyra.
The Act 1 duet between Zenobia and Arsace, Se tu m'ami, o mia regina ("If you love me, oh my queen"), was greatly admired by Stendhal. Although he had never seen a complete performance of Aureliano in Palmira, he heard the duet in a concert in Paris and described its music as "sublime" and one of the best duets that Rossini had written.
Other music from this opera, particularly the overture, was later reused by Rossini in Elisabetta, regina d'Inghilterra and in The Barber of Seville.
It premiered at La Scala in Milan on 26 December 1813.
Performance history
19th century
Aureliano in Palmira was Rossini's second commission from La Scala. It opened the theatre's Carnival season with the famed castrato, Giovanni Battista Velluti as Arsace. It was the only role that Rossini wrote for the castrato voice. Rossini had originally written the role of Aureliano for Giovanni David, one of the most renowned tenors of the day. However, throat problems during rehearsals led David to withdraw from the production, and Luigi Mari took his place. The popular soprano, Lorenza Correa, sang the role of Queen Zenobia. The orchestra at the premiere was conducted by Alessandro Rolla, with the staging directed by Alessandro Sanquirico.
The opera's opening night proved disappointing to the Milanese critics who praised the production but considered the music inferior to that of Rossini's Tancredi which had premiered in Venice earlier that year. There was also criticism of the three principal singers.
Nevertheless, it had a run of 14 performances at La Scala that season and was performed sporadically in various Italian theatres (including the Teatro di San Carlo in Naples) between 1814 and 1831. It was also performed in London in 1826, again with Velluti as Arsace. The opera then fell more or less into obscurity.
20th century and beyond
Its first modern performance was in September 1980 at the Teatro Politeama in Genoa conducted by Giacomo Zani, with Paolo Barbacini as Aureliano, Helga Müller-Molinari as Arsace, and Luciana Serra as Zenobia. There was another major revival in 1996 at the "Rossini in Wildbad" Festival conducted by Francesco Corti, with Donald George as Aureliano, Angelo Manzotti as Arsace, and Tatiana Korovina as Zenobia. It was performed again in 2011 in Martina Franca and was given a new production at the Rossini Opera Festival in Pesaro in August 2014. The Pesaro production, directed by Mario Martone, was the first performance of the critical edition of the opera.
Synopsis
Place: in and around the city of Palmyra
Time: 271-272 A.D.
Act 1
Queen Zenobia, her lover Arsace, and the priests offer sacrifices in the Temple of Isis and pray for their deliverance from the approaching Roman army. General Oraspe enters to the strains of martial music and announces that Aureliano's Roman army is at the gates of Palmyra. Arsace pledges his Persian troops to defend the city. After a dramatic battle scene on the plains outside the city, the Persians are defeated. The Roman soldiers celebrate their victory. Aureliano arrives and addresses Arsace, now a prisoner.
He responds to the Emperor with dignity and affirms his love for Zenobia, saying that he is prepared to die for her.
Inside Palmyra's walls, Zenobia has hidden the kingdom's treasures in the vaults beneath the palace. She decides to make a last stand with her troops to save the city. She asks Aureliano for a truce so that she can speak with him and obtain the liberty of the prisoners, including Arsace. On Aureliano's refusal to free the prisoners, she asks to at least see Arsace for a last time. Zenobia and Arsace weep over their fate. Aureliano enters and promises to free Arsace on condition that he abandons Zenobia. Arsace refuses and is sentenced to death. The Roman and Palmyran armies prepare for a last battle.
Act 2
Palmyra has now been conquered by the Romans. Aureliano enters Zenobia's palace and offers his love to her, which she refuses. Meanwhile Oraspe frees Arsace who then flees to the hills by the Euphrates river where he is sheltered by a group of shepherds. Arsace's soldiers join him and tell him that Zenobia has been taken prisoner. Arsace sets off to free her and launch a new attack against the Romans with the Palmyran troops.
In the palace, Aureliano proposes to Zenobia that they reign together over Palmyra. Once again Zenobia refuses. Later that night, Arsace and Zenobia meet again in the moonlight and embrace. When they are discovered by the Roman troops, they ask to die. Although he secretly admires their courage and devotion to each other, Aureliano decrees that they will end their days in separate cells. Publia, the daughter of Roman general and secretly in love with Arsace, begs Aureliano to take pity on him.
The final scene takes place in a large chamber of Zenobia's palace. The leaders and priests of the defeated Palmyrans are gathered in supplication before Aureliano. Oraspe, Arsace and Zenobia are led into the chamber in chains. Aureliano, has a change of heart and frees Zenobia and Arsace to reign together over Palmyra provided they both swear lealty to the Roman Empire. This they do, and praise Aureliano for his generous heart. The chorus sings joyfully, "Torni sereno a splendere all'Asia afflitta il dì." ("May the day dawn serene and shining for suffering Asia.")
Federico III de Hohenzollern, el segundo emperador de Alemania (Káiser). Reinó de Marzo a Junio de 1888. Hoy 18 de octubre de 1831 nace Federico III
Federico III de Hohenzollern (Potsdam, 18 de octubre de 1831 – Potsdam, 15 de junio de 1888) fue segundo emperador de Alemania (Káiser) y octavo rey de Prusia, durante 1888 (9 de marzo–15 de junio).
Perteneciente a la muy conservadora dinastía Hohenzollern, Federico adquirió pronto ideas liberales por influencia de su madre, Augusta de Sajonia-Weimar-Eisenach. Tras completar sus estudios, que aunaron formación militar y artes liberales, el joven se casó en 1858 con la princesa real Victoria, quien le reafirmó en sus ideas progresistas. Poco a poco, el príncipe se alejó de su padre, el rey Guillermo I, y sobre todo del jefe de gobierno, el ministro-presidente Otto von Bismarck. Aunque era el heredero al trono, el príncipe estuvo alejado de los asuntos políticos y relegado a un papel meramente representativo.
A pesar de no comulgar con la política «bismarckiana» de «sangre y hierro», Federico deseaba también la unificación alemana y la creación de una gran nación en Europa. Aunque opuesto a la guerra, participó en los conflictos iniciados por su país en la década de 1860: la guerra de los Ducados (1864), la guerra austro-prusiana (1866) y la guerra franco-prusiana (1870). No obstante, y a pesar de sus éxitos militares, su padre lo mantenía alejado del poder. Además, la proclamación del Imperio alemán, en 1871, no supuso para él ninguna promoción política.
Tras 27 años como heredero al trono, Federico sucedió finalmente a su padre como rey de Prusia y emperador alemán el 9 de marzo de 1888. No obstante, padecía un cáncer de laringe avanzado y murió 99 días después, lo que le impidió llevar a cabo las reformas que había soñado. Hoy en día, el emperador Federico III es una personalidad controvertida para los historiadores: mientras que algunos consideran que podría haber impedido el inicio de la Primera Guerra Mundial convirtiendo Alemania en una democracia liberal, otros piensan que no hubiera podido reformar el país en profundidad y dudan incluso de que quisiera hacerlo.
Familia
Hijo del príncipe Guillermo de Prusia y de Augusta de Sajonia-Weimar-Eisenach, Federico era por parte de padre, nieto del rey Federico Guillermo III de Prusia y de su esposa Luisa de Mecklenburgo-Strelitz, mientras que por parte de madre descendía de Carlos Federico, gran duque de Sajonia-Weimar-Eisenach y su mujer, María Pávlovna Románova. El príncipe tenía una hermana, Luisa, que nació siete años antes que él y que llevaba el nombre de su abuela. Ésta se casó con el gran duque Federico I de Baden y dio a luz a dos hijos: Federico II de Baden y la futura reina Victoria de Suecia.
El 25 de enero de 1858 Federico se casó en Londres con Victoria, princesa real del Reino Unido, hija de la reina Victoria de Gran Bretaña e Irlanda y Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, con la que tuvo ocho hijos de los cuales dos murieron antes de llegar a la adolescencia.
Los hijos fueron:
1.Guillermo II, rey de Prusia, emperador de Alemania. Se casó en primeras nupcias con Augusta Victoria de Schleswig-Holstein y, tras la muerte de esta, con Herminia de Reuss-Greiz.
2.Carlota de Prusia, casada con Bernardo III de Sajonia-Hildburghausen.
3.. Enrique de Prusia, casado con Irene de Hesse-Darmstadt.
4. Segismundo de Prusia, muerto a los 2 años.
5.Victoria de Prusia, casada con Adolfo von Schaumburg-Lippe. Viuda, se casó con el ruso blanco Alexandre Zoubkoff.
6. Waldemar de Prusia, murió con 11 años.
7. Sofía de Prusia, casada con Constantino I de Grecia.
8. Margarita de Prusia, casada con el landgrave Federico de Hesse, efímero rey de Finlandia.
Biografía
Príncipe de Prusia
Primeros años y educación
Federico nació en el Nuevo Palacio de Potsdam en Prusia el 18 de octubre de 1831. El padre de Federico, el príncipe Guillermo, era el segundo hijo de Federico Guillermo III de Prusia y, por tanto, era hermano menor del rey Federico Guillermo IV de Prusia. Tras haber sido educado en la más estricta tradición militar de los Hohenzollern, ejerció la regencia del reino desde 1858. La madre de Federico, por el contrario, había recibido una educación más liberal y más artística que su esposo y era, de hecho, bastante conocida en Europa por sus ideas progresistas. Por estas diferencias en cuanto a su educación, la pareja apenas se entendía y Federico y su hermana Luisa tuvieron infancias solitarias y difíciles.
A pesar del valor que le daba la familia Hohenzollern a la formación militar, la princesa Augusta insistió en que su hijo también recibiese una educación más tradicional. Federico resultó ser un alumno brillante y estaba especialmente dotado para las lenguas extranjeras, sobre todo el inglés, el francés y el latín. También fue un excelente gimnasta y estudió asimismo historia, geografía, física, música y religión. Como buen príncipe prusiano, llegó a ser un gran jinete.
Iniciado muy pronto en los temas militares, con solo 10 años fue nombrado subteniente en el primer regimiento de Infantería de la guardia prusiana y condecorado con la Orden del Águila Negra. Cuando cumplió 18 años, su familia pensó que se implicaría más en los asuntos militares, pero rompió con la tradición y se matriculó en la Universidad de Bonn. Sus años como estudiante universitario, unido a la influencia de las personalidades menos conservadoras de su familia, son claves para entender sus convicciones liberales.
El impacto de las ideas liberales en Alemania.
Federico creció en una época conflictiva durante la cual el liberalismo conoció un fuerte empuje en el mundo germánico. Se empezaba a gestar una voluntad de unificar Alemania y de instaurar una monarquía constitucional que garantizara la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, la protección de la propiedad privada y el reconocimiento de los derechos civiles y políticos. Los liberales querían imponer a la Confederación Germánica un gobierno sometido a la voluntad y la representación populares.
En 1848, cuando el joven Federico tenía 16 años, el desarrollo del sentimiento nacional y de las ideas liberales condujeron al estadillo de una serie de revoluciones que eliminaron algunas monarquías germanas y europeas. En los estados alemanes, el objetivo de los liberales era el reconocimiento de las libertades fundamentales, como el derecho de reunión y la libertad de prensa, así como la creación de un parlamento y una constitución alemana. No obstante, algunos meses después, la revolución alemana de 1848-1849 fue barrida del mapa por las fuerzas conservadoras. Sin embargo, y aunque la revolución fracasó porque no pudieron mantener sus reformas, los liberales estuvieron muy presentes en la vida política alemana a lo largo de la vida de Federico.
Un matrimonio concertado pero feliz.
En el siglo XIX, los matrimonios reales europeos eran concertados por la corte para crear y reforzar las relaciones entre los estados del continente. Desde 1851, la reina Victoria I del Reino Unido y su esposo, el príncipe Alberto, empezaron a hacer planes para casar a su hija mayor, la princesa Victoria, que acababa de cumplir 11 años, con Federico, el heredero al trono prusiano. En aquella época, la familia real de Gran Bretaña era casi enteramente de origen germano: había muy poca sangre inglesa corriendo por las venas de la reina Victoria y ninguna por las venas de su esposo.
Los soberanos decidieron mantener vínculos familiares con Alemania. El príncipe consorte pensó, además, que la llegada de una princesa británica en la familia Hohenzollern podría permitir la apertura y la modernización del reino de Prusia. El rey de Bélgica, Leopoldo I, tío de Victoria, intervino para facilitar el matrimonio entre Federico y Victoria. Durante muchos años, apoyó la idea del barón Christian Friedrich Freiherr von Stockmar de crear una alianza entre Gran Bretaña y Prusia. En Berlín, la princesa Augusta también estaba a favor de un matrimonio inglés para su hijo. Sin embargo, su marido no compartía su opinión y prefería casar a Federico con una gran duquesa de Rusia.
El compromiso entre Federico y Victoria se anunció en abril de 1856 y su matrimonio se celebró el 25 de enero de 1858 en la capilla real del palacio de St. James en Londres. Aunque fue concertada, la unión entre los dos jóvenes pronto se convirtió en un matrimonio feliz gracias a que Federico había recibido una educación liberal y Victoria compartía las ideas políticas de su marido.
Relación con su hijo Guillermo
Al estar tan unidos, la pareja no tardó en crear una familia numerosa. Su primer hijo, el príncipe Guillermo, nació un año después de la boda, el 27 de enero de 1859. Este tuvo problemas durante el parto y nació con un brazo mal formado, probablemente debido a que el feto estaba en una mala posición o a una parálisis cerebral.
Cuando creció, Guillermo no comulgó con ninguna de las ideas liberales de sus padres. De hecho, su madre lo consideraba un «auténtico prusiano», y las diferencias ideológicas crearon un abismo entre el príncipe y sus padres durante toda la vida. Además, Bismarck hacía todo lo posible para empeorar aún más la situación.
Desdeñando las ideas progresistas de sus padres y con deseos de humillarlos públicamente, Guillermo II no hizo ninguna referencia a su padre cuando lo sucedió en el trono en 1888. Por el contrario, declaró que deseaba seguir la vía abierta por su abuelo Guillermo I,por lo que el nuevo emperador continuó una política muy conservadora que llevó a su país a la Primera Guerra Mundial.
Heredero al trono de Prusia
Cuando Guillermo I llegó al trono de Prusia el 2 de enero de 1861, Federico se convirtió en el príncipe heredero o kronprinz, su nombre en alemán, con 29 años, y mantendría este título durante 27 años. Al principio de su reinado, Guillermo I era considerado un soberano políticamente neutral y Federico y los liberales alemanes esperaban que abriera una nueva era política. Esta esperanza parecía compartida con la población pues, en las elecciones, los liberales aumentaron el número de escaños en el parlamento. Sin embargo, el rey Guillermo mostró pronto su sensibilidad conservadora y su oposición a las reformas.
Soldado dogmático a pesar de sus 64 años,27 Guillermo I tuvo problemas con el parlamento prusiano. Así, desde septiembre de 1862, hubo un enfrentamiento entre el soberano y los diputados debido a una reforma del ejército que por poco supuso el remplazo de Guillermo por Federico. De hecho, el rey amenazó con abdicar si el parlamento se negaba a dar crédito a su plan de reorganización del ejército. Federico se sintió horrorizado por esto y le dijo a su padre que la abdicación «constituiría una amenaza para la dinastía, para el país y para la corona».
Guillermo cambió de opinión y nombró a Otto von Bismarck ministro presidente de Prusia. La elección de Bismarck, político autoritario y poco respetuoso con el parlamento como jefe del gobierno, supuso un enfriamiento de las relaciones entre el rey y el príncipe heredero. Deseoso de unificar Alemania por medios políticos y liberales, Federico se sintió aislado ante esta política de «sangre y hierro». Pronto, su padre lo excluyó de los asuntos políticos y esta fue la situación que se reprodujo a lo largo de todo el reinado de Guillermo I. Apoyado por su mujer, el príncipe heredero no dudó en protestar públicamente contra el gobierno de su padre. En 1863, criticó duramente la restricción de la libertad de prensa decretada por Bismarck durante una recepción oficial en Gdansk.
Pronto, desprovisto de cualquier función real en Prusia, Federico y Victoria pasaron largos periodos en el Reino Unido. Al contrario que Guillermo I, la reina Victoria I del Reino Unido no dudó en pedirle a su yerno que la representara en las ceremonias públicas.
De la guerra de los Ducados a la guerra austro-prusiana
En 1863 estalló la guerra de los Ducados, en la que Dinamarca se enfrentó a Prusia y a Austria por la posesión del ducado de Schleswig-Holstein. El conde Friedrich von Wrangel fue nombrado comandante supremo de los ejércitos de la Confederación Germánica y el príncipe heredero supo suavizar con tacto las tensiones que dividían a los oficiales. Los prusianos y sus aliados austriacos vencieron a los daneses e invadieron el sur del país hasta Jutlandia. Sin embargo, tras la guerra los aliados estuvieron dos años disputándose el liderazgo de los estados alemanes. Sus tiranteces condujeron a la guerra austro-prusiana. Contrario a un conflicto con Viena, Federico aceptó, a pesar de todo, el mando de uno de los tres ejércitos prusianos y puso al conde Leonhard von Blumenthal como jefe del Estado mayor. La llegada, en el momento adecuado, de las tropas del príncipe heredero en la batalla de Sadowa fue decisiva para asegurar la victoria prusiana.
Tras la batalla, Guillermo I condecoró a su hijo por la orden Pour le Mérite en recompensa por su comportamiento en el campo de batalla. Algunos días antes de Sadowa, el príncipe heredero escribió a su esposa que esperaba que esta guerra fuera la última en la que estuviera. Sin embargo, el tercer día del conflicto, escribió a Victoria: «¿Quién sabe si no habrá una tercera guerra para conservar lo que ya hemos ganado?»
Guerra franco-prusiana
Cuatro años después del final de la guerra austro-prusiana, en 1870, estalló la guerra franco-prusiana, durante la cual el príncipe heredero dirigió el III ejército alemán, compuesto por tropas procedentes de los estados de Alemania del Sur. Durante este nuevo conflicto, Federico fue alabado por su acción contra los franceses en las batallas de Froeschwiller-Woerth y de Wissembourg, pero fue en la batalla de Sedán y el asedio de París donde obtuvo los mayores éxitos. El respeto con el que Federico trató a los enemigos de su país le ganó el reconocimiento de los observadores de los países neutrales.
Evidentemente, sus victorias militares aumentaron el amor del príncipe por sus hombres. Tras la batalla de Woerth, un periodista londinense fue testigo de las numerosas visitas del príncipe heredero a los soldados prusianos heridos y describió el afecto y el respeto con el que los militares lo trataban.
Sin embargo, el heredero al trono no era un hombre de guerra. Durante una entrevista con dos periodistas parisinos, declaró: «A mí no me gusta la guerra, señores. Cuando reine, espero no tener que hacerla nunca». Otro periodista francés escribió sobre el príncipe: «El príncipe heredero ha dejado cantidad de pruebas de su bondad y de su humanidad en el país contra el que hace la guerra». El London Times publicó una loa a Federico en julio de 1871: «el príncipe está ganando tantos honores por su nobleza de corazón como por sus proezas durante la guerra».
Príncipe heredero de Alemania
La proclamación del II Reich
El 18 de enero de 1871, aniversario de la llegada de los Hohenzollern a la dignidad real en 1701, los príncipes de la Confederación Alemana del Norte, así como los de la Alemania del Sur (Baviera, Baden, Wurtemberg y Hesse-Darmstadt) proclamaron a Guillermo I emperador en la Galería de los Espejos del palacio de Versalles. Estos adhirieron, por el momento simbólicamente, sus estados al nuevo Imperio alemán. Federico se convirtió, pues, en príncipe heredero de Alemania y Otto von Bismarck en canciller imperial.
Poco después, los países católicos de la Alemania del Sur, que solo tenían con Prusia un acuerdo de unión aduanera, se incorporaron oficialmente a la Alemania unificada por el Tratado de Versalles (26 de febrero de 1871) y el Tratado de Fráncfort (10 de mayo de 1871) que, además, supusieron la adhesión al imperio de Alsacia y Lorena.
Un papel siempre limitado
Siempre en conflicto con las políticas y los actos de su padre y de Bismarck, Federico se puso de parte de los liberales alemanes y los apoyó sobre todo en su oposición al aumento de dinero para el ejército. Sin embargo, no se tenía muy en cuenta la opinión del heredero al trono imperial. Sus únicas funciones eran las de representar a Alemania y a su soberano en las ceremonias, las bodas y las celebraciones oficiales como el Jubileo de diamante de la reina Victoria de 1887.
El príncipe Federico invirtió en numerosos trabajos de interés público como la fundación de escuelas o de iglesias en la región de Bornstädt, cerca de Potsdam. Deseoso de ayudar a su padre en convertir a Berlín en un importante centro cultural en Europa, el heredero fue nombrado «protector de los museos públicos». De hecho, gracias a él la capital alemana adquirió nuevas colecciones de objetos de arte y se fundó el museo Bode (conocido con el nombre de «museo del káiser Federico» hasta 1956).
Emperador alemán
Un emperador esperado pero gravemente enfermo
Las fuerzas progresistas alemanas esperaban con impaciencia la llegada de Federico al trono. Sin embargo, el muy conservador emperador Guillermo vivió hasta los 90 años y murió el 9 de marzo de 1888. En ese momento Federico tenía ya 57 años y padecía cáncer de laringe. Cuando por fin se convirtió en káiser, se dio cuenta de la importancia de su enfermedad y se lamentó por no poder servir a su país.
Enfermo, Federico III recibió consejos contradictorios por parte de sus médicos. En Alemania, el doctor Ernst von Bergmann le propuso extirparle totalmente la laringe, mientras que su colega, el doctor Rudolf Virchow se opuso totalmente pues no se había completado una operación semejante sin causarle la muerte al paciente. El célebre laringólogo británico Morell Mackenzie, que no reconoció el cáncer del emperador, le aconsejó una sencilla cura en Italia, lo que finalmente aceptaron tanto el emperador como su esposa.
El 8 de febrero de 1888, un mes antes de la muerte de Guillermo I, el doctor Bergmann le puso una cánula al entonces príncipe heredero para permitirle respirar. Sin embargo, esta operación quirúrgica le privó del habla. Incapaz de comunicarse verbalmente, Federico resolvió utilizar la escritura para comunicarse. A pesar de todo, el príncipe tuvo suerte durante la operación: el doctor Bergmann estuvo a punto de matar al heredero al trono al realizar la incisión en la tráquea y dirigir la cánula hacia el lado derecho de la garganta. Federico empezó a toser y a sangrar y Bergmann tuvo que introducir su índice en la herida para colocar bien la cánula. El sangrado se calmó después de dos horas pero la acción del médico produjo un absceso en el cuello del paciente. Rápidamente, el pus acabó acumulándose en el cuello y eso le provocó molestias al emperador en los últimos meses de su vida.
Tras la operación, el príncipe se quejó a sus allegados del mal trato dispensado por Bergmann y se preguntaba «por qué Bergmann me metió el dedo en la garganta». Algunas semanas más tarde, el doctor Thomas W. Evans le practicó de nuevo, y con éxito, una traqueotomía con una cánula de plata.
«El emperador de los 99 días»
En el mausoleo del káiser Federico de Potsdam, la tumba del emperador está coronado con una efigie que lo representa.
A pesar de su enfermedad, el emperador Federico hizo cuanto pudo para cumplir sus obligaciones oficiales y no olvidó recompensar a los que siempre lo apoyaron. Inmediatamente después de llegar al trono, condecoró a su esposa con la Orden del Águila Negra.
Durante su corto reinado, el soberano recibió la visita oficial de la suegra, la reina Victoria del Reino Unido y el rey Óscar II de Suecia. También asistió a la boda de su hijo, el príncipe Enrique de Prusia, con su sobrina, la princesa Irene de Hesse-Darmstadt.
No obstante, Federico solo fue emperador durante 99 días y se mostró incapaz de llevar a cabo las reformas que tenía en mente desde hacía tanto tiempo. De hecho, un edicto que había escrito antes de ser emperador y que limitaba los poderes del soberano y del canciller nunca fue aplicado. El 8 de junio de 1888, Federico obligó a dimitir al ministro del Interior, Robert von Puttmaker tras descubrirse que interfirió en las elecciones al Reichstag.
Consciente de que iba a morir en breve, Federico se preocupó sobre todo por la suerte de su país. En mayo de 1888, declaró «No puedo morir… ¿qué le ocurriría a Alemania?» Murió el 15 de junio siguiente y su hijo mayor, el joven Guillermo II, le sucedió en el trono. Federico fue enterrado en un mausoleo anexo a la iglesia Friedenskirche de Potsdam. Tras la muerte del emperador, el primer ministro británico William Gladstone lo calificó como «el Barbarroja del liberalismo alemán».
Controversia historiográfica
Durante toda su vida, Federico estuvo convencido de que un gobierno no debería actuar contra la voluntad de su pueblo. Muy liberal, admiraba a su suegro Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha y el régimen parlamentario británico. Antes de ascender al trono, tuvo la ocasión de debatir largo y tendido con la reina Victoria y otras personas sus ideas con respecto al gobierno. De acuerdo con su esposa, preveía reformar el Imperio alemán y poner a la cabeza de este a ministros más liberales.
Cuando llegó al trono, Federico y Victoria intentaron limitar el papel del canciller imperial y reorganizar el sistema político alemán para añadirle más elementos del modelo liberal británico. Muchos historiadores, como William Harbutt Dawson o Erich Eyck, han considerado que la muerte repentina de Federico III obstaculizó el desarrollo del movimiento liberal en el interior del Imperio alemán. Estos piensan que si hubiera reinado más tiempo y con mejor salud, Federico hubiera convertido a Alemania en una democracia liberal y hubiera impedido su militarización.56 66 Otros autores, como Michael Balfour o Michael Freund, van aún más lejos y defienden que si hubiera reinado más tiempo, Federico habría impedido el estallido de la Primera Guerra Mundial y, por consiguiente, de la Segunda Guerra Mundial. Más prudente, el historiador Frank Tipton se pregunta: «¿Qué habría pasado si su padre hubiera muerto antes o si él hubiera vivido más tiempo?»
Por el contrario, otros investigadores, como Wilhelm Mommsen o Arthur Rosenberg, se oponen a la idea de que el emperador podría haber «liberalizado» Alemania ya que no hubiera osado oponerse a su padre y a Bismarck para cambiar la historia de su país. Excelente soldado criado en la tradición militar de su familia, Federico se sometió a la mayoría de las decisiones políticas de su padre y del canciller. Andreas Dorpalen afirma que es poco probable que el emperador hubiera cambiado de opinión si hubiera estado más tiempo en el trono,si bien tenía un carácter muy débil para poder llevar a cabo cambios reales en Alemania.
Arthur Rosenberg va más lejos y considera que, a pesar de sus tendencias liberales, Federico creía firmemente en Bismarck y en su sistema. Por su parte, James J. Sheehan supone que el clima político y el sistema de partidos alemanes era demasiado conservador a finales del s. XIX para que Federico hubiera podido «liberalizarlo» en profundidad. Por último, Andreas Dorpalen añade que el liberalismo de Federico ha sido exagerado tras su muerte para dar una imagen fuerte del movimiento liberal germano. Además, considera que los errores cometidos por Guillermo I han contribuido a que se vea a su padre con mejores ojos.
En la imagen Federico III con su padre Guillermo II.
Corbata. Hoy 18 de Octubre es el día de la Corbata. Historia de la Corbata.
¿Sabías que la corbata nació en los ejércitos de Croacia en el siglo XVII y que tiene un día de celebración en este país? El 18 de octubre es considerado el Día Nacional de la Corbata en Croacia, país que inventó esta pieza fundamental del vestir
La corbata es una prenda que data del siglo XVII cuyo origen se encuentra en el uniforme del ejército croata. Así, durante la Guerra de los Treinta Años (1618 – 1648), los oficiales croatas que batallaban junto al Imperio Austrohúngaro, se presentaron ante el rey de Francia Luis XIV para prestarle su apoyo en esa guerra. Al rey francés, conocido por su exquisito refinamiento con la indumentaria, no se le pasó por alto un detalle muy importante del uniforme militar de los croatas: un pequeño pañuelo de lino o de muselina de seda al cuello que los oficiales anudaban en forma de capullo de rosa del que pendían dos puntas que asomaban por encima de la pechera del uniforme.
Luis XIV quedó tan cautivado por los pañuelos croatas que los adoptó para su ejército personal con la insignia real. Por este motivo, sus oficiales fueron conocidos como los integrantes de la ROYAL CRAVETTE.
La moda pasó rápidamente de los ejércitos franceses al pueblo: los habitantes de París tomaron prestado este nuevo complemento de la moda elegante al “estilo croata” y comenzaron a anudarse pañuelos en el cuello «à la Croate» (a la croata o como lo usan los croatas), expresión de la que nace la palabra francesa «cravate» proveniente del vocablo Crabete, que en francés significa “croata”.
A finales de ese siglo, se impuso la costumbre de anudar la corbata con las dos extremidades enhebradas en un ojal de la chaqueta para que permanecieran unidas, siendo esta moda considerada como la antecesora del alfiler de corbata, según muchos historiadores del traje.
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Texto de Wikipedia sobre la Historia de la Corbata.
Su nombre viene del italiano, corvatta o cravatta, derivado de "croata". El origen data del año 1660, cuando los jinetes del ejército croata usaban pañuelos de colores al cuello.
Existen al menos dos tipos de corbatas, la larga que es el tipo más usual en nuestros días y la corta o "de moño". En la actualidad, es complemento de la camisa y el traje, así mismo existen las corbatas de tipo estilizadas que también son conocidas como corte "slim".
Historia
La Revolución francesa
La fecha de nacimiento de la actual corbata se remonta a la segunda mitad del siglo XVII, con la llegada a Francia de los mercenarios croatas. Con su traje tradicional llevaban un pedazo de tela blanca, que llamaban 'hrvatska' (es decir: Croacia en idioma croata). La anudaban formando una rosita y dejando colgar las extremidades encima del pecho. La croatta les gustó mucho a los franceses que la adoptaron y llamaron cravate y luego la difundieron en todo el mundo.
Hacia el final del siglo XVII se impuso la costumbre de anudar suavemente la corbata al cuello, con las dos extremidades enhebradas en un ojal de la chaqueta o fijados con un broche. Durante la revolución francesa, la corbata se volvió un verdadero status-symbol y por primera vez adquirió un valor político: el revolucionario la llevaba negra, mientras el contrarrevolucionario se la ponía blanca.
Siglos XIX y XX
Vino, luego, el momento de los incroyables, gente elegante y extravagante cuya corbata tenía enormes dimensiones y llegaba casi a esconder la barbilla y el labio inferior. Fue importante en este periodo la persona de Lord Brummel que para anudarse su corbata necesitaba la ayuda de dos mozos. Él mismo introdujo el empleo del almidón, para que mantuviera su rigidez. En los primeros años del siglo XIX la forma de la corbata empezó a acercarse a la actual, aunque fuera más voluminosa y existieran solo tres colores: gris, negro y blanco. La moda había empezado a homologarse con algunas excepciones como el tipo lavallière, caracterizada por dos partes iguales en ancho y largo, que se volvió el emblema de los artistas y de los revolucionarios.
Con la reducción de las dimensiones del cuello de la camisa, para anudar la corbata, se hacía un solo giro alrededor del mismo. Fueron aquellos los años en los cuales la corbata se difundió en todo el mundo. Las más típicas eran el nudo (o corbata larga), la galla (o papillón) y el plastron (ascot, o bufanda a la inglesa).
En época de Napoleón, este llevaba siempre corbata negra con borde blanco, hasta que la mañana del 18 de junio de 1815 decidió cambiarse de corbata, perdiendo ese día la batalla de Waterloo, según indica el señor Beausset, prefecto de palacio. A partir de este momento, el arte de anudarse al cuello un pedazo de tela se ha convertido en el signo más elegante de vestir del hombre. Ya en L'Art de se mettre la cravatte, publicado en París en 1827 y atribuido a Honorato de Balzac, se pone de manifiesto la importancia de esa prenda, con la descripción de veintidós maneras distintas de anudarse la corbata; por ejemplo Windsor (inglés), medio Windsor (español), four-in-and (americano), etc. [cita requerida]
Las precursoras de las corbatas tal y como las conocemos hoy día son las que se usaban en clubes y colegios, por ejemplo, en 1880, los miembros de la Universidad de Oxford se ataban las cintas de los sombreros, alrededor del cuello. Así, el mismo 25 de junio de 1880, se creó la primera corbata del club, que confeccionara esta prenda con los colores correspondientes. De esta manera, la idea se fue propagando en los otros clubes, universidades y colegios.
La corbata moderna existe, en su forma actual, desde 1924, ya que alguien llamado Jesse Langsdorf encontró una manera de cortar la corbata con el menor desperdicio posible de tela, y la solución fue trazar un ángulo de 45 grados en la trayectoria del dibujo. Además, la seda no la cortó en una sola pieza, sino en tres, que se cosían luego en otro proceso. Patentó su invento y más tarde lo vendió en todo el mundo. Hoy en día, la mayoría de las corbatas se confeccionan de esta manera.
El romance de la esposa de Schoenberg con un pintor de 22 años es fuente de inspiración de obras de Schoenberg, Berg y Zemlinsky. Hoy 18 de octubre de 1923 fallece Mathilde Schoenberg.
It was at 10 a.m. on a cloudy, dank and unseasonably cold autumnal day that Otto Nirenstein opened the doors of his Neue Galerie to an unsuspecting Viennese public and, 23 years after the young artist’s death, invited the world to view Richard Gerstl’s works for the first time. As they climbed the stairs to Nirenstein’s exhibition rooms, situated under the towering spire of St Stephen’s Cathedral in the courtyard of Grünangergasse 1, they would have expected something extraordinary, for the dealer, a radio ham and admirer of fine cars, had acquired a reputation of having perceptive taste in his appreciation and promotion of new and progressive talent.
Nirenstein had been introduced to Gerstl’s works some months earlier when Alois Gerstl had come to Grünangergasse carrying a few of his younger brother’s small landscapes. Accustomed to the artful nature of Viennese society, Nirenstein had, at first, discounted Alois’s story, preferring to believe that it was Alois himself who had produced them. A visit to the warehouse of Rosin and Knauer, where some 60 of Richard Gerstl’s paintings and drawings had lain gathering dust in a crate since the artist killed himself, aged 25, in 1908, convinced him otherwise.
Nirenstein immediately saw their potential, realising that he had discovered a unique Expressionist artist, who Nirenstein immediately likened to van Gogh. Moreover, it became clear that, in the context of fin de siecle Vienna, Gerstl was ahead of the likes of Schiele, Kokoschka, Kubin and other artists that the dealer had championed. Austria, though, having been decimated by WW1 and hyperinflation, was now in the grip of the 1931 crash of its economy, so the sudden appearance of Alois must have tested Nirenstein’s financial ingenuity. A deal, however, was struck, and after much restoration to the canvasses, the Neue Galerie’s Gerstl exhibition was scheduled for the 28 September 1931.
Once accumulated, the works seemed to tell a story, for amongst them were portraits of many from the circle that had, by the time of Gerstl’s death, grown up around Arnold Schönberg, perhaps the single most influential composer of the early 20th century. It is not known how many of these subjects visited the Neue Galerie exhibition in the autumn of 1931, but it has to be assumed that Schönberg knew of the opening, either through his brother in law, Alexander Zemlinsky, who visited the show, or through one of Schönberg’s ex-students, several of whom, including Berg and Webern , still lived in Vienna.
The Main Characters
The two most depicted subjects, Mathilde Schönberg and Gerstl himself, were, however, dead. Mathilde, Arnold Schönberg’s wife, a tiny, dowdy mother of two, had distressingly died of adrenal cancer in October 1923; Gerstl, a taciturn and moody, difficult young man had killed himself in November 1908 after becoming Mathilde’s lover earlier that summer. He had never exhibited in his lifetime, but so ashamed had Gerstl’s family been at events, they had left his works in storage until spring 1931, when they were no longer able to pay the charges. As such, it may have been instructive to have listened to the thoughts of those who survived the young artist, not least because Mathilde’s infidelity with Gerstl had been kept a secret between them since the tragic finale of November 1908.
Indeed, it would remain so for another 35 years, for it was only after Schönberg’s death that details of the three-way relationship began to seep out. Since then, however, the sequence of events surrounding Mathilde’s affair has been the subject of a considerable body of literature too often based on misdirected conjecture and unreliable information. It is precisely this, which, based on a welter of new evidence and research, this thesis is able to rectify.
Of course, on first sight, this may look to be simply another tale of romantic intrigue amongst temperamental artists. However, it proves to be far more than that, for, as will be seen throughout this website, the doomed love affair between Gerstl and Mathilde came to make an indelible impression of some of the 20th century’s most important and influential art and music.
In the first place, the story is set against a Vienna that was seeing its traditional aesthetic values in music, art, literature, architecture, politics and social mores attacked by the new and radical ideas of a group of exciting modernist artists and thinkers that included Schönberg, Klimt, Mahler and Hoffmann, amongst others. Equally, its denouement came in the beautiful artists’ resort of Gmunden, a spa located on a dramatic glacier lake, the Traunsee, amongst the alpine peaks south of Salzburg. It was here that Gerstl had joined the Schönbergs and their circle for their two long summer vacations of 1907 and 1908, for which the group rented individual farmhouses on the eastern bank of the lake beneath the towering Traunstein.
Their relationship had begun in spring 1906, when Schönberg invited the then 22 year old Gerstl into his home in Vienna’s 9th district, with a view to the young art student teaching both himself and Mathilde how to paint, which the impecunious Schönberg saw as a means to new income. Almost immediately, presumably at Schönberg’s request, Gerstl painted portraits of both husband and wife. These must have pleased the composer, who appears not only to have taken Gerstl into his circle, but, by introducing Gerstl to several portrait commissions, also apparently acted as his agent. In return, Gerstl provided welcome support to Schönberg in the face of the vitriolic press and public criticism that the composer had faced, not least after a series of concerts in early 1907. By the time of their second joint vacation in 1908, the two men had become close and for some months in early 1908, had even shared a studio in Schönberg’s building.
The 1908 vacation would see Schönberg compose a seminal work, his op. 10, Second String Quartet, which he finished around the first weeks of August. Before then, however, Gerstl, by now displaying bizarre, possibly manic-depressive behaviour, had produced a series of wild, astonishing, almost abstract portraits of the Schönberg circle, all of which were apparently painted within the grounds of the Schönberg’s farmhouse. It was now that Schönberg, perhaps taking inspiration from Gerstl’s Expressionist approach, wrote the String Quartet’s fourth and final movement, a vocal setting of Stefan George’s Entrueckung, a poem that begins with the line, “I feel the air of another planet”. The movement is important, for it was in composing this that Schönberg became the first to make the leap to atonality in a major composition.
Perhaps three weeks later, on 26 August, Mathilde and Gerstl were discovered, probably in Gerstl’s accommodation, in a compromising position. Unable to convince her husband of her contrition, the two lovers fled, first to a hotel in Gmunden and then to a pension in Nußdorf, a northern suburb of Vienna. They stayed together for three days and nights before Mathilde, having been tracked down by Schönberg, returned to the family home.
Her liaison with Gerstl, however, appears to have continued and she visited him in his recently rented atelier on the top-floor of Liechtensteinstraße 20 until she was apparently persuaded to leave her young artist “for the sake of the children”. Gerstl, by now excluded from the Schönberg circle and deserted by his lover, could bear it no longer and, on the afternoon of a concert given by Schönberg’s students that he would have expected to attend, he stabbed and hung himself in front of his mirror and surrounded by his canvasses in his new studio. He was just 25.
When the dramatic sequence of events from Gmunden 1908 is coupled with the sentiments found in the text of Entrueckung, it is perhaps unsurprising that many have speculated that not only had Schönberg represented his emotions regarding the affair in his Second String Quartet, but also that Mathilde’s infidelity had acted as the catalyst for his historic leap to atonality. The timeline that emerges within this resource, however, strongly indicates that, rather than events in Gmunden having had an influence on Schönberg’s startling musical development in his op. 10, there may have been other powerful factors that caused him to write atonally for the first time. Conversely, there is ample and persuasive evidence that Schönberg represented the consequences of the Gerstl/Mathilde affair in several of his most creative works composed after Gerstl’s death, notably perhaps, in such significant works as his monodrama, op. 17 Erwartung (1909) and his musical drama, op. 18 Die glückliche Hand (1910-1913).
He was not alone, however, for some of his equally influential contemporaries found ways to musically incorporate Mathilde and her enigmatic behaviour into a number of their most significant pieces, including, for instance, Alban Berg’s Chamber Concerto (1925), and Zemlinsky’s Eine florentinische Tragödie (1916).
Thus it was that Mathilde, an unlikely femme fatale and muse to artists and composers alike, became a catalytic presence in some of the most significant creative works of the first quarter of the 20th century. As for Gerstl, he joined the ranks of those such as van Gogh, Rothka, Weininger, Zweig, Woolf, Plath, Drake and Cobain, who, often to the confoundment of others, cut short their creative potential through the action of their own hand.
En la imagen los protagonistas de la historia,
Mathilde Schoenberg, esposa de Schoenberg deja a su marido por el pintor de 22 años Richard Gerstl. Schoenberg les descubre en la cama. El amante se suicida. Hoy 18 de octubre de 1923 fallece Mathilde Schoenberg.
Mathilde fue madre de dos hijos de Schönberg.
Artículo de Norman Lebrecht en Scherzo.
Los mitos más arraigados de la música clásica son resistentes a la luz de la razón. Por mucho que se demuestre lo contrario, la gente sigue empeñada en que Bach escribió las Variaciones Goldberg para dormir a un hombre rico, que las primeras notas de la Quinta Sinfonía de Beethoven son en realidad su casera dando golpes a su puerta para que pague el alquiler y que Chaikovski se murió después de beber un vaso de agua en una temporada libre de cólera. Bueno, qué más da, se dicen, y todos siguen repitiendo sin más las desprestigiadas leyendas. También hay muchas referencias al doloroso asunto de Arnold Schoenberg. Se suponía que el gran salto histórico y revolucionario hacia la atonalidad al final de su Segundo Cuarteto se debió al descubrimiento de la aventura que tuvo su mujer con el vecino de arriba. Tanto la provocación como las pruebas circunstanciales son muy convincentes
Ningún compositor, en medio milenio de música occidental, ha caído por el precipicio de las octavas sin tener una clave a la que sujetarse y que le llevara de nuevo hacia la base tonal. Tuvo que haber sido algo extraordinario lo que sacudiera a Schoenberg, y la coincidencia de la fuga de Mathilde, en julio de 1908, con el pintor Richard Gerstl en el momento que el cuarteto alcanzaba su punto de inflexión, fue suficiente como para convencer a sus amigos de entonces y a los estudiosos de un siglo más tarde que los celos sexuales fueron lo que provocó el nacimiento del modernismo musical.
La noción de que el sexo es el motivo principal del comportamiento humano no es exclusiva de los reporteros de los tabloides. Hay un sinfín de ejemplos de compositores —Wagner en Tristan, Janácek en los cuartetos de cuerda, Berg en Lulu— en los que la preocupación o la frustración erótica inspiraron una obra importante. Schoenberg ya se deleitaba con una decadente obsesión sensual en Verklärte nacht, el sexteto que le hizo famoso en 1902. En el Segundo Cuarteto, con los versos del mórbido y célibe Stefan George y una cita melódica de Alles ist hin (Todo está perdido) de la canción folclórica Ach, du lieber Augustin, da la impresión de que creía que no tenía nada que perder al hacer añicos los enseres de la música clásica.
El estreno del cuarteto, cuatro días antes de la Navidad de 1908, provocó uno de aquellos escándalos que tanto les gustaban a los vieneses, con la prensa escribiendo que “mujeres elegantes lloraban de dolor, tapándose sus delicados oídos con las manos mientras corrían las lágrimas por los rostros de los ancianos caballeros angustiados por las disonancias”. Pocos reconocieron que fue un momento fundamental en la evolución musical, una ruptura hacia el futuro. Y Schoenberg seguía luchando por reparar la ruptura de su matrimonio. Viena, que fue la capital mundial del chismorreo, no perdió tiempo en relacionar las dos rupturas, y aquella conexión se ha convertido en mito popular.
Y ahora —y ustedes lo pueden leer aquí por primera vez— aparece un historiador y hace volar por los aires toda esa historia. Raymond Coffer, en una tesis doctoral para la Universidad de Londres que también ha colocado en su recién estrenada página web —www.richardgerstl.com—, muestra que el origen del salto atonal no tenía nada que ver con el adulterio.
Demuestra con cartas entre la pareja, que el cuarteto fue terminado tres semanas antes de que Schoenberg descubriera que Mathilde le engañaba y que se fugó con su amante. Desde hacía algún tiempo la tensión entre los dos iba de mal en peor. A Schoenberg, que no podía pagar las cuentas y tenía dos hijos que mantener, no le quedó más remedio que coger un inquilino en 1906. Richard Gerstl, que sólo tenía 22 años, fue un pintor sin mucha fe en sí mismo ni en su obra.
Al ser adoptado por el círculo de Schoenberg se transformó, pintando retratos de Arnold y de Mathilde, incluso uno de ella desnuda (por lo visto). Gerstl se convirtió hasta tal punto en un miembro más de la familia Schoenberg que le llevaron a pasar las vacaciones de verano en el lago de Gmunden en junio de 1908. Schoenberg volvió a Viena por asuntos de negocios. Durante su ausencia, posiblemente Gerstl y Mathilde se hicieron más íntimos. Schoenberg, que no sospechó nada, volvió al lago y ahí terminó el finale del cuarteto entre el 25 y el 27 de julio, fechando el manuscrito el 27. Aquella misma semana, la Academia de las Artes expulsó a Gerstl, que empezó a comportarse de forma extraña.
El 26 de agosto, un mes más tarde, Schoenberg sorprendió a su mujer en brazos de su amante, en la casa rural de Gerstl según algunos relatos. El compositor se puso hecho una fiera. Mathilde, que no podía apaciguar a Arnold, dejó a los niños y huyó con aquél. Pasaron una noche en un hotel de Gmunden antes de encontrar una pensión en las afueras de Viena. Cuatro días más tarde, Schoenberg les localizó, y profundamente arrepentido, persuadió a Mathilde para que volviera al hogar. Ella siguió visitando a su amante durante los siguientes meses, pero él, al encontrarse desterrado por el circulo de Schoenberg, se desmoronó por completo. El 4 de noviembre, después de quemar sus cartas, Richard Gerstl se suicidó de forma particularmente violenta: se ahorcó y luego se apuñaló hasta la muerte delante de un espejo de cuerpo entero.
La abundante documentación de Coffer parece incontrovertible, reventando cualquier posible conexión causal entre la atonalidad de Schoenberg y su crisis matrimonial y dejando a todos los que han escrito sobre el asunto ruborizándose de vergüenza. Wikipedia está muy equivocada, ya que declara que Mathilde había dejado a Schoenberg “durante varios meses”. Yo, también, aparezco en los pies de página al haber hecho la falsa conexión en mi — disculpable, espero— ingenuo primer libro, Discord, publicado hace 30 años. El doctor Coffer nos ha corregido a todos.
Muchas otras cosas de la saga empiezan a tener sentido a la luz de sus descubrimientos. Mathilde, la hermana de Alexander von Zemlinsky, al que Alma Mahler llamó “el hombre más feo de Viena”, no fue nunca una femme fatale como Alma. Conmovida por el equilibrio mental cada vez más deteriorado de Gerstl, es posible que se comportara como madre y como amante, incapaz de abandonar a un niño enfermo. Schoenberg, que según muchos fue un marido testarudo, modificó su comportamiento después de que ella volviera a su lado. Y permaneció junto a Mathilde hasta la muerte de ésta en 1923.
La moraleja de esta historia es que la vida es muy problemática. Las cosas no forman una sencilla ecuación según la cual el amor es igual a la armonía y la discordia a la ruptura. Schoenberg debía de haber aprendido ese principio de su mentor, Gustav Mahler, que entonces sufría sus propias tormentas matrimoniales. La música es una herramienta demasiado sofisticada como para ser el espejo de la vida doméstica. No fue un acto de adulterio el que puso a Arnold Schoenberg en el camino de la atonalidad.
Aunque se repita esta afirmación una y otra vez, antes y después de los conciertos, no hace mella. Por muy sólidas que sean las pruebas o las razones de peso, la mayoría de las personas seguirán creyendo que la música se volvió atonal debido a una traición sexual. Quieren creerlo porque, al igual que muchos otros mitos, es más fácil escuchar un cuento de hadas que enfrentarse a la vida —y la música— en toda su complejidad. Schoenberg lo sabía. Ahora nosotros también.
Norman Lebrecht
En la imagen el amante, la esposa adultera y el marido abandonado.
Mehul, el primer compositor Romántico francés y el compositor más importante de la Revolución Francesa. Fue amigo de Napoleón. Hoy 18 de Octubre de 1817 fallece Mehul
Compositor francés. Con tan sólo 10 años sustituyó a su maestro, organista ciego del convento franciscano de Givet, su ciudad natal. Fue discípulo en el monasterio de Lavaldieu del organista alemán Wilhem Hauser, a quien suplió en 1778. Este mismo año se trasladó a París, donde estudió con Edelman y conoció a Gluck, quien lo aceptó como alumno. Fue Gluck quien le orientó hacia la ópera, y presentó en la Ópera su primera obra, Alonzo et Cora, que no sería representada hasta seis años después. Tras varios intentos frustrados, debutó en la Ópera Cómica con Euphrosine et Corrandin (1790), iniciando entonces una prolífica producción jalonada de éxitos. En los siguientes 27 años compuso un total de 32 óperas más. Se convirtió en el rival de Gossec y encontró en el patriotismo la inspiración para Chant du Départ (1794), obra que aseguró su permanencia entre los principales compositores del momento.
En 1794 fue nombrado uno de los cuatro inspectores del recién creado Conservatorio de París y un año después ingresó en el Instituto. Poco después estrenó con mediano éxito Le jeune Henri (1797), Fue triunfal su estreno de L´Irato, obra de género ligero y, sobre todo, de Joseph (1807), ópera seria con libreto de Duval que fue merecedora del premio instituido por Napoleón para la mejor obra lírica. En sus numerosas óperas dio muestras de su arte para la instrumentación y un gran sentido romántico de la acción y la introducción del leiv-motiv. Alcanzó gran perfección en las oberturas, alguna de ellas de una calidad que hasta ese momento no había alcanzado ningún compositor francés de óperas. En su música instrumental demostró grandes cualidades como sinfonista, fue el más importante compositor francés de este género entre Gossec y Berlioz.
Étienne Nicolas Méhul ( 22 June 1763 – 18 October 1817) was a French composer, "the most important opera composer in France during the Revolution." He was also the first composer to be called a "Romantic".
Life
Méhul was born at Givet in Ardennes to Jean-François Méhul, a wine merchant, and his wife Marie-Cécile (née Keuly). His first music lessons came from a blind local organist, but he had innate aptitude and was sent to study with a German musician and organist, Wilhelm Hanser, at the monastery of Lavaldieu, a few miles from Givet. Here Méhul developed his lifelong love of flowers.
In 1778 or 1779 he went to Paris and began to study with Jean-Frédéric Edelmann, a harpsichord player and friend of Méhul's idol Christoph Willibald von Gluck. Méhul's first published composition was a book of piano pieces in 1783. He also arranged airs from popular operas and by the late 1780s he had begun to think about an operatic career for himself.
In 1787, the writer Valadier offered Méhul one of his libretti, Cora, which had been rejected by Gluck in 1785. The Académie royale de musique (the Paris Opéra) put Méhul's work, under the title Alonzo et Cora, into rehearsal in June 1789. However, the rehearsals were abandoned on 8 August, probably because the Opéra had been suffering severe financial difficulties throughout the 1780s, and the opera was not premiered until 1791. In the meantime, Méhul found an ideal collaborator in the librettist François-Benoît Hoffman, who provided the words to the first of Méhul's operas to be performed, Euphrosine. Its premiere in 1790 was an immense success and marked the composer out as a new talent. It was also the start of his long relationship with the Comédie Italienne theatre (soon to be renamed the Opéra-Comique).
In spite of the failure of Cora in 1791 and the banning of Adrien for political reasons the year after that, Méhul consolidated his reputation with works such as Stratonice and Mélidore et Phrosine.
During the French Revolution, Méhul composed many patriotic songs and propaganda pieces, the most famous of which is the Chant du départ. Méhul was rewarded by becoming the first composer named to the newly founded Institut de France in 1795.
He also held a post as one of the five inspectors of the Conservatoire de Paris. Mehul was on friendly terms with Napoleon and became one of the first Frenchmen to receive the Légion d'honneur.
Méhul's operatic success was not as great in the first decade of the nineteenth century as it had been in the 1790s, although works such as Joseph (1807) became famous abroad, particularly in Germany. The failure of his opera Les amazones in 1811 was a severe blow and virtually ended his career as a composer for the theatre. Despite his friendship with Napoleon, Méhul's public standing survived the transition to the Bourbon Restoration intact.
However, the composer was now seriously ill with tuberculosis and he died on 18 October 1817. His grave is at Père Lachaise Cemetery, near the grave of the Belgian composer, François Joseph Gossec.
Estratónice, la reina de de Siria que se casó con un Rey mucho mayor que ella. El hijo del Rey se enamoró de Estratonice y el Rey se divorcio para favorecer la nueva relación. Hoy 18 de Octubre de 1817 fallece Mehul
Estratónice de Siria (¿? -†254 a. C.) fue una reina consorte seléucida.
Hija de Demetrio Poliorcetes y Fila, la hija de Antípatro. En 300 a. C., en una época en que no podía tener más de 17 años de edad, su padre la casó con Seleuco I Nicátor, rey de Siria, y fue llevada por su padre Demetrio a Rhosus, en la costa Pieriana (en Macedonia), donde se celebraron sus nupcias con la mayor magnificencia.
A pesar de la diferencia de edad, parece que vivió en armonía con el viejo rey durante algunos años, y ya le había dado un descendiente, una hija llamada Fila, cuando se descubrió que, a causa de su gran belleza, su hijo, Antíoco I Sóter se había enamorado apasionadamente de ella. Y Seleuco, para salvar la vida de su hijo, que estaba amenazada por la violencia de su pasión, consintió en divorciarse para favorecer el nuevo matrimonio en 294 a. C. y al mismo tiempo le hizo rey de las provincias orientales.
Parece que fue una unión próspera, pero se la menciona poco con posterioridad. Dio cinco hijos a Antíoco: Seleuco, Laodice, Antíoco II Theos, quien sucedería a su padre como rey (Seleuco fue ejecutado por rebelión); y dos hijas: Apama, casada con Magas, rey de Cirene; y Estratónice de Macedonia. Antíoco dio su nombre a la ciudad de Estratonicea en Caria.
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Stratonice is a one-act opéra comique by Étienne Méhul to a libretto by François-Benoît Hoffman, first performed at the Théâtre Favart, Paris, on 3 May 1792. The plot is taken from De Dea Syria ("On the Syrian Goddess", attributed to Lucian) concerning an incident from the history of the Seleucid dynasty which ruled much of the Middle East during the Hellenistic era of the ancient world.
Performance history
Stratonice was a popular opera, receiving over 200 performances during Méhul's lifetime. On 6 June 1792 a parody, Nice, by Jean-Baptiste Desprez and Alexandre de Ségur, appeared at the Théâtre du Vaudeville. In 1821 Méhul's nephew Joseph Daussoigne-Méhul wrote new recitatives for the opera's revival in Paris at the Académie Royale de Musique.
Role Voice type Premiere Cast, 3 May 1792
Stratonice, a princess soprano Louise-Rosalie Lefebvre (known as Mme Dugazon)
Antiochus, Prince of Syria haute-contre Louis Michu
Séleucus, King of Syria taille (baritenor) Philippe Cauvy (known as "Philippe")
Erasistrate (Erasistratus), a doctor baritone Jean-Pierre Solié
Synopsis
Antiochus, the son of King Seleucus, is pining away yet he would rather die than name the cause of his disease to his father. The doctor, Erasistratus, suspects love is behind Antiochus's suffering.
He notices that the prince's pulse rate increases when he sees Stratonice, a young woman intended as his father's bride, and further tests confirm his diagnosis. The doctor subtly reveals the truth to the king who is content to relinquish Stratonice to Antiochus to save his son's life and happiness.
The work
Libretto
Hoffman designated Stratonice as a comédie héroïque, meaning a drama with a happy ending (contemporary French critics generally avoided the term "tragicomedy" as this suggested a work mixing tragic and comic elements). The choice of a Classical subject was unusual for an opéra comique of the time and set the fashion for similar works, including Méhul's own Épicure and Bion. The story of Stratonice had appeared several times on the French stage in the 17th and 18th centuries. Hoffman was particularly influenced by Thomas Corneille's play Antiochus (1666). French opera composers had also treated the subject: it forms the plot of the second entrée in Rameau's Les fêtes de Polymnie (1745).
Music
Méhul's friend and rival composer Cherubini deeply admired Stratonice: "Of all the works by Méhul, this is the best from beginning to end...Stratonice lacks nothing; it is a work of genius, Méhul's masterpiece."
Hoffman's choice of Classical subject was unusual for the Opéra-Comique and Méhul's music was similarly innovative, more influenced by the serious tradition of tragédie lyrique than the lighter opéra comiques of Grétry which had been fashionable up to that point. Méhul studied Gluck and Salieri for their approach to musical drama, as well as Haydn's orchestration and the melodies of Sacchini and Piccinni, Italian composers who had written tragic operas for the French stage in the 1770s and 1780s. But he blended these influences with his own individual style to produce an original work.
Contemporary critics praised the more melodic style of Stratonice compared to Méhul's earlier operas, Euphrosine and Cora. The most striking part of the work is the ensemble Parlez, parlez, achevez de m'apprendre (Numbers 5, 6 and 7), which builds from a duet to a trio and finally to a quartet of the four main characters. According to the critic Elizabeth Bartlet, this quartet made a great impression on the artist Ingres, a music lover who owned a copy of the score, and later painted a work entitled Antiochus and Stratonice, depicting this very moment.
Recordings
Stratonice: Patricia Petibon (Stratonice), Yann Beuron (Antiochus), Étienne Lescroart (Séleucus), Karl Daymond (Erasistrate); Cappella Coloniensis, Corona Coloniensis, conducted by William Christie (Erato, 1996; Catalogue number 0630-12714-2)
Viena. Hoy 17 de Octubre de 1874 se inaugura el cementerio central de Viena, el lugar de reposo eterno de varios de los grandes genios de la música.
El cementerio central de Viena (Zentralfriedhof), inaugurado en 1874 y el más extenso de la capital austriaca, se encuentra en la zona sur de la ciudad, barrio de Simmering, calle Simmeringer Hauptstraße,
El cementerio tiene una superficie de unos 2,5 km², con 3,3 millones de personas enterradas, y es el tercero más grande de Europa tras el de la Almudena de Madrid y el de Hamburgo . Tiene un cierto atractivo turístico por la cantidad de personajes ilustres sepultados en él, especialmente músicos.
Así, el 22 de junio de 1888, los restos de Ludwig van Beethoven y de Franz Schubert fueron trasladados a la sección de los músicos, donde también se encuentran los restos de Antonio Salieri, Johannes Brahms y los Strauss, así como el monumento a Mozart, cuya tumba no se encuentra allí sino en el cementerio de San Marx.
Además de la sección católica, hay también una protestante, otra ortodoxa, y dos cementerios judíos. Aunque el más antiguo de estos, creado en 1863, fue destruido por los nazis durante la Kristallnacht, aún se conservan 60.000 tumbas. El segundo cementerio judío se construyó en 1917 y aún se utiliza.
La iglesia situada en el centro del cementerio se denomina Karl-Borromäus-Kirche.
Personajes famosos enterrados en el Cementerio Central de Viena:
Ludwig van Beethoven, (1770-1827) compositor
Johannes Brahms, (1833-1897) compositor
Christoph Willibald Gluck, (1714-1787), compositor
Joseph Lanner, (1801-1843), compositor
Wolfgang Amadeus Mozart, (1756-1791), compositor (propiamente dicho, un cenotafio).
Arnold Schönberg, (1874-1951), compositor
Franz Schubert, (1797-1828), compositor
Eduard Strauß, (1835-1916), compositor
Johann Strauss (padre), (1804-1849), compositor
Johann Strauss (hijo), (1825-1899), compositor
Josef Strauß, (1827-1870), compositor
Franz von Suppé, (1819-1895), compositor
Franz Werfel, (1890-1945), poeta
Antonio Salieri, (1750-1825), compositor
Hugo Wolf, (1860-1903), compositor
Carl Czerny, (1791-1857), compositor.
Furtwangler. Hoy 17 de Octubre de 1944 dirige la Octava de Bruckner en Viena con la Filarmónica de Viena seis meses antes del final de la Guerra Mundial. Uno de los mejores discos de la historia de la música.
Alemania (y Austria que forma parte de Alemania) tiene perdida la guerra. Furtwangler nos ofrece un Bruckner de referencia lleno de pasión. Un disco imprescindible en cualquier colección.
Furtwangler fue siempre un enamorado de la música de Bruckner en especial de la Sinfonías 7, 8 y 9.
Lenclos. Ninon de Lenclos, la escritora francesa de múltiples amantes. Hoy 17 de octubre de 1705 fallece Ninon de Lenclos.
Anne "Ninón" de l'Enclos también escrito como Ninón de Lenclós y Ninón de Lanclós (París, 10 de noviembre de 1615 - ibidem, 17 de octubre de 1705) fue una escritora francesa, cortesana y mecenas de las artes. En el momento de su muerte, en 1705, el duque de Saint-Simón resumió primorosamente su carrera: "Un claro ejemplo el triunfo del vicio, cuando se dirige con inteligencia y se redime con un poco de virtud."
Ninón de Lenclós nació en París en 1615. Su padre fue un gentilhombre del duque de Turena, con fama de carácter disoluto.
De su madre, se decía que pasaba el tiempo entregada al rezo, la devoción y los libros religiosos, cuya lectura recomendaba a la pequeña Ninón. Ésta, sin embargo, empezó muy pronto con otro tipo de lecturas, los clásicos latinos, novelas de amor cortés, poesía. Todavía adolescente, Ninón no sólo había leído gran parte de la literatura clásica y de su época, sino también filosofía, especialmente a Montaigne, hablaba español e italiano y empezaba a hacerse muy popular entre la sociedad parisiense por la agudeza, el ingenio y hasta la erudición que demostraba en sus conversaciones.
Huérfana de madre a los dieciséis años, su padre muere un año después. La joven Ninón hereda un pequeño capital que le permite asegurarse una renta y adquirir una casa en la calle Turnelles, en el Marais, que pronto se convertirá en uno de los “salones” más prestigiosos de París, por el que pasarán los principales nombres de la política, la literatura y el arte francés.
Naturalmente, también desfilaría por aquella casa el sinnúmero de amantes que le atribuyeron durante su larga vida –el último, el abate Gédoyn, cuando ya tenía ochenta años–; algunos de ellos, como Coligny, Gourville o el príncipe de Condé, personajes destacados de la historia de Francia. Se dice que el mismo Richelieu la pretendió, rechazándole Ninón al sentir auténtica aversión hacia el cardenal.
Y es que para Ninón, tal y como lo repite en sus escritos, muy por encima del amor sensual, la pasión o el prestigio derivado de una relación con un personaje importante, se encontraba la amistad.
Entre sus grandes amigos de fama, Scarron, Saint-Évremond o Moliere, que acudía a las reuniones de la coqueta para consultarle pasajes de sus obras. Pero también grandes amigas, en cuya relación, en algunas ocasiones, se ha dejado deslizar una cierta ambigüedad, como la reina Cristina de Suecia o la señora de Scarron, futura Mme. de Maintenon, con la que compartió intimidades y amantes.
Sólo la señora de Sévigné, entre sus conocidos, se declaró enemiga suya, y así lo deja claro en su famosa correspondencia, lo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que Ninón fue primero amante de su marido y después de su hijo, cuando ya la coqueta contaba más de cincuenta años.
Aunque los retratos que nos han quedado de Anne de Lenclós no nos revelan una gran belleza, los que la conocieron y escribieron sobre ella –como Voltaire– coinciden en el irresistible atractivo de esta mujer, no sólo físico, sino sobre todo intelectual.
Conversadora incansable, ocurrente, afable en el trato, gran amiga de sus amigos… E instruida, aficionada al teatro, a la literatura, al arte y a la música. Cuando Ninón murió, en 1705, su vida, sus amores y sus pensamientos se convirtieron en algo parecido a una leyenda, y también un lugar común que circulaba por la corte francesa e, inevitablemente, era objeto de exageración.
Ninón de Lenclós no fue la coqueta usual, la cortesana típica de la, a un tiempo, hipócrita y libertina sociedad francesa prerrevolucionaria, capaz de dar al mundo un Bossuet y un Voltaire. Más allá de su nutrida nómina de amantes, de los dichos y máximas galantes que se le atribuyen, de las innumerables anécdotas que se dice salpican su vida –algunas imposibles, como la del hijo que tuvo con el marqués de Gersai, al que nunca se le contó su procedencia y que, cuando era un joven caballero, se enamoró de Ninón, suicidándose en el jardín de la casa de su madre cuando ésta le reveló la verdad–; más allá de todo esto, puede adivinarse en la escasa obra de Ninón una mentalidad poco común en la época.
Una mentalidad que, con rasgos del pensamiento epicúreo, más que con el libertinaje tiene que ver con una liberación moral de tintes más modernos, y en la que destaca su preocupación por la condición de las mujeres, criticando por igual a aquellas cuyos únicos afanes eran la belleza y el coqueteo, careciendo de cualquier inquietud intelectual (“un anzuelo sin cebo“, según decía), y a las que tenían como único objetivo la fidelidad conyugal y eran esclavas de una moral rígida, a las que denominaba las “jansenistas del amor“, y cuyas representantes más influyentes, siendo Ninón aún joven, insistieron tanto ante la Regente, Ana de Austria, que consiguieron que ésta ordenara su reclusión en un convento, si bien es cierto que por poco tiempo.
La obra de Anne de Lenclós es escasa: las cartas que dirigió a Saint-Évremond, que se conservan en la correspondencia de éste, y La coquette vengée (1659), obrita salpicada de anécdotas galantes. Con todo, la obra más famosa que se le atribuye y en la que mejor se expresa su pensamiento es la titulada Lettres de Ninon de L’Enclos au marquis de Sévigné (hay traducción al castellano: Cartas al marqués de Sévigné, Madrid, editorial Siete Mares, 2005), que aparecieron por primera vez en el año 1750, en Ámsterdam, recopiladas, según se dice en la portada, por un tal Damours. Es improbable que la obra proceda de la propia Ninón ni que sean verdaderas misivas, sino que más bien parecen redactadas y estructuradas por una tercera persona, ya a principios o mediados del siglo XVIII, basándose en auténticas cartas de la cortesana (a Saint-Évremond y otros), en otras obras de Ninón e, incluso, en sus anécdotas y dichos.
En sus obras, Anne de Lenclós reflexionó sobre la mujer en la sociedad de la época, una mujer por la que sentía compasión, pues, o bien estaba entregada a la frivolidad, bien era víctima de la tiraría del marido. Quizá por eso Ninón dio el máximo valor a la amistad y no se casó nunca, y, como auténtica epicúrea, dispuesta a disfrutar de la vida lo más posible y habiendo reflexionado sobre la condición de ambos sexos, llegó a decir que ella había decidido “hacerse hombre”, es decir, comportarse moralmente como la parte que menos tenía que perder y con más libertad podía actuar.
Avito. Uno de los últimos emperadores romanos. De origen francés dirigió el Imperio bajo protección de los godos en 455 y 456. Hoy 17 de octubre de 456 fallece Avito
Eparquio Avito ( 385 - 17 de octubre de 456 fue un emperador romano de Occidente con la designación y el nombre de Dominus Noster Eparchius Avitus Augustus (8 o 9 de julio de 455 - 17 de octubre de 456).
De orígenes galorromanos y de familia con antecedentes en el Senado, fue magister militum con el emperador Petronio Máximo.
Fue enviado a una misión diplomática ante el rey visigodo Teodorico II. Estando en su corte de Tolosa, Genserico saqueó Roma y Petronio Máximo fue asesinado. Teodorico vio la oportunidad y persuadió a Avito para que asumiera el trono imperial, siendo aclamado por una asamblea de senadores galo-romanos. Recibió la aprobación del emperador romano de Oriente Marciano y el 9 de julio del 455 fue proclamado emperador por los soldados y entró en Roma.
La población italiana nunca aceptó completamente su proclamación. En el 456 inició una campaña en la que reconquistó Panonia y consiguió una meritoria victoria naval contra los vándalos en colaboración con el magister militum Ricimero que era fiel al rey Teodorico II. Sin embargo no logró acabar con el poderío naval de los vándalos que sometieron a Roma a un bloqueo naval, lo que hizo tambalear su posición. El hambre en Roma lo forzó a disolver su guardia personal de mercenarios godos. Pero tenían que ser pagados, con lo que su popularidad cayó cuando destrozó varias estatuas de bronce para pagarles sus salarios. Ricimero y Mayoriano emplearon este descontento para iniciar una revuelta popular.
Avito huyó a Arlés. Sus súplicas de ayuda no llegaron a Teodorico, que se encontraba en Hispania en una campaña contra los suevos. Avito dirigió el mejor ejército que pudo reunir y marchó sobre Italia. Lo derrotaron cerca de Piacenza y fue capturado. Su vida fue perdonada, obligándolo a tomar los hábitos, convirtiéndose en obispo de Piacenza. Temiendo por su vida, intentó escapar a la Galia. Según Gregorio de Tours, murió allí. Otras fuentes sostienen que fue asesinado, estrangulado por el propio Ricimero o atrapado en su casa y matado de hambre.
Una importante fuente sobre el reinado de Avito es el panegírico compuesto por su yerno, Sidonio Apolinar. Su nieto fue el poeta Avito de Vienne.
El compositor Gesualdo asesina a su esposa. Su música fue muy admirada por Berg, Schoenberg y Stravinsky. Hoy 16 de octubre de 1590 Gesualdo apuñala hasta la muerte a su esposa Maria de Avalos de 24 años de edad, a su amante y a su hijo.
16 de octubre de 1590, Nápoles. María de Avalos, hija del Duque de Pescara, se encontraba teniendo relaciones sexuales con su amante Fabrizio Carafa, creyendo, como en otras ocasiones, que su marido, Carlo Gesualdo, Principe de Venosa, se encontraba de viaje. La hermosa María, además de su esposa fruto de un matrimonio de conveniencia, era su prima.
Pero Carlo Gesualdo no se había marchado; conocía la traición de su mujer y lo tenía todo preparado para restituir su honor —la relación furtiva entre Maria y Fabrizio era un secreto a voces en la ciudad—. En pleno acto sexual, a las órdenes de Carlo, sus sirvientes atacaron a la pareja furtiva con cuchillos y espadas. A ellos les fue encargada la parte más sucia y arriesgada del plan. A continuación Gesualdo, con su daga, terminó la matanza con un ensañamiento que conmocionó a la opinión pública durante días.
Tras las repetidas cuchilladas y mutilaciones arrastró los cuerpos inertes a las puertas de palacio, para que todos los vieran. No fue un crimen compulsivo; llevaba días planeándolo. Su estatus y el derecho de aquella época le hizo salir indemne de aquel crimen; aún así, tuvo que trasladarse fuera de la ciudad para protegerse de la ira de los familiares de la pareja de amantes.
Al poco tiempo, la noticia de la muerte de su primer hijo de corta edad corrió como la polvora. Los historiadores consideran bastante probable que fuera asesinado por Gesualdo, dadas las sospechas que él tenia de que fuera realmente hijo de Fabrizio. Algunos especularon contando que sufrió una asfixia premeditadamente lenta, colgado de una soga, que duró dos largos días.
Parece ser que nunca mostró arrepentimiento por estos hechos, sino más bien todo lo contrario, ya que 20 años más tarde encargaba un cuadro para conmemorar la canonización de su tio Carlos Borromeo, en el que aparecerían representados por orden suya, entre otros, María y Fabrizio abrasandose en el fuego eterno del infierno.
Volvió a casarse, esta vez con Eleonara d'Este, con quien tendría otro hijo que también fallecería a los pocos años —desquiciando aún más si cabe a nuestro hombre—. Su matrimonio fracasó por, irónicamente, las repetidas infidelidades de Gesualdo y sus grotescas prácticas sexuales y sádicas. Eleonora, por razones obvias, intentó separarse de él en repetidas ocasiones sin éxito.
Por fortuna para Eleonora, Gesualdo moriría pronto, a los 47 años. Perdido en su propia oscuridad, entre tormentos y flagelaciones, fue encontrado desnudo y ensagrentado sin que quedara clara la causa de su muerte.
El compositor
Su música no triunfó en su día. Pero Gesualdo es hoy considerado por muchos historiadores que un compositor adelantado a su época. Sus giros armónicos, su utilización del cromatismo y la modulación entre tonalidades lejanas no volverían a encontrarse en una partitura hasta bien entrado el siglo XIX, en genios como Richard Wagner.
Su obra fue rescatada del olvido en el siglo XX por Igor Stravinsky, quien llegó a adaptar a orquesta algunos de sus madrigales —el generó que más cultivó Gesualdo—. A partir de ahí la mayoría de sus trabajos fueron publicados y su controvertida música fue y sigue siendo elogiada por muchos. Stravinsky visitó en peregrinaje dos veces el castillo donde vivió Gesualdo.
Berg y Schoenberg fueron también grandes admiradores de su obra.
Gesualdo era un noble adinerado que componía por placer, sin la necesidad de publicar ni de ganar dinero con sus obras. Esta libertad y desinhibición, unida a su temperamento extremo, quizá fueran la llave que le abrió, de par en par, la puerta para profundizar en senderos en los que, hasta ese momento, ningún compositor había pisado (y si lo hicieron, dieron marcha atrás).
En el contexto de la época, su música sonaba extravagente y era muy difícil de interpretar por los vocalistas. Una extravagancia que logra mantener coherente gracias a un hábil uso y conocimiento de la técnica.
La estructura y forma de las piezas es llamativa por su libertad, dejándose fluir y fragmentar sin obstáculos. El orden sólo lo impone el texto y en él trata de plasmar, con todo el exceso que su lenguaje musical le permite, sus tormentos. Estos textos seleccionados, de poetas como Torquato Tasso, tendrán, como no podía ser de otra manera, una temática recurrente sobre el dolor y la muerte. Es precisamente cuando aparecen esos motivos en el texto cuando más creativa y atrevida se muestra la música.
Hablamos de una época de enorme experimentación, muy cercana ya a la era tonal. Resultaba común que los compositores intentarán ir más allá, apurando hasta el límite —dentro de los cánones de la época— elementos como la disonancia. Gesualdo exprimió esa disonancia y fue mucho más allá en los juegos cromáticos y las modulaciones, transgrediendo en su música a la par que lo hacía en su vida. Premeditadamente o por impulso, no lo sabemos. Un camino que no agradó y que nadie continuó después de él. Un camino al que se comenzó a llegar aproximadamente dos siglos más tarde, pero desde un sendero diferente y mediante una evolución mucho más previsible.
Gesualdo fue probablemente el compositor más oscuro y maldito de la historia de la música escrita. Su vida fue un infierno de tormentos tanto para los que le rodearon como para sí mismo. Su pluma, sobre el pentagrama, pisaría terrenos que tardarían aproximadamente 200 años en volver a ser transitados. Murió hace unos 400 años, pero una parte de su alma, plasmada en partituras, sobrevive deleitando a aquellos que la escuchan. En su música unos encuentran placer y belleza, algunos inspiración...
Para otros, muchos de los pasajes continúan siendo inquietantes y siniestros.
En la imagen María de Avalos en una película documental del famoso cineasta Werner Herzog sobre Gesualdo titulada "Gesualdo death in five voices".
Felipe II. María Manuela de Portugal, la primera esposa de Felipe II. Era hija de la hermana de Carlos I, el padre de Felipe II. Hoy 15 de octubre de 1527 nace María Manuela de Portugal.
María Manuela de Portugal (Coímbra, Portugal; 15 de octubre de 1527 - Valladolid, España; 12 de julio de 1545), princesa consorte de Asturias e infanta de Portugal, por su matrimonio con el entonces príncipe Felipe II, hija de la archiduquesa Catalina de Austria -infanta de España y hermana de Carlos I de España y V de Alemania- y de Juan III el Piadoso.
Biografía. Primeros Años
Nacida en la ciudad de Coimbra, María Manuela fue la segunda (pero primogénita superviviente) de los nueve hijos nacidos del matrimonio entre Juan III de Portugal y Catalina de Austria; de sus ocho hermanos menores, solamente sobrevivió Juan Manuel, nacido en 1537.
Su educación estuvo largamente influenciada por la profunda religiosidad y devoción a los sacramentos de su madre, unido a las altas expectativas que se tenían en el hecho de que como única hija de los reyes portugueses tuviese un buen matrimonio y fuera digna de las más altas consideraciones. Fue precisamente por este motivo por el que la reina Catalina convenció a su marido, Juan III, para que aceptara la candidatura del heredero de Carlos V, el futuro Felipe II, a la mano de la infanta.
Viaje a España
Fue la primera esposa del príncipe de Asturias, heredero de la corona española, que reinó más tarde con el nombre de Felipe II, quien era su primo. Aquellas bodas, se contaron entre "las más notables que se han hecho entre príncipes en España, por el lujo, ostentación y aparato que se empleó desde los primeros preparativos, y por el pomposo ceremonial con que se celebraron" como dice un historiador.
Los escritores de aquel tiempo han dejado minuciosas descripciones del viaje que hizo de Madrid a Badajoz a recibir a la princesa el maestro del príncipe, Juan Martínez Silíceo, obispo ya de Cartagena, y de la grandeza con que el duque de Medina Sidonia, Juan Alonso de Guzmán, arregló su casa para hospedar a la ilustre novia.
El obispo, en su pausado viaje, gastaba, dicen, 700 raciones cada día; su comitiva era brillante; llevaba multitud de acémilas y reposteros, pajes, escuderos y criados, todos con ricas y lujosas libreas de seda y terciopelo, con franjas de oro, sombreros con plumas y otros adornos, con los cuales competían los paramentos de los caballos, y en las comidas no faltaba, así en viandas como en vinos, ningún género de regalo. El duque, por su parte, gastaba, dicen, 600 ducados cada día en la mesa, y para el recibimiento del obispo en Badajoz llevaba 200 acémilas, todas con reposteros de terciopelo azul y las armas bordadas de oro.
Unos y otros llevaban músicos en su comitiva, y en la del duque iban además ocho indios con unos escudos de plata redondos y grandes, en cada uno de los cuales había un águila que sostenía las armas del duque y de la duquesa. Y para colmo del lujo y del capricho hacían parte del cortejo tres juglares, llamados Cordobilla, Calabaza y Hernando, ridículamente vestidos, y un enano con sus puntas de decidor y discreto. Así la casa del duque como la que se destinó para alojamiento del obispo competían en el lujo del menaje, en tapicerías, colgaduras, doseles y vajillas de oro y plata. Poco faltó para que la proyectada boda ocasionara un rompimiento entre España y Portugal por cuestiones de etiqueta y de preferencia. Tanto se disputó, que por no estar arreglado el ceremonial no pudo entrar en España la infanta en el día anunciado, y aún llegó a temerse que se deshiciera la boda.
Se arreglaron por fin las diferencias. Corría el mes de octubre cuando la comisión de caballeros castellanos recibió a la infanta en la raya divisoria en el puente del río Caya. Se debían celebrar los esponsales en Salamanca, y en el largo tránsito de Badajoz a aquella ciudad se invirtió cerca de un mes, porque todo eran festejos, fiestas, torneos, vistosos simulacros de infantes y jinetes, esforzándose a competencia y relativamente las grandes y pequeñas poblaciones en obsequiar a la futura princesa de Asturias. El príncipe, en tanto, como cualquier enamorado a quien no es permitido el ver a su amada, seguía a ésta desde la raya hasta Badajoz. Cuando llegaba la real comitiva a una población en la que iba a descansar, el príncipe, siempre de incógnito, se adelantaba, y desde una ventana algunas veces, y casi siempre embozado hasta los ojos, desde una esquina, mezclado con la muchedumbre que ocupaba las calles, se complacía en observar a su futura esposa.
Boda en Salamanca
Llegó esta por fin a Salamanca, en cuyo límite la esperaban el corregidor con el ayuntamiento, el cabildo, la Universidad y otras corporaciones, que la acompañaron en la ostentosa y magnífica entrada. El príncipe se adelantó también como en otras poblaciones, y perfectamente disfrazado se asomó a un balcón de la casa del doctor Olivares para ver una vez más a la infanta. Ésta lo supo, y al pasar por delante del precitado balcón, con cierta decorosa coquetería se cubrió el rostro con el abanico de ricas plumas que llevaba en la mano. Como los bufones tenían para todo libertad, el del conde de Benavente, llamado Periquito de Santervés, que era muy célebre entre los de su clase y acompañaba a la infanta para distraerla con sus gracias, comprendiendo lo que pasaba, apartó el abanico y descubrió plenamente el rostro de la infanta, acompañando la atrevida acción con muy oportunas palabras.
Por la tarde salió el príncipe, de incógnito siempre, fuera de la ciudad, y al siguiente entró públicamente en aquélla por la puerta de Zamora, acompañado del cardenal de Toledo, del duque de Alba y de otros varios magnates y caballeros. El día 14 de noviembre de 1543 se celebraron los esponsales, por la noche, dando a los esposos la bendición nupcial el arzobispo de Toledo. A las cuatro de la mañana se celebró la misa de velaciones, y todo el día y varios de los siguientes se invirtieron en fiestas y torneos. Después de visitar los establecimientos públicos, los príncipes se dirigieron a Tordesillas a besar la mano a la abuela de ambos, la reina Juana I de Castilla.
La melancólica reina se mostró muy complacida de ver y abrazar a sus nietos, y dice la historia que los hizo danzar en su presencia. En Simancas alfombraron de muy rico paño las calles y festejaron con el mayor entusiasmo a los príncipes, los cuales pasaron de esta ciudad a la de Valladolid, que también se mostró espléndida, digna y magnífica en recibir a los esposos. En aquella ciudad dio María a luz su único hijo, el infante Carlos (8 de julio de 1545) y pocos días después, murió, sin llegar a ser reina de España. Fue enterrada en el Panteón de los Infantes de la Cripta Real del Monasterio de El Escorial.
Odoacro el jefe de la tribu germánica de los hérulos que destituyó al último emperador romano de Occidente, Rómulo Augústulo, en 476. Hoy 15 de octubre de 433 nace Odoaacro.
Odoacro (en latín: Odoace o Odoacar; 433-493), también conocido como Odovacar, posiblemente derivado del germano Audawakrs («que busca la riqueza»). Fue el jefe de la tribu germánica de los hérulos, de origen huno y esciro. En la historia destaca por ser quien destituyó al último emperador romano de Occidente, Rómulo Augústulo, en 476, quien fue deportado al Castellum Lucullanum en la bahía de Nápoles.
Tras derrocar a Rómulo Augústulo y enviar las insignias imperiales a Constantinopla, reconociendo la soberanía del emperador de Constantinopla sobre Occidente se le presentó la oportunidad de nombrar un nuevo emperador titular y gobernar a través de él, o gobernar como agente del emperador romano de Oriente. A diferencia de muchos de sus predecesores, como Ricimero, se decidió por la segunda opción, devolviendo las insignias imperiales de Occidente al emperador Zenón en Constantinopla, junto con una carta en la que pedía ser confirmado dux de Italia. Zenón accedió a esta petición y le confirió el rango de patricio.
Hasta su muerte en 480, el emperador legítimo de Occidente Julio Nepote siguió siendo teóricamente el superior de Odoacro, mientras que éste llegó incluso a emitir moneda en su nombre. Sin embargo, Odoacro también se tituló rex Italiae (Rey de Italia) y como tal fue reconocido durante el resto de su vida.
No obstante, las relaciones entre Odoacro y la Roma oriental empeorarían posteriormente, y en 489, con el apoyo del emperador Zenón, los ostrogodos, al mando deTeodorico el Grande, invadieron el reino de Odoacro, destruyeron su ejército de bárbaros foederati (y las escasas tropas romanas que aún existían), forzándole a rendirse en 493. Teodorico le invitó a un banquete, y se cree que lo asesinó con su propia espada, haciéndose con todo su reino.
Nietzsche y la mentira. Hoy 15 de octubre de 1844 nace Nietzsche
Sobre verdad y mentira en sentido extramoral (Über Wahrheit und Lüge im aussermoralischen Sinne en alemán) es un libro que forma parte de la obra filosófica de Friedrich Wilhelm Nietzsche que data del 1873. Nietzsche es considerado uno de los tres «maestros de la sospecha» (según la conocida expresión de Paul Ricoeur), junto a Karl Marx y Sigmund Freud.
Contenido
El texto ofrece una crítica muy dura al antropomorfismo y a la tendencia humana a ocultar lo singular bajo lo abstracto, lo universal. Las tradiciones religiosas y el platonismo, que no aparecen mencionadas en el texto pero sí en el resto de la obra de Nietzsche, son paradigmáticas de esta tendencia.
Del interés por la verdad que tienen los humanos
La primera parte es la que plantea la situación y va preparando el terreno para las explicaciones y las justificaciones de la crítica que se verán en la segunda parte. En esta primera parte, se habla del hombre como un ser ofuscado, débil y desorientado en la naturaleza. La naturaleza es cambiante e irregular, y en cambio, el hombre desea verlo todo estructurado para su propia salud mental. Ante esta ofuscación, utiliza el intelecto, que según Nietzsche éste no es más que el arte del hombre de fingir. El hombre es un ser empujado a vivir en sociedad por interés, por necesidad. Este vivir en sociedad le obliga a crear un tratado de paz entre todos los hombres para evitar conflictos entre ellos.
Este tratado de paz no es más que inventar una designación válida y obligatoria de las cosas para constatar que algo es verdad entre todos los hombres. En este momento es cuando nacen las palabras verdad y mentira. Cuando el hombre ha creado arbitrariamente lo que es verdad, automáticamente rechaza del nido de su sociedad a aquellos individuos que utilicen estas designaciones acordadas como verdaderas para hacer parecer lo irreal como real. De esta manera, la sociedad ya no confiará más en él. Sin embargo, el hombre desea la verdad y la naturaleza, en cierto modo, se la oculta, debido a la distancia entre los conceptos y lo real. Ese impulso de conocer la verdad viene por las consecuencias agradables de la verdad y, por tanto, el rechazo al embuste viene por las malas consecuencias de éste. Esto nos demuestra que al hombre no le importa lo más mínimo la verdad, le es indiferente.
Crítica al cientificismo
En la segunda parte del texto, Nietzsche ataca al cientificismo afirmando que la ciencia pretende hacer regular el mundo para dar seguridad al hombre, creando más conceptos. De esta forma, Nietzsche habla de dos tipos de hombres. El hombre racional y el hombre intuitivo. Ambos quieren dominar la vida, pero el primero lo quiere hacer mediante la previsión, prudencia , regularidad y el segundo sólo toma como real la vida disfrazada de belleza, es decir, que toma como verdad aquello que le interesa, porque eso le hace feliz.
Para Nietzsche, el primer hombre es el representante de esta actitud cientificista que cree que todo es regular y previsible. De esta manera, este hombre sólo conjura desgracias, puesto que la vida es un continuo golpe tras otro y de esa forma este hombre nunca alcanzará la felicidad. El segundo hombre, es más irracional, tanto en el sufrimiento como en la felicidad. Teniendo en cuenta que sólo por el hecho de ser hombres, usarán el intelecto, ese gran arte de fingir, porque el hombre es un ser que busca lo regular en lo irregular, el segundo sale mejor parado que el primero, porque este tiene momentos felices mientras que el otro se pasa su vida intentando prever lo que pasará. Esto no puede ser, puesto que el universo no es previsible, no es regular, ahí está la crítica al cientificismo.
Por todo ello, si el hombre no puede alcanzar la verdad porque su humanidad hace que posean intelecto y que, con él, cree esos arbitrarios conceptos que denomina verdad, lo más importante será ser feliz, puesto que no puede librarse de esos conceptos y, por tanto, el cientificismo sólo empeora las cosas al hacer creer al hombre que pueden alcanzar la verdad.
Valoración
Las opiniones de Nietzsche respecto a la creación de conceptos que hacen que se pierdan los detalles y la auténtica esencia de las cosas es una parte muy interesante del tema. Es muy cierto que cuando decimos «mesa», hay un concepto detrás, es decir, algo de cuatro patas, sólido, etc. Sin embargo, como afirma Nietzsche, las verdades que captamos de la realidad son sólo las que nosotros aportamos, las sumas de nuestras experiencias.
Esto indica que cuando una persona dice «mesa», piensa en una imagen distinta de cuando otra persona también dice «mesa». Uno piensa, por ejemplo, en una mesa redonda y otro en una cuadrada. Esto demuestra que, como afirma Nietzsche, el lenguaje es algo arbitrario y es tan sólo un puñado de conceptos que no se corresponden con lo que son en sí las cosas.
Por otro lado, también es importante destacar la afirmación de que para el hombre la verdad es indiferente, y lo único que le mueve es su propio bienestar, es decir, alcanzar la felicidad. Esta búsqueda de la verdad en la actualidad muchas veces se ve cuestionada ya que la respuesta no es la que se deseaba obtener de la pregunta enunciada, porque no nos hace felices. El fin que siempre mueve al hombre, ya sea por dinero, poder, autoridad, bienestar espiritual o cualquier otra razón siempre es la felicidad.
También cabe destacar el manifiesto que hace Nietzsche de que la naturaleza, el mundo, no es algo definido y regular, regido por leyes matemáticas y físicas como opina el cientifismo, sino que el universo en su totalidad es un ente abstracto e irregular, pues la vida misma es irregular, es cambio. El hombre tiene miedo al cambio, porque el cambio provoca una situación distinta a la anterior y, por tanto, desconocida. Para Nietzsche el miedo del hombre es, en efecto, lo desconocido. Estas teorías serán utilizadas para elaborar el término del Übermensch (superhombre o suprahombre), es decir, aquel hombre que acepta el cambio. La vida es pasión, es cambio, es una continua situación distinta tras otra que no se puede prever porque el universo y la vida están llenas de contradicciones, de cambios.
Picasso. Jacqueline, el verdadero gran amor de la vida de Picasso. Hoy 15 de octubre de 1986 fallece Jacqueline.
Jacqueline Roque nace el 24 de febrero de 1926 en París. Cuando cumple dos años, su padre les abandona, obligando a su madre a trabajar largas horas de portera, en un lujoso edificio cerca de los campos elíseos. Una figura influyente en su vida fue su tío el abad Bardet, quien le inculcó valores como la humildad y la modestia.
A los 18 años su madre sufrió un derrame cerebral y murió. Dos años después Jacqueline contrajo matrimonio con André Hutin, un importante ingeniero, con quien tuvo a su primera hija, Catherine Hutin-Blay. La joven familia vivió durante una temporada en África, actual Burkina Faso, por motivos de trabajo de André. Cuatro años más tarde, Jacqueline decide regresar con su hija a Francia y divorciarse, sospechando que su marido le era infiel. Se trasladan a la Riviera francesa y empieza a trabajar en la tienda de su prima, La alfarería Madoura, en Vallauris. En 1953, a los 27 años conoció a Picasso. Sus exóticos rasgos le recordaron a la joven que aparece con un narguile en ‘’Las mujeres de Argel’’ de Delacroix.
Desde el comienzo de su relación, Picasso pintó en numerosas ocasiones a Jacqueline. Era la única persona cuya presencia toleraba mientras pintaba en el taller. Pasaban la mayor parte del tiempo en casa. Estaban tan unidos que rara vez uno salía de casa sin el otro.
Durante los últimos años de vida del pintor, Jacqueline comenzó a beber de forma excesiva. Se veía muy afectada por la agonía de su marido, y la complicada relación de ambos con los hijos y nietos de Picasso.
En abril de 1973 Picasso fallece. Jacqueline cae en una profunda depresión que no consigue superar. En la madrugada del 15 de octubre de 1986, se suicida disparándose en la sien.
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Picasso y Jacqueline Roque
Por Fernando Arrabal
Pocas veces he visto en mi vida un ser tan serena y dichosamente enamorado como Jacqueline Picasso. La media docena de mujeres que cohabitaron con el pintor antes que ella han contado probadas barbaridades sobre Picasso. Françoise Giroud, aún en vida, no cesa de enumerar las estaciones de su mala vida con el genial malagueño. Lo que al parecer nadie pone en duda es que estas desilusionadas mujeres convivieron con un hombre pujante, membrudo y dispuesto a descargar a cada triquitraque. Una de ellas ha afirmado que nuestro genio "sufría de priapismo". A pesar de todo esto y como para ridiculizar al juez antiminifaldero o al tenorio de pro, estas mujeres terminaron por aborrecer al enhiesto creador.
Picasso sufrió una operación mal hecha que le dejó impotente. Jacqueline vivió los últimos años, por tanto, junto a un hombre clínicamente castrado. Gracias a este regalo de la cirugía, del que no gozaron sus predecesoras, pudo amarle entrañablemente. Picasso conoció la gran pasión con una mujer a la que llevaba un buen montón de años. Al fin, tras aquella pifia del cirujano, Picasso se convirtió en el seductor que siempre había soñado ser.
Los malpensados y los malnacidos imaginaban que Jacqueline representaba el papel de esposa enamorada por interés. ¡Qué mal conocían el celo y el altruismo de su sentimiento! A la muerte de Picasso, Jacqueline se convirtió en una de las mujeres más ricas de la tierra y al mismo tiempo en uno de los seres más prestigiosos y adulados. Podía hacer, con toda libertad, de su cuerpo y de su alma lo que le viniera en gana... Pero sin él la vida no tenía sentido alguno. Por ello cortó de cuajo, suicidándose, su inútil, ya, estancia en la tierra.
A Jacqueline no le había importado, ¡ni se había dado cuenta!, pasar tantos años de su vida viviendo con la castidad de una monja de clausura junto a su idolatrado Pablo. Pero para ser feliz, aquella viuda bien parecida, riquísima y libre necesitaba algo inefable pero imprescindible: el amor de su vida.
"Mujer de fuego, mujer de gracia y de locura. Hasta la muerte fue para Picasso una fuente de juventud, con sus lidias de amor y sus peleas diabólicas. Jacqueline supo vivir a Picasso y vivir su pintura".
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Jacqueline escapa del purgatorio.
Un libro reivindica la discutida figura de la esposa de Picasso y causa revuelo en Francia
VICTORIA COMBALIA EL PAIS 1 ABR 2008
Seguramente porque hubo un pleito muy largo y porque había tanto dinero en juego, algunos de los herederos de Picasso han ido publicando libros sobre su relación con el pintor: los unos, como Marina (hija de Paulo, a su vez hijo de Olga Kokhlova), hablando de la inhumanidad del genio; los otros, como Olivier Widmaier (hijo de Maya, a su vez hija de Marie Thérèse Walther, y consejero jurídico de la Picasso Administration), rehabilitando la figura de su abuelo. Ahora acaba de aparecer otro libro sobre el entorno del gran artista del siglo XX que no ha causado tanto escándalo como Vivir con Picasso de Françoise Gilot... pero casi.
La verdad sobre Jacqueline Picasso es obra de Pepita Dupont, periodista de Paris Match y gran amiga de Jacqueline Roque, la ultima mujer del pintor malagueño. El libro quiere recuperar la memoria de quien fue calificada por muchos como la cancerbera de Picasso, y que murió el 15 de octubre de 1986, 13 años después de la muerte de su marido, disparándose un tiro en la cabeza.
La obra da cuenta de las aventuras sentimentales del personaje
Según la autora, nadie agradeció a Jacqueline su dedicación a Picasso
El argumento de Pepita Dupont contra esta opinión tan negativa es que Jacqueline no hizo más que seguir la voluntad del artista. Acusada de no haber dejado asistir a los hijos de Picasso, salvo Paulo, al entierro de su padre, Pepita recuerda que ellos habían iniciado anteriormente un pleito para estar seguros de heredar su fortuna, lo que indignó sobremanera al pintor. La verdad es que, siendo supersticioso como buen andaluz que era, Picasso no había hecho testamento: Me moriría al día siguiente si lo hago, le dijo al crítico de arte John Richardson.
De acuerdo a la ley francesa, sólo heredarían a su muerte su mujer legal y su único hijo legítimo, Paulo, hijo de la bailarina Olga Kokhlova. Pero en l959, Picasso solicitó que sus hijos ilegítimos llevaran su nombre, lo que consiguió en l961. Y al final, como se sabe, todos heredaron, y mucho. En cuanto a la acusación de que Jacqueline no dejaba entrar a Pablito, hijo de Paulo, Pepita explica que, en realidad, era un toxicómano que había intentado robar en Nôtre-Dame-de-Vie.
Jacqueline nos es descrita por su amiga como sincera, honesta y desprendida, así como alguien a quien no se le ha agradecido suficientemente ni su entera dedicación a Picasso ni su generosidad con los museos (cabe decir aquí que el Ayuntamiento de Barcelona le dio la Medalla de Oro de la ciudad en l983 tres años antes de morir y le hizo una exposición en su honor, en l990, es decir, cuatro años después de su suicidio).
Jacqueline Roque había nacido en l926 en París, de padre electricista y de una madre costurera que se vio obligada a hacer de portera en un lujoso inmueble del barrio XVI. Cuando Jacqueline tenía tan sólo dos años, su padre las abandonó. Al decir de Pepita, una figura influyente en su vida fue la de su tío el abad Bardet, quien le enseñó la importancia de la modestia, la renuncia y la humildad. Virtudes que, sin duda, habrían de serle útiles en su pugna por lograr el corazón de Picasso frente a las otras aspirantes a principios de los años cincuenta.
A sus 20 años, Jacqueline se casó con Andre Hutin, ingeniero, aunque enseguida el matrimonio resultó un fracaso. En l948 nació su hija Cathy, con quien Jacqueline mantuvo unas relaciones siempre difíciles. La familia vivió durante un tiempo en África, en el actual Burkina Faso, hasta que Jacqueline abandonó a su marido, sospechando que le era infiel. Se separaron y Jacqueline se trasladó al sur de Francia, donde había de conocer al pintor malagueño a través del matrimonio Ramié.
El libro dice que no quiere entrar en detalles escabrosos, pero los hay, y muchos. Así, el lector se entera de que Françoise era llamada por Picasso Julot en lugar de Gilot (tener un Jules, en francés, es tener un amante) y de sus múltiples relaciones amorosas: con el escritor Claude Roy, con el filósofo Costas Axelos y con el pintor Luc Simon, con quien Françoise llegará a casarse y a tener una hija.
Jacqueline dejó leer a Pepita las cartas que Françoise envió a Picasso cuando estaba en su viaje de novios con Luc Simon, aunque en ellas, sorprendentemente, Françoise le decía que quería recomponer su vida con él. Para muchos, la relación de Françoise fue la más fría e interesada: Pepita cita a Geneviève Laporte (otra amante ocasional de Picasso) afirmando que Françoise se había hecho presentar a Picasso a través del actor Alain Cuny, desmontando así la idea de un encuentro fortuito.
¿Y por qué no publicó esta correspondencia?, le preguntó como es natural Pepita a Jacqueline: Nunca hay que rebajarse o justificarse, le respondió Jacqueline. Una vez que te han manchado, eso ya es para toda la vida.
Esperemos que ahora no le pase lo mismo a Cathy Hutin, quien sale más que malparada de este libro. Cathy no debió de tener la atención suficiente de parte de Jacqueline, quien decidió dedicarse en cuerpo y alma al genio malagueño. Lo que se desprende del libro es una gran antipatía mutua ente ella y Pepita, a quien Jacqueline llevaba a las recepciones oficiales y en quien confiaba.
Cathy está vista aquí como alguien frío e interesado únicamente en el dinero, y como una hija que hace caso de las ultimas voluntades de su madre. La polémica tras la publicación del sulfuroso libro en Francia no se ha hecho esperar: Catherine Hutin-Blay ha presentado ya hasta tres denuncias contra Pepita Dupont por algunas de las revelaciones de la obra.
Con González y Mitterrand como presidentes respectivos de Francia y España, se devolvieron a España dos lienzos del artista malagueño muy significativos para nuestro país: Aux espagnols morts pour la France (hoy en el Reina Sofía) y Los tejados de Barcelona (hoy en el Museo Picasso de Barcelona). Y hace tan sólo pocos meses, la propia Catherine Hutin-Blay dejó en depósito en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) de Barcelona ocho piezas de su colección, aunque tan sólo por un año.
Por otra parte, el libro ofrece muchos episodios de interés, desde la propia boda de Jacqueline y Pablo Picasso (el 2 de marzo de l961), con dos únicos testigos y una señora de la limpieza como único público, hasta la anécdota de Pasqual Maragall pidiendo cinta adhesiva para embalar una obra que Jacqueline regaló al museo de Barcelona.
O el propio episodio de la muerte de Jacqueline, que haría las delicias del mejor escritor de thrillers del mundo. En su polémico escrito, Pepita Dupont no niega ni el alcoholismo final de Jacqueline, ni su debilidad psicológica ni su soledad, aunque también rememora felices escenas cotidianas.
En las imagenes Picasso con Jacqueline y Jacqueline pintada por Picasso.
Nietzsche. Frase "La lucha del individuo para no ser absorbido por la tribu". Hoy 15 de octubre de 1844 nace Nietzsche
Nietzsche. Frase "para crecer fuerte". Hoy 15 de octubre de 1844 nace Nietzsche.
Nietzsche. Las mujeres. Hoy 15 de octubre de 1844 nace Nietzsche
Friedrich Wilhelm Nietzsche͡; Röcken, 15 de octubre de 1844-Weimar, 25 de agosto de 1900) fue un filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores contemporáneos más influyentes del siglo XIX.
Nietzsche. Los locos que bailaban. Hoy 15 de octubre de 1844 nace Nietzsche
“Aquellos que eran vistos bailando, eran considerados locos por quienes no podían escuchar la música” Friedrich Nietzsche, filósofo, crítico cultural, poeta y compositor alemán (1844- 1900)
Hari. Mata Hari, la espía alemana fusilada por los franceses en la Primera Guerra Mundial. Hoy 15 de octubre de 1917 fallece Mata Hari.
Margaretha Geertruida Zelle (Leeuwarden, Países Bajos, 7 de agosto de 1876 - Vincennes, cerca de París, 15 de octubre de 1917) más conocida como Mata Hari, fue una famosa bailarina y actriz, condenada a muerte por espionaje y ejecutada durante la I Guerra Mundial (1914-1918). La palabra matahari significa, en idioma malayo, sol y literalmente "ojo del día".
Su padre, Adam Zelle, era un sombrerero, y su madre era Antje van der Meulen. Al morir la madre de la joven, su padre suplió la ausencia materna con excesivos cuidados hacia una joven que muy pronto destacó por su belleza.
Se casó a los 18 años, tras mantener una breve correspondencia con un militar que no conocía, mucho mayor que ella y que había puesto un anuncio en un periódico. Desde niña, los uniformes militares habían suscitado en ella una especial atracción.
Tuvo dos hijos, siendo el varón envenenado presuntamente en venganza por el trato dado por su marido a un sirviente nativo; una cuestión acaecida en su estancia de casada en Java, donde había sido destinado su esposo. La muerte de este hijo supuso un duro golpe para la familia. El marido buscó amparo en la bebida y empezó a frecuentar poco el hogar.
Se dice que esta soledad llevó a Mata Hari a sus primeros contactos con la cultura javanesa y con las técnicas amatorias orientales, que le proporcionarían años más tarde fama como cortesana de lujo.
De vuelta a Europa, tras separarse y perder en Holanda el juicio sobre la custodia de su hija debido a su libertina vida en la isla, según declaró su marido, realizó más tarde algunos intentos fallidos en París como modelo de diseñadores, fracasos que conllevaron a un auténtico trauma en su vida por carecer de recursos económicos para vivir.
Más tarde volvió a París de nuevo, armada de valor y amparada en sus rasgos orientales heredados de su madre. La literatura romántica de evasión de finales del siglo XIX había popularizado una imagen difusa y añorada de lo oriental. Aprovechando estas circunstancias, se hizo pasar por una supuesta princesa de Java ejerciendo de bailarina exótica, protagonizando espectáculos de strip-tease. La mentira e imaginación, como salida obligada para superar su penosa situación económica, empezaron a dar sus frutos y a la vista de sus ventajosas consecuencias, pasó a convertirse en algo habitual.
En París fue un revuelo con auténticas pugnas por conseguir localidades de las primeras filas en sus espectáculos de danza. También fue cortesana y tuvo romances secretos con numerosos funcionarios militares e incluso políticos de alto nivel, y, en general, con la alta sociedad.
Su fama como bailarina crecía, pero ya no era tan joven y, al ir perdiendo sus encantos físicos, que conforme al canon de belleza actual no parece que fueran tan extraordinarios, empezó a ejercer con más frecuencia de cortesana, amparada por el mito que había creado, para seguir manteniendo el mismo nivel de vida.
En aquellos tiempos, intentó recuperar a su hija que vivía con su padre, pero resultó imposible. Mandó a su ama de llaves, que volvió con las manos vacías tras varias horas de espera a la puerta del colegio donde estudiaba. Aquel día su padre fue a recogerla.
La niña murió en los Países Bajos de un ataque al corazón años después de la muerte de su madre, curiosamente días antes de un viaje a Java en el que había puesto muchas esperanzas.
En 1917, un año antes del final de la "Gran Guerra", fue sometida a juicio en Francia acusada de espionaje, de ser una agente doble para Alemania y de haber sido la causa de la muerte de miles de soldados. Fue declarada culpable sin pruebas concluyentes y basadas en hipótesis no probadas que hoy en día (principios del siglo XXI) no se sostendrían en un juicio moderno. De hecho, una asociación de su ciudad natal solicitó al Ministerio de Justicia francés una revisión póstuma del caso, pero esta petición no fue atendida.
El día de su captura, pidió que se le diera tiempo para ducharse y cambiarse, pero al cabo de unos minutos, regresó completamente desnuda y repartiendo bombones a sus captores, en una acción fallida por disuadirlos.
Fue ejecutada por un pelotón de fusilamiento el 15 de octubre de 1917, en Vincennes. La leyenda sostiene que la escuadra tuvo que ser vendada para no sucumbir a sus encantos. Sin embargo, son probados los hechos de que lanzó un beso de despedida a sus ejecutores y que, de los 12 soldados que constituían el pelotón de fusilamiento, sólo acertaron 4 disparos, uno de ellos en el corazón, causándole la muerte instantánea.
El oficial al mando, como así se disponía en estos casos, ultimó el acto innecesariamente con un disparo de gracia en la sien. La noticia recorrió el mundo. Hay incluso una narración periodística que detalla este dramático momento, describiendo la expresión de su rostro, la forma en que cayó y la disposición final del cuerpo en el suelo.
Su cuerpo, que no fue enterrado, se empleó para el aprendizaje de anatomía de los estudiantes de Medicina, como se hacía con los ajusticiados en aquella época, pero su cabeza, embalsamada, permaneció en el Museo de Criminales de Francia hasta 1958, año en el que fue robada, seguramente por un admirador.
Polémica sobre su condena
"¿Una ramera?, ¡Sí!, pero una traidora, ¡Jamás!"
Frase atribuida a Mata Hari durante el juicio.
El joven oficial ruso de 23 años del que estaba enamorada, y para el que se dice que habría aceptado el encargo de espiar para Francia al embajador alemán en Madrid, habló de ella en términos de "mujer aventurera", una vez que supo de su encarcelamiento.
Margaretha acudió a las autoridades francesas para conseguir un visado especial para el tránsito por el territorio en guerra, que era necesario para visitar al joven oficial en el hospital donde se encontraba por haber sido herido. Fue entonces cuando él le propuso trabajar para el gobierno de la República como espía.
La tesis más extendida sobre Mata Hari es que, aunque reveló algunos datos sobre algunos movimientos militares alemanes, como el desembarco nocturno de algunos oficiales del Kaiser en Marruecos, y que comunicó al enemigo movimientos de tropas francesas que conocía por la prensa de París, no parece que Mata Hari fuera una espía importante, aunque llegó a ser acusada por Francia de haber sido entrenada en Holanda, en una escuela para tal fin.
Mata Hari era más bien una cortesana en aquellos momentos, que aceptó encargos de este tipo para mantener su nivel de vida y poder visitar, en territorio de guerra, a su joven amado herido en combate. Quienes han estudiado este personaje dicen que en realidad, se tomó esta labor como un juego, no siendo plenamente consciente del riesgo.
Una tesis muy seguida se basa en que los alemanes, al decidir que este personaje les resultaba molesto, prepararon la muerte a manos del propio enemigo, tendiendo la trampa al contraespionaje francés para que asociaran a Mata Hari como un agente alemán.
La jugada era perfecta: al enviar los alemanes un mensaje comprometedor y cifrado con una clave, de la que tenían constancia que sus enemigos y ya disponían del método de descifrado, pero sabiendo que estos desconocían el sobreaviso alemán sobre este hecho, provocarían, como así sucedió, que las autoridades de París creyeran sin reparos en la veracidad de toda la información interceptada, por pensar que los alemanes la habían enviado confiados, cuando en realidad, lo habían realizado intencionadamente.
Hay que mencionar el nuevo escenario de guerra de inteligencia que suscitó este conflicto mundial. Numerosos mensajes eran enviados para confundir sobre las verdaderas intenciones del enemigo y movimiento de tropas. La lucha por conseguir claves y estar al tanto del cambio de éstas, provocó también auténticos quebraderos de cabeza. Este envenenado radio-telegrama fue captado en la capital francesa por la antena de radio dispuesta en la Torre Eiffel y sirvió como principal prueba de la culpabilidad de Mata Hari.
El mensaje hablaba de un agente alemán, el H21, que iría a París y que extraería cierta cantidad de dinero de un banco. Las fechas y el acto, aunque el dinero nunca le fue desembolsado y formaba parte del pago de honorarios por sus servicios a Francia, coincidieron con la vuelta de Mata Hari a París.
Mata Hari, que permaneció encarcelada durante meses antes de su fusilamiento, tuvo contradicciones en los diferentes interrogatorios a los que fue sometida (era una persona acostumbrada a inventar su propia vida).
Según sus estudiosos, sirvió de chivo expiatorio ante la opinión pública por los fracasos de Francia en el frente de guerra (una parte de la opinión pública estaba en contra suya por su vida fácil y licenciosa durante una época de penurias).
Es sabido que cuando fue apresada, requirió que le concedieran tiempo para asearse y que llegó a mostrarse desnuda ante los ojos de sus captores, con la excusa de ofrecerles bombones en un casco prusiano que un general alemán le había regalado años atrás. Este atrevimiento y muestra de contactos con amantes enemigos, en plena época de guerra, muestran a Mata Hari con la actitud propia del mito que representaba, como si tuviese la seguridad de que sus contactos en la altas esferas la harían intocable. Estos hechos, entre otros, constan en el acta del juicio que no fue revelada hasta bien entrada la década de los años 1950.
La acusación de haber sido la causante de la pérdida de miles de vidas y ajusticiada por ello, puede ser tomada como una acción de distracción propia de tiempos difíciles, en un momento en que era habitual que cientos de jóvenes franceses fueran ejecutados en el frente, por deserción.
Había batallas con cifras de cientos de miles de muertos y, en los que el ejército vencedor había tenido un número de bajas sólo algo menor. Eran, con cierta frecuencia, auténticas carnicerías humanas, que inundaban las trincheras con restos de cuerpos humanos tras enésima explosión, por lo que se pedían soluciones expeditivas ante cualquier atisbo de culpabilidad.
Uno de sus biógrafos dice que el mito vivo que ella representaba en su tiempo, y la limitada repercusión dramática y directa de la guerra en la capital parisina, creó en ella una actitud psicológica poco consciente, como para que no se diera cuenta de lo peligroso que era lo que estaba haciendo, pensando que siempre tendría la ayuda de sus amantes, muchos de ellos en altos cargos políticos.
Mata Hari, muerta a los 41 años en 1917, sigue siendo un personaje de leyenda. A pesar de la distancia en el tiempo, pocos son los acercamientos a su persona que dibujan claramente, lo que al parecer era en realidad, una mujer que estaba dispuesta a todo para poder seguir viviendo en el lujo.
Hay dos películas sobre Mata Hari.
Mata Hari es una película de 1931 dirigida por George Fitzmaurice basada en la vida de Mata Hari. La película está protagonizada por Greta Garbo en el papel de la famosa espía.
Mata Hari es una película de 1985 dirigida por Curtis Harrington y protagonizada por Sylvia Kristel.
En la imagen la Mata Hari verdadera.
Hari. Silvia Kristel, la actriz que se hizo famosa con Emma Nuelle, es la espía Mata Hari en una película de 1985. Hoy 15 de octubre de 1917 fallece Mata Hari.
Título original
Mata Hari
1985
Duración
108 min.
País
Estados Unidos Estados Unidos
Director
Curtis Harrington
Guión
Joel Ziskin
Reparto
Sylvia Kristel, Christopher Cazenove, Oliver Tobias, Gaye Brown, Gottfried John, William Fox, Michael Anthony, Vernon Dobtcheff
Mata Hari (Sylvia Kristel), la mujer más tentadora y peligrosa en una Europa destrozada por una guerra total, arrancaba secretos nacionales a hombres de estado en ambos lado de la contienda. Ella no pertenecía a nadie. Ninguna nación merecía su lealtad. Hoy es una leyenda, la espía más famosa de todos los tiempos. 1914. El conde von Beyerling y el capitán Ledoux conocen a lady MacLeod en un museo de París. Días después, en una fiesta de embajada, los dos amigos descubren su verdadera personalidad, se trata de MATA HARI.
Más información sobre Mata Hari y la película de Greta Garbo en otros post de hoy.
Hari. Greta Garbo es la espía Mata Hari en una película de 1931. Hoy 15 de octubre de 1917 fallece Mata Hari.
Mata Hari es una película de 1931 dirigida por George Fitzmaurice basada en la vida de Mata Hari. La película está protagonizada por Greta Garbo en el papel de la famosa espía.
Reproduce la versión oficial de la historia de Mata Hari. La película se estrenó (16-VI-1932), a los 15 años de su muerte (15-X-1917).
La acción tiene lugar en París y alrededores en 1915-17. Narra la historia de una mujer bella y voluble que, sin pasado, llega a París en 1905, donde trabaja como bailarina. Alcanza gran renombre por su belleza exótica y por el elevado número de sus amantes.
Acusada de espionaje a favor de Alemania, es arrestada el 13-II-1917 y juzgada. La película recoge, sin análisis críticos, la versión oficial francesa, que establece que cometió un asesinato y provocó medio millón de muertos en el campo de batalla. La historiografía basada en la documentación del juicio pone de manifiesto la inconsistencia de las pruebas de la acusación y del contraespionaje francés.
La sentencia se basó en hipótesis, conjeturas y sospechas. Ella siempre defendió su inocencia. La película la convirtió en figura mítica y legendaria del alto espionaje, olvidando la injusticia del procesamiento y la tragedia de su vida personal. Huérfana de madre, quedó al cuidado de un padre desequilibrado, del que quiso huir al contraer matrimonio con Rudolf McLeod (20 años mayor que ella). Vivieron en Java, donde tuvo un hijo y una hija. El chico murió envenenado por un sirviente. Tras regresar a Holanda, se divorció del marido alcohólico, pero perdió la custodia de la hija. Abandonada y sin recursos, se trasladó a París, donde quiso olvidar el pasado atribuyéndose una historia fantástica y adoptando un nombre en consonancia con ella.
La falta de oportunidades la empujó a trabajar como bailarina javanesa y, posteriormente, como bailarina erótica.
Tuvo muchos amantes: un ministro de la Guerra francés, varios militares alemanes, Giacomo Puccini, Henri Rothschild, un latifundista alemán y Tadea Minzillac, cortesana de preciada belleza. La popularidad levantó en su contra envidias, celos y difamaciones, que en el juicio la perjudicaron seriamente.
La música ofrece solos de violín y piano, y acordes de música militar. La fotografía, de William Daniels, proyecta grandes sombras sobre la pared, que engrandecen las figuras y la acción; presenta imágenes a contraluz, que resalta los perfiles y les da aire de misterio; encuadra con precisión y mueve la cámara con pulcritud. Muestra preferencia por los planos medios y los primeros planos de la actriz. El guión contiene diálogos fluídos y una acción bien encadenada. Toma partido a favor de los franceses y en contra de los alemanes, encarnados en la figura pérfida de Andriani (Lewis Stone). La dirección explica una historia conmovedora e interesante.
Más información sobre Mata Hari en otros post de hoy.
El pueblo judío tuvo su origen en España. Hoy 12 de Octubre es el día de la Hispanidad
"Los orígenes ibéricos del pueblo judío" según Lubicz Milosz
Tradicionalmente desaconsejada por la vieja dogmática, la pregunta sobre el origen del pueblo judío encuentra en el legado visionario del poeta, antropólogo y filólogo Lubicz Milosz (1877-1939) una respuesta que invierte la tesis canónica.
Fruto de una larga investigación basada en la analogía lingüística del hebreo y el vasco, la teoría del escritor francés de ascendencia lituana sostiene que los hebreos eran autóctonos de Iberia. Según esa hipótesis, nuestra Península habría sido en tiempos prehistóricos el Edén original, y desde ella los iberos andaluces se habrían encargado de trasladar a Oriente su milenaria civilización. Lubicz Milosz, a quien Jean Cassou incluyó junto a Rilke y Machado en un célebre libro, está considerado como uno de los mayores poetas y místicos del siglo XX.
En 1932, siete años antes de su muerte, al poeta francés de origen lituano Lubicz Milosz le fue concedida, en palabras suyas, la gracia de descubrir los orígenes ibéricos del pueblo judío, después de treinta y siete años de plena dedicación a la exégesis, la filosofía y la prehistoria. Y es a través de la lengua vasca y sus semejanzas etimológicas con el hebreo como el escritor hace su particular interpretación metafísica de los profetas y del Apocalipsis de san Juan. Un ensayo de una estética literaria muy brillante.
Autor:
Lubicz Milosz
Menciones:
Traducción de Elena Benarroch, Cristóbal Serra.
ISBN:
978-84-8802-0314
Formato:
12 x 17 cm
Páginas:
64
Colección:
Ardora Exprés / EXP-015
Edición:
Madrid, 2001
Tipo de edición :
Libro tradicional impreso
Sefarad, la España perdida. Hoy 12 de Octubre es el día de la Hispanidad
Recuerdo haber oído hablar a mi abuela Miguela, de lo que se hacía “en las Españas” para referirse a algo que estaba ocurriendo en ese momento en nuestro país. Y siempre me chocó su especial manera de referirse a España, en plural. El arcaísmo, aprendido en su niñez a principios del siglo XX, era sin duda una de las formas antiguas de referirse a nuestra patria.
Y es que ha habido muchas Españas posibles y/o muchos territorios que hoy no forman parte de España y que sí lo estuvieron un día. Por la extensión que adquirió nuestra patria es por lo que durante mucho tiempo se habló de las Españas y, cuando fuimos perdiendo dimensión, se habló entonces de las Españas perdidas.
Una de estas es la España de los judíos sefardíes que fueron expulsados por la intolerancia religiosa de la época. Sin embargo, la dispersión no pudo terminar con la añoranza y la lengua que había sido suya. Y hasta hace unos 50 años un lenguaje, el ladino o judeo-español, era hablado por millones de judíos de origen español, en algunas partes del mundo. Hoy, desde la creación del estado de Israel, el ladino se bate, desgraciadamente, en retirada.
haim_sadaccaMe gozo con la amistad de uno de ellos, Haim Vitali Sadaca, nacido en Turquía, y un gran poeta que escribe poesía en ladino. Y del cual he editado, en estas mismas páginas, algunos poemas.
Mi abuela se apellidaba Júdez (que significa hijo de judío) así que supongo que por vía materna provenimos de los judíos que se quedaron y que se integraron por completo en la cultura religiosa dominante. Nada nos une ya con aquella España judía, salvo algún vago sueño. Y sobre este aspecto recuerdo la sorpresa que recibí una noche de hace muchos años, viendo una entrevista de José Luis Balbín al presidente del Congreso de Israel.
A altas horas de la madrugada, casi dormido ,veía yo la entrevista salpicada de referencias a lo sefardí, cuando salí bruscamente de mi adormecimiento al oír y escuchar cantar a un joven judío de Tesalónica el mismo romance que mi tía Valentina nos cantaba cuando, para entretenernos, en los viajes de Teruel a Barcelona, nos cantaba la misma canción. Ya casi no recuerdo el romance ni nadie en mi familia lo conoce ya. Se ha perdido, aunque espero que continúe vivo en la memoria de la familia del judío de Tesalónica.
Por todo eso la iniciativa del Gobierno español acerca de nuestros hermanos separados me parece excelente: dar la nacionalidad española a aquellos que descienden de los que tuvieron que irse por la intolerancia del Gobierno de la época. Quinientos años después otro Gobierno repara uno de los grandes errores históricos de nuestra nación. La reacción a ello no puede ser más que de alegría.
Es necesario recuperar esa España perdida, no para para poseerla sino para que nos enriquezca con sus diferencias y sus recuerdos de la España medieval. Y para salvar su idioma, esa variante antigua y hermosa del español de aquella época.
Fuente: cal.es/ – Rachel Amado Bortnick para Ladinokomunita
España en 1031. Hoy 12 de Octubre es el día de la Hispanidad
Por encima de la línea roja están los territorios cristianos. Por debajo los territorios musulmanes (reinos de taifas).
España en 940. Hoy 12 de Octubre es el día de la Hispanidad
Por encima de la línea roja están los territorios cristianos. Por debajo los territorios musulmanes (reinos de taifas).
España en 1031. Hoy 12 de Octubre es el día de la Hispanidad
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